Secretaría de Salud de Chiapas «desaparece» 1,258 millones de pesos

Secretaría de Salud de Chiapas, a cargo de José Manuel Cruz Castellanos, no ha comprobado 1,258 millones de pesos del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA). Foto: MCCI

Por Ami Sosa e Isabel Mateos/Mexicanos Contra la Corrupción (MCCI)*

La ASF observó una falta de comprobación de mil 258 millones de pesos del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA) por traspasos a 14 cuentas bancarias y gastos irregulares durante el primer año de la administración de Rutilio Escandón.

El proyecto más exitoso del FASSA en Chiapas fue la reducción de la mortalidad materna en mujeres sin seguridad social, sin embargo, no hay evidencia presupuestal que lo refleje.

Los recursos siguen pendientes por aclarar después de tres años de que se registró la irregularidad. Con la cantidad de dinero público que está en el limbo, se podrían comprar 744 ambulancias equipadas y mil equipos de ultrasonido.

María no supo con certeza por qué murió su bebé. Solo recuerda que después de su parto le dijeron que “tenía sangre en la cabeza”.

Tres años después, otro parto la trajo de regresó al Hospital de la Mujer de San Cristóbal de las Casas. Espera noticias sobre la salud de su segundo hijo sentada en la rampa del hospital, cobijada del frío de la mañana con su rebozo y su falda negra de lana.

“Mis dos bebés nacieron aquí, pero no me atendieron bien, hasta murió mi primer hijo”, se lamenta la mujer de 42 años. Por petición de la entrevistada se emplea el nombre ficticio de María para proteger su identidad.

En 2018 Chiapas fue el estado con el mayor número de nacimientos en el país, con 9 mil 917 registros, pero también el de más muertes maternas a nivel nacional con 77 defunciones, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la Dirección General de Epidemiología (DGE) de la Secretaría de Salud.

Un año después, Chiapas redujo a 57 muertes maternas colocándose en segundo lugar a nivel nacional, solo detrás del Estado de México.

La muerte materna se cuantifica a través de la Razón de Mortalidad Materna (RMM), que es el número de muertes maternas por cada 100 mil nacimientos vivos, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Cifras de la DGE muestran que Chiapas pasó del primer lugar a nivel nacional en 2018, con una RMM de 69.9, al cuarto en 2019, con una RMM de 49.

Disminuir la RMM era el objetivo más importante de la nueva administración -encabezada por Rutilio Escandón- porque representaba “un indicador de pobreza”, dijo el secretario de Salud, José Manuel Cruz Castellanos en una comparecencia de diciembre de 2019.

Ahí el funcionario informó un logro prodigioso. Durante su primer año de administración, Chiapas salió del primer lugar nacional de RMM. Para conseguirlo destacó la coordinación de tres estrategias: un censo de embarazadas, el monitoreo de la mortalidad materna y el seguimiento de mujeres en postparto. No dio más detalles sobre el presupuesto de las estrategias o su implementación.

Resaltó la ayuda de los programas Capullito y Maternidad Segura, con los que entregaron 2 mil 565 paquetes con insumos básicos para el recién nacido y 19 mil 485 despensas a seis mil beneficiarias. Ambas iniciativas existían en Chiapas desde la gestión del exgobernador Manuel Velasco.

El año en que murió el bebé de María, Chiapas recibió 4 mil 595 millones de pesos del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA), que es dinero proveniente de la Federación para apoyar a quienes no cuentan con seguridad social, que en esa entidad es el 78 por ciento de la población.

Los recursos del FASSA 2019 se distribuyeron en dos partes, la mayoría dirigidos a pago de nóminas y el dinero restante fue destinado a 47 proyectos.

Sin embargo, una evaluación externa reveló que solo se pagaron nóminas federales con recursos del fondo en 2019, lo que corresponde a siete mil trabajadores de la salud, menos de la mitad de los 24 mil que trabajaron ese año en Chiapas.

De los 47 proyectos del fondo, disminuir la RMM fue el que mayores avances presentó ese año. Pero el presupuesto que recibió del FASSA fue apenas 6 por ciento mayor comparado con 2018 y más de un cuarto de los recursos de 2019 no fue comprobado con documentos que justificaran su gasto.

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) observó al gobierno de Chiapas mil 258 millones de pesos por transferir los recursos del FASSA a 14 cuentas bancarias diferentes, realizar pagos injustificados a 97 trabajadores de la salud y comprar medicinas y vales de combustible de manera irregular.

 

Las tres demoras

A nivel global se utiliza el modelo de las “tres demoras” para analizar los momentos de la atención obstétrica que más impactan en la mortalidad materna y perinatal, propuesto en 1997 por Deborah Maine y otros autores.

