Un problema compartido: el desplazamiento interno indígena

Desplazarse para salvar la vida. Crisis humanitaria en Chiapas. Cortesía: Frayba

*De las 262 mil personas que migraron de manera interna por causa de inseguridad delictiva o violencia entre 2015 y 2020, tres por ciento habla lengua indígena.


El Consejo Nacional de Población (CONAPO) presentó la publicación “Desplazamiento interno en contextos indígenas. Tres miradas estatales a un problema compartido”, cuyo propósito es dar a conocer las características del desplazamiento interno forzado en contextos indígenas en el periodo reciente, en: Chiapas, Chihuahua y Guerrero.

La selección de los estados obedeció a que son escenarios actuales de desplazamiento indígena, según fuentes hemerográficas, algunos trabajos académicos y de organizaciones de la sociedad civil. El segundo criterio fue porque se trata de lugares con problemas de violencia.

Diversas investigaciones realizadas por académicos abordan el tema de desplazamiento interno forzado, pero pocas aproximaciones están dirigidas a población indígena. A la vez,  los estudios no suelen abarcar más de una comunidad o grupo; a pesar de que son conocidos nuevos desplazamientos en esas zonas.

El análisis fue realizado desde la perspectiva de derechos humanos, género e interculturalidad y considera los efectos de la primera ola por Covid-19 en el país, siendo este el periodo durante el cual se desarrolló la investigación.

Frayba informó sobre la situación de violencia en comunidades de Aldama, el terror indujo a la población a un desplazamiento forzado. Cortesía: FRAYBA

A grandes rasgos, realizar la propuesta en aquellos entornos donde predomina la población indígena, les fue pertinente y se justificó, porque los académicos y el gobierno mexicano han reconocido la existencia de desplazamiento interno forzado en diferentes ámbitos nacionales. Ya sean fronterizos, urbanos o rurales, no obstante, aún faltaba poner atención en los universos culturales específicos que agregan una mayor complejidad al fenómeno.

Otro interés específico, fue analizar el papel y la intervención que han tenido las instituciones en los intentos por dar solución a los problemas que derivan del desplazamiento interno, tema fundamental, ya que la población indígena que está en esa condición es la que más acude a instancias oficiales buscando respaldo.

Incluso solicita la intervención internacional, diferencia sobresaliente con quienes se desplazan de manera individual y por miedo no denuncian los hechos que los orillaron a abandonar su lugar de residencia habitual.

Cuando tuvo lugar la investigación, los hechos que se habían documentado con mayor detalle eran los ocurridos en Chiapas, asociados al conflicto armado zapatista, a mediados de la década de los 90 y que marcaron el auge de esa problemática estatal.

Decenas de niños han nacido en condiciones de desplazamiento en Chalchiuitán. Foto: Ángeles Mariscal

Sin embargo, la violencia de alto impacto que ahora golpea a algunas zonas del país les llevó a dirigir la mirada a otras entidades federativas donde las personas indígenas se ven obligadas a desplazarse por motivos diferentes a la reivindicación étnica, es decir, cuando la expulsión obedece a otras razones.

Para precisar, en la publicación destacan las salidas por desacuerdo de culto religioso, que se han incrementado en la actualidad y que fragmentan la unión comunitaria, los litigios territoriales y agrarios, relacionados con los límites, usufructo y apropiación de la tierra.

Así como, la competencia por el uso y explotación de recursos naturales, que deriva en la usurpación de la riqueza colectiva por agentes externos al ámbito comunitario, como es el caso del patrimonio forestal, hídrico o mineral.

También, a los cambios en los modelos tradicionales para nombrar a las autoridades y el temor de los poderes locales ante el surgimiento de modelos de autonomía política-tradicional, las variaciones en los patrones de impartición de justicia, o bien, los temas políticos, donde a partir de diferencias partidarias o procesos electorales la vida de estos pueblos se polariza.

A ello, se suman los problemas derivados de las relaciones interétnicas, surgidos mucho tiempo atrás, el desarrollo y construcción de grandes obras de infraestructura, como las presas hidroeléctricas, vías ferroviarias, carreteras, aeropuertos.

