Exigen un verdadero compromiso con la agricultura libre de agrotóxicos y transgénicos

«Una década resistiendo a Monsanto: en defensa de la milpa y los maíces nativos mexicanos». Cortesía: Demanda Colectiva Maíz

Organizaciones locales y nacionales integrantes de la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País, demandaron que en la conformación del equipo que la presidenta electa Claudia Sheinbaum decida para encabezar la política pública en materia agrícola, se establezca un verdadero compromiso con una agricultura libre de agrotóxicos y transgénicos, sin conflicto de interés y que ponga al centro la agricultura campesina.

Las organizaciones alertan ante la posible permanencia dentro del nuevo gobierno, de personajes que han tenido una larga trayectoria de apoyo a los grupos de poder económico y de promoción de las peores prácticas agrícolas, que ponen en riesgo la salud de las personas y que son contrarias a las prácticas agrícolas que buscan evitar la contaminación del medio ambiente.

Personajes como Víctor Villalobos y Sol Ortíz no pueden repetir, una vez más, en el gabinetede Claudia Sheinbaum. Estas dos personas han impulsado un modelo de producción de alimentos depredador con el ambiente, desde hace más de dos décadas, expresaron.

La Campaña recordó la interferencia en todo el mundo de las grandes empresas y grupos de poder económico en la toma de decisiones que atañen al interés público es constante. Con distintos niveles de intensidad, México no está exento de ello.

Dicha interferencia se ejerce de muchas formas, una de ellas es a través de la incorporación de representantes de esos intereses en los puestos de toma de decisiones, ya sea en el nivel legislativo, ejecutivo o judicial. Es por ello que las organizaciones aquí representadas queremos advertir ante los riesgos de incluir en el próximo gabinete a personajes vinculados a dichos intereses o que a lo largo de su trayectoria han mostrado esa vinculación, alertaron.

Al mismo tiempo, la Campaña negó aceptar la imposición de modelos ahora pintados de verde. Por ejemplo, uno de los grandes impedimentos para alcanzar la soberanía alimentaria es el control corporativo del sistema agroalimentario, en el cual 4 corporaciones controlan el 67%, del mercado mundial de semillas, 10 controlan el 95% del sector de agroquímicos, 10 controlan el 41% del mercado de fertilizantes y 4 controlan el 90% del comercio de granos.

Desde la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País consideraron que se requieren funcionarios que conozcan profundamente al país y en particular el campo mexicano y que valoren la agricultura campesina, su capacidad productiva y su cultura comunitaria, pues ésta provee 70% del maíz para tortillas y 60% del frijol que nos comemos.

No es una agricultura secundaria ni “atrasada”; las familias campesinas han sido y son las guardianas de la biodiversidad y evolución de los maíces mexicanos, junto con los teocintles, que nos permitirán hacer frente a la actual crisis climática, alimentaria y de salud, finalizaron.

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