Estas demoras ocurren: al buscar ayuda, al trasladarse a una instalación de tratamiento y al recibir una atención adecuada. Chiapas no invirtió recursos del FASSA 2019 para aliviar ninguno de estos momentos.

 

Primera demora

Reconocer señales de peligro y buscar ayuda es el primer momento en el que se puede salvar la vida de una madre y su bebé. En Chiapas, debido a la dispersión de la población y a la extensión del territorio, mucha de esa responsabilidad recae en las parteras tradicionales porque son el primer puente entre las embarazadas y los servicios de salud.

El día de su primer parto, María estaba en su casa acompañada de la partera que la atendió por nueve meses. Cuando comenzó a presentar complicaciones, su partera consiguió una ambulancia que la trasladó de emergencia de Chalchihuitán al Hospital de la Mujer de San Cristóbal de las Casas, a 46 kilómetros de ahí.

El Instituto de Salud de Chiapas (ISECH) aseguró haber capacitado a 2 mil 968 parteras tradicionales para la atención de mujeres embarazadas. Sin embargo, las capacitaciones fueron financiadas por el Acuerdo para el Fortalecimiento de las Acciones de Salud Pública en los Estados (Afaspe) que Chiapas firmó en 2012. El presupuesto del FASSA 2019 no registró el uso de recursos para algún programa de capacitación para este sector.

“Nos dicen: ‘Si ves una hemorragia, traslada’, pero la mujer va a seguir sangrando y no nos dicen qué hacer en ese momento. Qué hago para estabilizarla lo suficiente y que no se muera en el camino. No nos enseñan esas cosas”, relata Ofelia, vocera del movimiento Nich Ixim de parteras de Chiapas, sobre las formaciones que les da el ISECH.

El movimiento Nich Ixim está conformado por más de 600 mujeres que trabajan en 35 municipios del estado. Es un colectivo independiente que defiende el derecho de parir con dignidad. Lo conforman parteras tradicionales, urbanas y autónomas que son hablantes de tseltal, tsotsil, tojolabal, zoque, ch´o y español.

Además de acudir a capacitaciones del ISECH, las voceras explican que cada mes entregan un informe a las autoridades locales de salud. “Nos dan un formato donde va el nombre de todas las pacientes que tenemos en control, los bebés que nacieron ese mes, cuántas veces revisamos a la mujer, cuántos días tuvimos que velar su cuarentena. Prácticamente nosotras hacemos la chamba”, agrega Ofelia.

Los Reportes de Aportaciones Federales del Ramo 33 del Instituto de Salud de Chiapas muestran que no se comprometió, devengó, ni ejerció presupuesto del FASSA para censos de embarazadas en 2019.

Asimismo, hay unidades médicas que no cuentan con equipo para realizar ultrasonidos, material básico para diagnosticar complicaciones. “Una paciente mía llegó en trabajo de parto al nuevo Hospital General Dr. Jesús Gilberto Gómez Maza, en Tuxtla, y resulta que no hay ultrasonido. La mandaron a hacérselo y no tiene dinero”, comparte la vocera.

El Centro de Salud de Tuxtla, ubicado junto al Gómez Maza, tampoco tenía un equipo de ultrasonido que sirviera cuando el equipo de MCCI lo visitó en octubre pasado.

En San Cristóbal de las Casas, frente a la entrada principal del Hospital de la Mujer, se encuentra el laboratorio privado Vital Labs. Martha González, empleada y enfermera comentó: “la mayoría de las mujeres que atendemos vienen a hacerse ultrasonidos porque las mandan del Hospital de la Mujer por alguna complicación”.

 

Segunda demora

El segundo momento en el que se puede evitar la muerte materna y perinatal es durante el traslado a una unidad médica. Es en esta etapa que la velocidad y la movilidad pueden significar la vida o la muerte.

María tuvo la fortuna de que su partera lograra conseguir una ambulancia que la llevara a San Cristóbal de las Casas a tiempo, pero eso fue excepción a la regla, explica la señora Rosalina, partera de la región de la frontera del movimento Nich Ixim, quien aclara que la gran mayoría de sus pacientes se trasladan por sus propios medios.

“No hay ambulancias. Nada más queda agarrar taxi y la familia tiene que gastar”, comenta mientras frota sus manos que durante más de 30 años le han servido para recibir bebés. “Si la familia tiene dinero, les dicen que pongan para la gasolina. Y si uno ofrece poner para la gasolina entonces resulta que no hay chofer. Si no es una cosa es otra”.

En 2019 los servicios de salud de Chiapas ejercieron 68 millones de pesos del FASSA en combustible, lubricantes y aditivos. Sin embargo, la ASF observó 44 millones de pesos que se utilizaron para la compra de vales de combustible porque la dependencia estatal no publicó una convocatoria para esa adquisición en ningún canal oficial. La secretaría de salud local tampoco acreditó con documentos la investigación de mercado ni la autorización del presupuesto para esa compra.

