¿Cómo un hombre puede pasar de la tristeza, el enojo y miedo al afecto?
Alfredo Rasgado Molina, facilitador y experto en masculinidades, creó un “Grupo de acompañamiento emocional para hombres”, con el fin de que dicha población pueda manejar sentimientos más allá del miedo, tristeza, enojo y convivir con más con el afecto y la alegría.
Rasgado empezó con dicho proyecto hace diez años, en la que se pone el énfasis en una metodología propia llamada “Matea” (Miedo, alegría, tristeza, enojo y afecto).
El especialista enfatizó la naturalidad de dichas emociones, no obstante, existe una predisposición hacia los hombres para no expresarlas ni vivirlas.
El grupo tiene la intención y la finalidad de que los hombres en un ambiente de respeto, confianza y discreción se puedan hablar de las mismas, sin que exista esa represión, dijo.
Miedo + represión: Enojo
Rasgado habló sobre el miedo desde la masculinidad, ya que se ha enseñado a que no se tenga dicha sensación; pese a sentirla en el trabajo o la familia. Sin embargo, se replican discursos como: “por ser hombre no debe tener miedo”, “el miedo es para débiles” “es para mujeres”.
Otro sentimiento en represión puede ser la tristeza, cuando se vive en decaimientos o depresión. Se puede escuchar “con unos tragos se te pasan”. Por tanto, nunca se llega a lidiar con dicha emoción, lo que desencadena en otras como el enojo.
El enojo es natural, el enojo es orgánico. De tal manera que cuando alguien te diga, es que eres muy enojón, pues sí, porque es orgánico. El cuerpo me está diciendo que se está enojando. Digamos que el enojo no es el problema, el problema es ¿qué hago con ese enojo? Cuántos enojos acumulo diariamente y qué detonan esos enojos. Y por lo general, nos hemos encontrado con hombres y compartimos esta emoción del enojo, que siempre terminan en violencia, en discusiones, en tensiones, en malestares, en cosas no tan agradables para uno mismo, describió.
Por tanto, los hombres guardan y acumulan las sensaciones que viven.
Hay una analogía de la olla exprés, esa olla de presión que está ahí avisándote que ya está el caldo, que ya está, que ya está y si no le haces caso, explota, describió.
El riesgo fatal
Rasgado habló sobre el riesgo fatal, un concepto rescatado de uno de los realizadores y constructores de grupos de acompañamiento más reconocidos: Antonio Ramírez.
El riesgo fatal es el momento de jaque al que llegan los hombres, el instante al borde de una crisis. Por tanto, el grupo de acompañamiento podría permitir no llegar a esos extremos, conocer herramientas y estrategias para una posible ruptura y saber lidiar con las emociones.
O si ya estás pendiendo de un hilo en donde ya no hay posibilidad a lo mejor de conciliación con tu pareja o con tu trabajo o con quien tengas esa dificultad pues saberla llevar, saberla procesar y trabajarla sin que esto se convierta en una autoviolencia y en una violencia hacia el exterior, dijo.
Pasar a la afectividad
Las herramientas y técnicas proporcionadas en el curso podrían llevar a ser más afectuoso o bien aprender a expresar emociones.
No es que así nacimos, no hay todo un aparato cultural, estructural que nos dice mientras menos muestres, más hombre vas a ser. De tal manera que te vas a encontrar a al vecino, al compadre que te vas a estar diciendo a cada rato usted aguante, no se abra, no se quiebre, no llore, añadió.
Además, el espacio permite poder espejearse con otros, es decir, en las primeras sesiones se dificulta poder compartir emociones, por lo que no todos hablan. Así que, la confianza en el grupo se va generando con cada colaboración. Lo que genera un análisis colectivo e individual sobre como buscar estrategias de afrontamiento.
Por último, Rasgado hizo la invitación al grupo el cual iniciará el lunes 22 de enero de 18 a 20 horas en Cas Kolping. Se permiten la asistencia de hombres de 15 en adelante. La cuota de cooperación es de 250 pesos. Para mayor información al número 9671226731
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