Paramilitarismo, crimen organizado y la complicidad del gobierno; situación actual de Chiapas
*López Sántiz recibió un impacto de bala en el lado izquierdo a la altura del pecho. Horas antes, la comunidad Autónoma Moisés y Gandhi, Municipio Autónomo Lucio Cabañas informó del ataque armado perpetrado por integrantes de la ORCAO.
Advierten que Chiapas está al borde de la guerra.
Cientos de pensadores, artistas, activistas y organizaciones indígenas, de derechos humanos y medios libres de muchas partes del mundo, se manifestaron en un pronunciamiento nacional e internacional, ante la agresión a la comunidad autónoma zapatista Moisés Gandhi por el grupo paramilitar Organización Regional de Cafeicultores de Ocosingo (ORCAO) el pasado 22 de mayo.
En conferencia de prensa en las oficinas del Centro Nacional de Comunicación Social (CENCOS) en la Ciudad de México, plantearon que la situación actual en Chiapas está al borde de un estallido; por la combinación del paramilitarismo, crimen organizado y la complicidad del gobierno estatal y federal.
Así como, la continuidad de las estrategias de contrainsurgencia desplegadas desde la década de 1990, ahora con nuevos actores y nuevas características.
Pronunciamiento
En su pronunciamiento, dijeron que el zapatista Jorge López Santíz “está en el filo entre la vida y la muerte” por un ataque paramilitar de la ORCAO, la misma que ataca y hostiga a las comunidades zapatistas.
Chiapas está al filo de la guerra civil con paramilitares y sicarios de los diversos cárteles que se disputan la plaza y grupos de autodefensas, con la complicidad activa o pasiva de los gobiernos de Rutilio Escandón Cadenas y Andrés Manuel López Obrador, expusieron.
Así mismo, indicaron que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), ha mantenido la paz y ha desarrollado su proyecto autonómico en sus territorios y ha tratado de evitar el choque violento con paramilitares y otras fuerzas del Estado mexicano; por lo que es hostigado, agredido y provocado de manera constante.
Desde el final del siglo XX y hasta ahora, el EZLN ha optado por la lucha política por caminos civiles y pacíficos, a pesar de que sus comunidades son atacadas a balazos, sus cultivos incendiados y su ganado envenenado.
Además, a unos meses de que la lucha del EZLN cumpla 40 años, el ataque paramilitar de la ORCAO ha hecho que “la vida de un hombre penda de un hilo”. Y, el ataque no es un conflicto entre comunidades, como lo caracterizaría Carlos Salinas y como pretenderá hacerlo López Obrador.
El ataque es responsabilidad directa del Gobierno de Chiapas y del Gobierno Federal. El primero por solapar el crecimiento de grupos criminales que han hecho que Chiapas pasara de una relativa tranquilidad a ser un foco rojo de violencia. El segundo por guardar silencio y pasividad ante la evidente situación del sureste, agregaron en su pronunciamiento.
No obstante, afirmaron que entiende ese ataque como el resultado de las políticas sociales del gobierno actual por dividir y corromper destruyendo el tejido social de las comunidades y pueblos del país, y en particular Chiapas.
Al mismo tiempo, enfatizaron que programas como “Sembrado Vida” y otros similares, propician la confrontación entre comunidades despojadas de sus tierras y derechos, ya que son utilizados como mecanismos de control político y moneda de cambio para que organizaciones como la ORCAO accedan a supuestos beneficios que esos programas brindan, a costa del robo de las tierras recuperadas autónomas zapatistas.
Para nosotras y nosotros es claro que no se trata de conflictos entre pueblos; se trata de una acción de contrainsurgencia que busca destruirles, destruir al EZLN y a todas las comunidades y pueblos que siguen luchando por una vida con dignidad, añadieron en su pronunciamiento.
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