Redes de sororidad, mecanismo para una vida libre de violencia, seguridad alimentaria y salud financiera

Localización de la comunidad de Chuchiltón, Municipio de San Andrés Larrainzar, Chiapas. Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI, 2020.

*»Resiliencia de las mujeres indígenas y rurales a los impactos de la COVID-19«, liderado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México, en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en México y la Secretaría de Igualdad de Género (SEIGEN) del Gobierno de Chiapas.

El proyecto «Resiliencia de las mujeres indígenas y rurales a los impactos de la COVID-19», se centra en atender a mujeres de la comunidad indígena y rural Chuchiltón en San Andrés Larráinzar.

Su objetivo fue consolidar redes de sororidad entre 100 mujeres que permitan, a su vez, aumentar su participación económica, para así contribuir a una mejor recuperación de sus comunidades; garantizando una vida libre de violencia, seguridad alimentaria y una buena salud financiera.

Como parte de las acciones del proyecto, realizaron un diagnóstico participativo en noviembre de 2021, con el fin de generar información primaria sobre las condiciones de acceso a la justicia ante la violencia contra las mujeres, vocaciones productivas y comportamientos financieros, así como aspectos de seguridad alimentaria de las mujeres y sus familias.

El diagnóstico brinda una guía práctica para recabar información a nivel comunitario en el contexto de la crisis generada por la pandemia de la Covid-19, para hacer una distribución eficiente de los recursos y proponer soluciones apropiadas, además de involucrar a los participantes en la toma de decisiones.

En el caso de la comunidad de Chuchiltón, partieron de la realización de un proceso riguroso que posibilitó la adaptación cultural sensible, facilitar grupos focales en lengua maya tsotsil y gestionar la interpretación de las opiniones y testimonios al idioma español para su posterior análisis y sistematización.

Descripción de la violencia contra las mujeres y las niñas de las participantes. Fuente: respuestas de la línea base elaborada por PNUD-FAO, implementada en noviembre de 2021.

Así pues, entre los hallazgos de violencia y acceso a justicia, exploraron los siguientes temas: violencia contra mujeres y niñas, acceso a justicia, liderazgo y economía de cuidados. Donde las mujeres describieron incidentes que remitían a la violencia contra las mujeres y niñas.

Con base en la catalogación de los incidentes descritos por las mujeres en distinto tipos y modalidades de violencia, realizaron una nube de palabras en la que representaron las siguientes frases: maltrato a mujeres y niños, golpes, alcohol y, violencia verbal y violencia física.

Así mismo, las mujeres reportaron violencia física, psicológica, económica, patrimonial y sexual por parte de los hombres de la comunidad. Señalaron que las agresiones comienzan en el seno del hogar, pero también se dan fuera de él.

La violencia física fue a la que más se refirieron las mujeres. Este se manifiesta con golpes, empujones, impedirles salir de casa u otras agresiones físicas. Otra de las formas de violencia mencionadas con más frecuencia fueron los gritos o insultos, es decir, violencia psicológica.

El proyecto también buscó incidir en la prevención de la violencia de género por medio del trabajo con los hombres en la comunidad, problematizando los mandatos, privilegios, relaciones de desigualdad y complicidad, para construir masculinidades no violentas y corresponsables.

Al preguntarle a 30 hombres sobre los roles masculinos y femeninos destacaron que, aunque el 97% de los hombres encuestados dice que estaría dispuesto a dividir de manera igualitaria las labores del hogar y los trabajos de cuidado en sus hogares, el 72% cree que las mujeres deben ser las responsables del cuidado de los hijos e hijas, como de las personas enfermas y ancianas.

