Pobladores del pueblo creyente marchan por la paz en Frontera Comalapa
«La paz es fruto de la justicia», señalan en su pancarta
Cientos de hombres y mujeres integrantes del Pueblo Creyente de la Diócesis de San Cristóbal, participaron en una peregrinación este domingo, en Frontera Comalapa, donde dos organizaciones criminales se disputan el territorio y como consecuencia de esta lucha, ha dejado cientos de desaparecidos, miles de desarraigados y fallecidos.
Desde temprana hora, el Pueblo Creyente participó en la peregrinación, para pedir paz en Frontera Comalapa, porque desde hace más de dos años sufren las secuelas de la lucha entre las dos organizaciones criminales.
Los católicos caminaron de una de las entradas de Frontera Comalapa, hacia el centro, para que al final, participaran en una misa.
“La paz es fruto de la justicia”, se podía leer en una pancarta que llevaban católicos que encabezaron el contingente de hombres y mujeres que vestían de blanco, llevaban globos y banderitas del mismo color. Un coro que iban en un camión cantó durante la peregrinación esta frase.
Otros de los feligreses llevaban pancartas con las imágenes con las imágenes del Niño de Atocha, San Romero y de la Virgen de Guadalupe. Un católico llevaba un Cristo negro, que es venerado en Esquipulas, Guatemala.
Por más de diez cuadras, los fieles católicos caminaron en dos columnas, acompañados de varios acólitos que llevaban velas, cruces de madera y esparcían incienso durante el trayecto.
Al llegar al parque central, los católicos participaron en una misa, donde un sacerdote declaró que “el hombre por su misma ambición se ha considerado amo y señor de todo. Ha querido apropiarse, adueñarse, pero bajo dolor, bajo presión, bajo amenaza, bajo muerte. Qué lejos está del camino de Dios. Ha entendido mal, lo que Dios ha establecido para bien. La ambición de tener más. La ambición del poder, ha corrompido su corazón y su mente. Lo ha hecho menos hombre. Lo ha deshumanizado”.
Agregó que, en el tiempo presente, “pareciera que el mal espíritu, del odio, de la ambición, aun impera. Pero no debe ser más grande ese deseo de ambición, pero debe ser más grade el deseo de paz. Ser constructor de paz, hermanos, hermanas, quiere decir que desde esa conciencia, desde esa fe, desde ese compromiso cristiano, que sabemos que Dios ha creado todo para todos, debemos empezar desde nuestros hogares a vivir la justicia y la paz”.
“¿De qué tiene miedo Comalapa? ¿De qué se esconde? ¿Por qué llora? ¿Por qué sufre? ¿Por qué le duele? ¿Quién es el que provoca tanta violencia? Es el mismo hombre. No son extraterrestres. No son gente de fuera. Enajenados de nuestra propia realidad, es gente de nuestro pueblo. Eso es lo más lamentable, que entre los mismos hermanos nos lastimemos, que nos causemos dolor y tristeza. ¿Es justo eso hermanos?”, cuestionó el párroco de la iglesia de Santo Niño de Atocha, explicó.
En Frontera Comalapa “no queremos más violencia. No queremos que nos priven de la libertad. El pueblo de Comalapa no soporta esto. El mismo Papa Francisco dice: Esta estructura, esta forma de pensar del hombre ambiciosamente ya nadie la soporta. No es justo que otros se aprovechen de los más vulnerables. No es justo que se quieran sentir amos y señores de esto que Dios ha creado”.
El sacerdote pidió que los hombres, mujeres y niños este pueblo, puedan caminar libremente como era hasta hace más de dos años. “Queremos un Frontera Comalapa que se respire libertad. Que nadie tenga miedo, que se tenga que esconder. Queremos un pueblo donde se pueda vivir la fe y la esperanza para los niños y los que no nacen, puedan vivir en un pueblo donde se puede vivir en paz. Pido a Dios justicia y pido a Dios paz. No se puede construir la paz, cuando se causa violencia. No se puede ser constructor de paz, cuando se vive en la incoherencia”, puntualizó.
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