El desplazamiento forzado se incrementa en Chiapas, ante la imposibilidad de solucionar por la vía pacífica las problemáticas sociales. Foto: Elizabeth Ruiz

Así mismo, el cultivo, producción y trasiego de estupefacientes, la violencia generalizada que surge por la delincuencia organizada y el narcotráfico, en su más amplio sentido. El cambio climático y todas las transformaciones en el medio ambiente que el propio ser humano ocasiona.

De tal suerte, aproximarse a los acontecimientos recientes en el propio estado de Chiapas sirvió para tender un puente entre lo ocurrido hace cinco lustros y lo actual, menciona la publicación.

Mientras que, Chihuahua representó un reto interesante, no solo por el componente demográfico indígena, sino por su ubicación fronteriza y las diversas formas de violencia que lo aquejan, siendo un escenario en extremo complejo.

Y, Guerrero, durante las últimas dos décadas ha sufrido un incremento de la violencia sin precedente y al igual que los otros dos estados se caracteriza por ser pluriétnico y multicultural, también por contar con recursos naturales codiciados, donde la criminalidad gana terreno a diario.

Chiapas

En Chiapas, detectaron cuatro causas que han originado el desplazamiento de grupos indígenas. Señalan que cada una, viene acompañada de niveles altos de violencia, algunas veces esta se va produciendo dentro de un proceso que lleva tiempo y va subiendo de nivel hasta que es insostenible, ese momento, es cuando no tienen más opción que salir de sus comunidades.

Hay otras ocasiones en las que alcanzar un nivel alto, no requiere ningún proceso y se genera de manera espontánea sobre dichos grupos.

Ante el argumento expuesto, establecieron que la característica de las causas que generan el desplazamiento forzado de comunidades indígenas en Chiapas es la violencia, durante el trabajo de campo, todos los ejemplos de los que tuvieron conocimiento experimentaron altos niveles de esa problemática.

Así pues, hay diversas características comunitarias que se asocian al fenómeno de desplazamiento. Una de ellas es el aislamiento geográfico, caso de El Guanal o en un sentido más amplio la ubicación geográfica, como el caso de Chalchihuitán, ambas situaciones propician la salida forzada de indígenas.

Sobre el primer caso, en los años noventa la comunidad se encontraba apartada de las carreteras, para llegar a Ocosingo se caminaba alrededor de 20 horas, no había vías de comunicación, así que enviaban un mensaje, a través de comisiones que tardaban varios días en regresar con la respuesta.

Cuando la comunidad fue atacada por el Ejército Mexicano, este no hizo diferencia entre zapatistas y quienes no eran seguidores del movimiento; así que los atacó por igual.

Hicieron un llamado a la sociedad civil para que se solidaricen con acciones para combatir la emergencia alimentaria y la desnutrición en este territorio. Foto: Ángeles Mariscal, Chiapas Paralelo.

El hecho de que la comunidad se encontraba incomunicada, e incluso se tenía que llegar por medio de un helicóptero, generó una situación de encierro para la población indígena que ahí vivía, ya que no tenía más que dos opciones: tomar las armas o salir huyendo para librarse de la intensa violencia.

Acerca de las comunidades pertenecientes a Chalchihuitán y que se encuentran en los límites con Chenalhó, su ubicación ha influido en el desplazamiento parcial de familias indígenas debido a que se encuentran en una zona donde de manera constante se generan ataques armados debido al conflicto por las tierras.

Las formas de organización tradicional de las comunidades indígenas para elegir autoridades locales son otro factor que se vincula al desplazamiento forzado, tal es el caso de Oxchuc, el hecho de que los pobladores se hayan pronunciado a favor de la vía de sus usos y costumbres generó malestar entre los grupos políticos de la comunidad.

Lo anterior, desencadenó la salida forzada de quienes defendían la causa debido a los ataques paramilitares que pusieron en riesgo su vida.

Además, los modos de impartición de justicia dentro de las comunidades también se relacionan con la situación analizada en Chiapas. El hecho de quebrantar el sistema de usos y costumbres establecido implica serios conflictos, pues ante el desacato de las normas, se desconocen como integrantes del grupo étnico.

Un claro ejemplo es cuando el desplazamiento tiene lugar por motivos religiosos, algunas familias son encarceladas porque se niegan a cooperar para la realización de las fiestas patronales de la comunidad.

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