Mujeres indígenas de Chuchiltón, Larráinzar en Chiapas inician actividades en red para impulsar la igualdad de género y mejorar su salud financiera. Foto: PNUD/Fernando Atristain

Otras respuestas sobre las opiniones de los roles masculinos y femeninos revelaron percepciones fundamentadas en estereotipos de género, reflejado en que el 86 por ciento de los hombres no está de acuerdo en que las mujeres deben tener el derecho a salir solas en la noche a divertirse y el 50% cree que los hombres deben ocupar mejores puestos que las féminas en los trabajos.

Sobre los hallazgos de salud financiera y actividades productivas, exploraron los siguientes temas: acceso a servicios financieros, comportamientos financieros, conocimientos básicos de educación financiera, fuentes de ingreso y actividades productivas.

En ese sentido, la mayoría de las mujeres en la localidad respondieron no tener contacto con alguna institución financiera. Por ello, dedujeron que el sistema financiero formal no se presenta en el ecosistema de Chuchiltón. Por lo que, las mujeres no pueden acceder a este.

No obstante, el 53% de las mujeres sí ahorran por medio de mecanismos informales y de manera no recurrente, principalmente “abajo del colchón”, comprando animales o haciendo préstamos informales.

Mientras que, en los hallazgos de seguridad alimentaria, exploraron los siguientes temas: producción de alimentos y animales para consumo, conocimientos técnicos y toma de decisiones para la siembra o cría de animales y cuestiones nutricionales de la alimentación que tienen.

El diagnóstico participativo en materia de seguridad alimentaria comenzó dialogando sobre la dieta de las mujeres de la comunidad y sus familias, es decir, sobre los alimentos que consumen.

Para ello, contemplaron que el 95% de las participantes siembran algún alimento en alguna temporada del año. De esa siembra, el 72 por ciento es para consumo en su hogar y el 24% para consumir en el hogar y para vender. De la misma manera, el 88 por ciento crían animales para su consumo, los cuales el 70% son para autoconsumo y el 25% para autoconsumo y venta.

PNUD, FAO y la Secretaría de Igualdad de Género Chiapas promueven autonomía y derechos de las mujeres indígenas y rurales de Chuchiltón, Chiapas. Cortesía: PNUD

A partir de los hallazgos, emitieron algunas recomendaciones. En el marco de las redes de sororidad, recomendaron realizar actividades de sensibilización sobre lo que es la violencia de género y los tipos de esta: económica, emocional, física, psicológica y sexual.

Aunado a ello, incluir en esa sensibilización sesiones informativas o llevar a cabo una campaña de comunicación en la comunidad sobre los canales de acceso a la justicia. En ese mismo contexto, sugirieron indagar en los obstáculos que enfrentan las mujeres para acceder a los canales de justicia, a fin de entenderlos mejor y poder proponer una ruta de acción para derribar dichas barreras.

También, recomendaron tratar en las capacitaciones con mujeres los temas de empatía y sororidad orientados a reducir la revictimización de quienes han sufrido de violencia de género y que deriva en exclusión social.

Otra sugerencia fue la de disminuir la idea de que las “mujeres son competencia entre ellas” y/o que “las mujeres son las peores enemigas de las mujeres”, a fin de que se cree un ambiente de sororidad y apoyo en casos de violencia o de exclusión social en la comunidad, disminuyendo las burlas y discriminaciones que las mujeres hacen hacia las mismas.

Se recomienda extender la estrategia de sensibilización para alcanzar también a la autoridad comunitaria y a los hombres, tomando en cuenta que las propias mujeres reconocen que los hombres deben ser aliados para combatir la discriminación y la violencia de género, indica el estudio.

De igual manera, con la sensibilización de hombres y niños, esperan poder atender esa problemática desde los primeros años de infancia de los hombres, así como de los niveles más bajos de violencia.

Y, para contribuir al rompimiento de los roles de género y las barreras que enfrentan las mujeres para participar en algunas actividades, entre ellas el trabajo remunerado y/o las decisiones sobre la cría de animales o la siembra de alimentos, consideraron conveniente la puesta en marcha de una campaña pública que informe sobre la igualdad de género y cómo alcanzarla.