En la entrada del Hospital Comunitario del municipio Las Rosas, una ambulancia se sostiene sobre una caja de cartón llena de envases de refrescos. El director de estas instalaciones comenta que ya se va a pedir la reposición del vehículo y que cuentan con otras dos para brindar servicios de traslado.

El ISECH reporta un promedio de 87 ambulancias activas en Chiapas entre 2018 y 2022 para brindar servicios a las 47 unidades de segundo nivel y a las dos unidades de tercer nivel del estado.

En entrevista, la diputada Verónica Alcázar Cordero, presidenta de la Comisión de Salubridad y Asistencia del Congreso de Chiapas, asegura que “se está trabajando mucho en ese tema y a muchos de los municipios se les ha hecho entrega de ambulancias porque ya contaban con algunas que estaban en difícil situación”.

 

Tercera demora

El último momento en el que se puede salvar la vida de la madre y su bebé es cuando llega a una unidad médica que tenga la capacidad de atender una emergencia obstétrica adecuadamente.

Pero María, después de llegar al Hospital de la Mujer en San Cristóbal de las Casas, no fue ingresada a una cesárea de emergencia. Continuó con su labor de parto y dio a luz horas después. Su bebé no sobrevivió a ese proceso.

El español es el segundo idioma de María y en el hospital no había nadie que pudiera explicarle en su lengua madre lo que estaba pasando. “Se pierde tiempo”, comenta Lucy, otra de las voceras del Nich Ixim, ya que muchos hospitales de Chiapas no reconocen la labor de las parteras y les prohíben ingresar con sus pacientes.

“En muchas ocasiones funciono como traductora de la paciente y al negarnos el acceso prácticamente se pierde la información y la mujer tiene que explicar todo otra vez como pueda”, añade.

A pesar de que en 2019 el FASSA tuvo 8.4 millones de pesos de presupuesto para apoyo administrativo, traducción, fotocopiado e impresiones, no se localizó un programa para ofrecer servicios para traducir en las unidades médicas de Chiapas.

Los casos de violencia obstétrica y negligencia también ponen en riesgo a las mujeres chiapanecas durante su parto o cesárea.

El 21 de julio del año pasado, Lorena de Jesús Padilla Victoria, de 20 años y originaria del municipio de Las Rosas, Chiapas, falleció siete meses después de haber tenido una cesárea porque le dejaron una compresa en el intestino. Nadie detectó el problema hasta que fue demasiado tarde.

“Cuando fallece Lorena nos mandan llamar al hospital y nos dicen: ‘Vamos a tenerlas bien controladas por este caso de muerte materna que ocurrió’”, recuerda Lucy, “pero Lorena jamás fue con una partera, ellos son los responsables de que Lorena haya muerto”.

El 12 de noviembre de 2022, Araceli, de 14 años, originaria de Ciudad Hidalgo, dio a luz en la entrada del Hospital General de Tapachula sobre una caja de cartón, sin ayuda de personal médico. No se le permitió acceso al centro de atención hasta que las autoridades supieron que el bebé había muerto. Hasta el momento no se conoce el estado de salud de Araceli ni a los responsables de esta negligencia.

 

COVID-19 y partería

La pandemia trajo consigo un aumento de la muerte materna en todo el país, la RMM nacional aumentó de 34.2 en 2019, a 53.9 en 2020 y 56.3 en 2021, de acuerdo con el Observatorio de Mortalidad Materna (OMM).

La saturación de unidades hospitalarias durante la pandemia tuvo como consecuencia la falta de recursos humanos y materiales disponibles para ofrecer una atención materna y perinatal de calidad en el país, según la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed).

Chiapas va a contracorriente y ocupa lugares cada vez más abajo a nivel nacional. En 2020 tuvo una RMM de 52.4, ubicándose en décimo lugar, y en 2021 quedó en el lugar 26 con una RMM de 38.3.

La Conamed reconoce la importancia de la partería en una crisis sanitaria: reduce la alta demanda de servicios de salud, de cesáreas innecesarias y disminuye la posibilidad de contagios. Chiapas contaba con 4 mil 88 parteras tradicionales en 2020, de acuerdo con la Secretaría de Salud Nacional.

“Nos fue muy difícil porque la pandemia fue cuando se disparó más la atención, tanto para embarazadas, como para partos y casos de Covid. A todas nos tocó atender Covid y hasta nos tocó enfermar”, comenta Ofelia, quien agrega que 30 de las 650 parteras de Nich Ixim perdieron la vida durante la pandemia.

 

Chiapas es el estado con más parteras de todo el país.

Mientras la CONAMED, el OMM y otras organizaciones internacionales aseguran que las parteras ayudan a reducir las muertes maternas, el secretario de Salud de Chiapas no se ha reunido con el movimiento Nich Ixim de parteras de Chiapas desde su llegada a la dependencia.

