Indígenas y campesinos de Chiapas viven “un tiempo obscuro”, señalan en 35 aniversario del Frayba

35 aniversario del Frayba. Foto: Luis Enrique Aguilar

 

En el marco del 35 aniversario del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba), cientos de indígenas y campesinos de Chiapas reiteraron que mantienen su “apuesta por la vida”, por transformar, desde la paz, las distintas violencias que viven en los territorios.

“Hoy ha regresado la violencia con mucha más fuerza. Ya no hay tranquilidad, ahora está el crimen organizado (…) todos aquí somos sobrevivientes, pero no queremos sobrevivir, sino vivir. Mantenemos la terca exigencia de búsqueda de justicia”, dijo Guadalupe Vázquez Luna, de la comunidad Acteal, durante la reunión de dos días donde estuvieron presentes cientos de indígenas y campesinos representantes de organizaciones y comunidades de Chiapas.

Convocados por el Frayba, recordaron los procesos organizativos que nacieron en 1974, cuando el obispo Samuel Ruiz García convocó al Congreso Indígena, donde también expresaron la situación de despojos, asesinatos e injusticias que vivían en ese momento; pero de donde nacieron diferentes movimientos, entre ellos el centro humanitario, quien este 19 de marzo cumple 35 años de su fundación.

“Fue un despertar, fue la decisión de organizarse para defender y encontrar solución a los problemas y la falta de justicia (…) ahora hay violencias nuevas que estamos enfrentando, hay en este momento desplazados, desaparecidos, asesinatos; violencias más profundas como las catástrofes ecológicas, la desigualdad, la economía criminal que va de los cárteles hasta la que se lleva a los jovenes”, dijo Dolores González Saravia, integrante del Consejo del Frayba.

En el encuentro hablaron hombres y mujeres, también niños y niñas. Expresaron que si bien se vive “un tiempo oscuro, llegara el momento de transitar el día”, explicó Gloria Hernández, mujer indígena que forma parte del Pueblo Creyente de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas.

Las y los asistentes hablaron de las acciones que mantienen vigentes como la construcción de gobiernos autónomos, la construcción de centros humanitarios regionales que acompañan demandas de justicia, la construcción de centro de mujeres, acciones para el cuidado de la tierra, entre otros.

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“Estamos fragmentados, pero ante los desafíos seguimos transformando a la sociedad, tenemos la claridad de lo que queremos, la búsqueda de algo diferente, la recuperación de la espiritualidad, el cuidado del territorio que incluye una economía diferente, la autonomía que fortalezca el sentido de comunidad y colectividad. Todo esto está en marcha, resistimos y transformamos. Resistimos para que podamos ejercer nuestros derechos humanos y colectivos”, puntualizó Dolores, a nombre del consejo del Frayba

En el “Encuentro de las esperanzas”, como llamaron al foro colectivo, hablaron tambièn sobre la espiritualidad que los une y fortalece, la de los pueblos ancestrales y la que mantienen bajo el abrigo de la Diócesis de San Cristóbal, la “teología india”. “Estamos viviendo otro éxodo más, donde tenemos que ver cómo vamos a enfrentar, no con armas, sino con nuestra fe, espiritualidad y conciencia”, dijo una de las mujeres en el encuentro.

Por su parte, Dora Robledo, actual presidenta del Frayba, leyó el pronunciamiento del centro, dijo que a 35 años de su fundación, “en estos tiempos de desasosiego, en este Encuentro los procesos organizativos y comunidades con las que caminamos nos interpelan, animan y convocan a no desfallecer en la lucha, a seguir construyendo desde los espacios inmediatos, a fortalecer nuestras alianzas y apuestas por la vida”.

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