El terremoto de Kobe, un ejemplo de la importancia de la reducción y prevención de riesgos
*El Proyecto «Sistema de Alerta Temprana por Deslizamiento De Ladera» es realizada por la Universidad de Kioto, Japón y el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED).
Redacción por Leonardo Montoya
La Escuela Nacional de Protección Civil Campus Chiapas (ENAPROC-CHIAPAS), realizó una serie de conferencias tituladas «La importancia del uso de simuladores de desastre en la era del cambio climático y evolución de la reducción del riesgo de desastres en Japón».
Kensuke Takenouchi, profesor de la Facultad de Ingeniería y Diseño de la Universidad de Kagawa, y Genta Nakano, catedrático asistente en el Instituto para la Prevención de Desastres en la Universidad de Kioto, impartieron diferentes ponencias.
Los investigadores dieron a conocer que, el Gran terremoto de Kobe o también denominado el Gran terremoto de Hanshin-Awaji , ocurrido en 1995 en ese país, fue el punto de cambio de medidas para los desastres, ya que la gente dependía del gobierno en cuanto a la prevención de estos.
Tras Kobe, más del 90% de las personas que fallecieron, murieron en menos de 30 minutos, y alrededor del 80% de individuos que fueron enterrados vivos, fueron salvados por la vecindad (35 mil personas rescatadas: 27 mil por vecinos, 8 mil por policías, bomberos y fuerza armada).
Así mismo, Takenouchi y Nakano indicaron que, las y los ciudadanos se dieron cuenta de que “ellos mismos deben salvar su propia vida”, por esta razón promueven su participación en temas de prevención de desastres y reducción de riesgos.
Por lo que, en 2016, Japón estableció un plan local de prevención de desastres, por la necesidad de compatibilizar la reducción de riesgos de desastres (RRD) por ciudadanas, ciudadanos y administrativos (gobierno).
Los especialistas puntualizaron que, el Sistema de Alerta Temprana en Japón cuenta con más de mil sismómetros instalados, sistemas cableados a fondo marino para monitorear sismicidad en la zona de subducción y tsunami a tiempo real.
Además, toda la información meteorológica en tiempo semirreal (precipitaciones, potencial de inundación, riesgo de derrumbe y aviso de cenizas volcánicas) está abierta al público.
Con toda la tecnología y la información útil que se recibe, ¿la gente realmente evacua?
Takenouchi y Nakano indicaron que, lo que se está tratando de hacer a través de su plan local, es cambiar por completo la forma de comunicación, en donde todas y todos participen, desde la escuela, comunidad, expertos y el sector público, para aumentar la capacidad regional de prevención de desastres.
Un ejemplo de ello se da en el barrio de Okitsu, municipio de Shimanto, prefectura de Kochi, en donde cada año, estudiantes de quinto y sexto grado de primaria, elaboran un mapa de prevención de desastres, identifican lugares de evacuación frente a un tsunami, anotan el nivel de inundación en el mapa.
Aunado a ello, identifican los sitios de riesgo por derrumbe o deslave, miden el tiempo para la evacuación y averiguan los lugares riesgosos en la ruta de evacuación (versión de día y noche).
Sin embargo, ese trabajo requiere conocimientos o datos científicos que estudiantes o personal docente no tienen, por lo que, recurren a la universidad para poder obtenerlos. En cuanto a la elaboración de la versión de día y noche, la realizan en compañía de la municipalidad y de esa forma se integran todos los sectores en la elaboración de los mapas de riesgos.
Para disminuir el impacto de los fenómenos naturales, deben detectar las zonas de riesgo y la elaboración de un mapa con el fin de instalar albergues permanentes, bodegas con las herramientas indispensables, así como la organización y la capacitación de comités de ciudadanas y ciudadanos, pues en caso de un impacto natural, serán los primeros en intervenir en el desalojo de la gente que está en riesgo.
¿Por qué es importante la prevención ante este tipo de desastres en Chiapas?
La prevención cobra importancia ya que, debido a su orografía, Chiapas es vulnerable a deslizamientos de laderas. Al respecto, Silvia Ramos Hernández, experta en el tema, confirmó que esto se debe al alto nivel de deforestación; desde hace 50 años el estado vive un cambio de uso del suelo acelerado y al no tener capacidad de absorción, pierden inestabilidad y generan grandes movilizaciones de masas.
Un ejemplo, fue el deslizamiento de material pétreo ocurrido en marzo de 2022, en la pared izquierda del Cañón del Sumidero en la zona conocida como “La Huella”, en la que se ha debatido dos opiniones.
La primera es que las paredes del Cañón son suelos sedimentarios, al estar compuesto en su mayoría por material calcárea o caliza y, al existir una falla activa antigua va formando una erosión con el paso del tiempo, es por ello, que ese evento denominado como “caído” es un fenómeno que ocurre de forma natural.
Por otro lado, se habla de que el Cañón al ser un lugar húmedo y de material sedimentario provoca escorrentías de material pétreo, provocando así el desprendimiento de la zona, al estar en conjunto con la deforestación y el cambio de uso de suelo para la agricultura de la zona.
Para finalizar, las autoridades de los tres niveles deben tomar como ejemplo lo expuesto por Nakano, y realizar un plan para la reducción del riesgo de desastres, sobre todo en las zonas más vulnerables de Chiapas.
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