“Ni siquiera nos agradecieron después de la pandemia. Ni preguntaron cuántas sobrevivimos al Covid, nada. No hubo nada. Y aquí seguimos, ¿verdad?”, exclama Ofelia.

 

Transfieren dinero y desaparece

Para 2019 Chiapas reportó un avance del 170 por ciento en el indicador de disminución de RMM presupuestado por FASSA, el indicador con el mayor progreso de los seis que registró la dependencia.

Sin embargo, el ISECH no destinó recursos del FASSA 2019 para la capacitación de personal médico o de parteras y gastó más dinero en viáticos que en combustible, servicios de traducción o servicios médicos, de acuerdo con los Reportes de Aportaciones Federales del Ramo 33.

Aún más, la auditoría 556 reveló que el ISECH no aclaró el gasto de mil 258 millones de pesos del FASSA, lo que representa el 27 por ciento de los recursos que recibió en 2019. Colocándolo como la tercera entidad con los mayores montos observados del FASSA por la ASF, detrás de la Ciudad de México y Oaxaca.

Del total observado, hay mil 189 millones de pesos sin aclarar por falta de documentos que justificaran su gasto. Ocho millones corresponden a la compra de medicamentos que no fueron entregados y 44 millones a la adquisición irregular de vales de combustible.

El pliego de observaciones número 2019-A-07000-19-0556-06-001 revela que la Auditoría Superior no pudo comprobar el destino de los mil 137 millones de pesos restantes porque el ISECH transfirió los recursos que recibió del FASSA a 14 cuentas bancarias diferentes y no realizó registros contables adecuados de los movimientos de dinero.

La práctica de tener cuentas licuadora, que disuelven los recursos del FASSA entre ellas hasta perder millones de pesos, no es nueva en Chiapas. Las observaciones de la ASF muestran que desde 2012 a la fecha se transfieren los recursos del fondo a más de una cuenta y 2019 fue el año con el mayor número de perfiles bancarios utilizados.

De acuerdo con la Auditoría, no tener una cuenta bancaria específica para cada fondo “genera la mezcla de recursos de diferentes fuentes, así como dificultades para su identificación y fiscalización”. Es decir, entre más perfiles de banco, menos rendición de cuentas.

La práctica de las cuentas licuadora para el FASSA continúa en la administración de Rutilio Escandón, con nueve en 2020. En la auditoría 597 se informó que hay dos millones de pesos sin aclarar de los recursos que recibió Chiapas del FASSA 2020.

El ISECH afirma que desde 2020 ha mandado a la ASF documentos para comprobar el destino de los recursos del FASSA 2019, pero hasta la fecha de publicación de este reportaje los mil 258 millones de pesos observados continúan “en seguimiento”, de acuerdo con la herramienta de consulta pública de la Auditoría.

Tampoco se han presentado denuncias en contra de los servidores públicos de Chiapas por los montos sin aclarar del FASSA 2019 y 2020.

La titular de la Coordinación de Enlace de Auditorías Estado-Federación de la Secretaría de la Honestidad y Función Pública de Chiapas, Ana Marcela Ortíz Aguilar, respondió no a las peticiones de entrevista del equipo de MCCI.

El secretario de salud José Manuel Cruz Castellanos tampoco accedió a proporcionar una entrevista para este reportaje y al ser abordado por el equipo de MCCI en el evento conmemorativo del día de la lucha contra el cáncer de mama del Congreso del estado, se negó a dar comentarios y se retiró del edificio.

Con los mil 258 millones de pesos que no han sido recuperados del FASSA en Chiapas, se podrían adquirir más de mil equipos de ultrasonido para diagnóstico general. Se podrían comprar seis ambulancias equipadas para cada uno de los 124 municipios del estado. Se podría contratar al menos a un traductor para cada unidad médica de segundo o tercer nivel de atención. Tal vez se podría haber evitado la muerte del primer bebé de María, del bebé de Araceli o de Lorena.

 

No hay documentos públicos del ISECH que demuestren cómo se logró disminuir la muerte materna en 2019 con fondos del FASSA.  Aún más, los programas Capullito y Seguridad Materna, que ayudaron a reducir la RMM en 2019 según Cruz Castellanos, también estuvieron activos durante años anteriores.

En julio de 2019 Chiapas recibió un millón de dólares de la Iniciativa Salud Mesoamérica (ISM), conformada por la Fundación Carlos Slim, la Fundación Bill y Melinda Gates, los gobiernos de España y Canadá y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), como premio por disminuir la mortalidad materna e infantil. Las parteras no recibieron recursos del premio o agradecimientos del gobierno del estado.

*Este reportaje forma parte de la investigación «En busca del dinero perdido»

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