Piden reformar la Ley General de Salud para promover los bioinsumos y sistemas agroecológicos
*La agroindustria no tiene como fin alimentar al mundo, sino producir insumos industriales: muchas veces nocivos para la salud.
Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País expresó su apoyo a las propuestas de reformas de la Ley General de Salud para fomentar los bio insumos, sistemas agroecológicos y establecer un programa nacional de restricción y prohibición progresiva de plaguicidas peligrosos. Todo ello, plasmado en el dictamen conjunto de las Comisiones Unidas de Salud y Estudios Legislativos Segunda, presentado en la Reunión Extraordinaria del Senado el pasado 29 de septiembre.
Así mismo, señalaron que la agricultura industrial, caracterizada por el uso de maquinaria son las causas principales de la pérdida de suelos debido a: elevados volúmenes de agua extraídos del subsuelo por medio de bombas que requieren combustibles fósiles, agroquímicos, fertilizantes sintéticos y el uso de semillas patentadas. Lo anterior, considero por el propio Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), y lo mismo planteó el último informe del Panel Intergubernamental en Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en ingles).
La organización afirmó que es necesario conocer las relatorías de otras instancias especializadas en derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quienes alertan sobre la necesidad de “prevenir la exposición a sustancias peligrosas, incluidos los plaguicidas para proteger el derecho de las personas a la vida, salud y una vida digna”.
En ese sentido, indicó que en México, los movimientos de producción de mediana y pequeña escala, así como diversas organizaciones de la sociedad civil, han sido el motor para presentar modificaciones a leyes y se emitan decretos con la finalidad de proteger la salud humana y la biodiversidad de plantas cultivadas, así como de plantas y fauna silvestre.
Algunos de esos instrumentos son la Ley Federal de Fomento y Protección del Maíz Nativo y el Decreto Presidencial del 31 de diciembre de 2020. Éste último establece la prohibición gradual del uso del herbicida glifosato, conocido en el mercado como Round Up y Faena, entre otras marcas comerciales.
La Campaña indicó que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación sobre plaguicidas de alta peligrosidad, aceptada por autoridades federales: Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), Servicio Nacional de Sanidad Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica).
Así como, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Enfatizaron, que esos instrumentos contribuyen a transitar hacia una agricultura sostenible que contribuya a mejorar las condiciones ambientales, la salud humana y de los insectos polinizadores.
Por otra parte, resaltaron que hace poco, senadores de diversos partidos políticos presentaron en el Senado de la República diversas iniciativas que señalan la necesidad de prohibir el glifosato. Tal es el caso de la iniciativa de reforma a la Ley General de Salud en materia de plaguicidas y de las propuestas de reforma que incluye el Dictamen Conjunto de las Comisiones Unidas de Salud y Estudios Legislativos.
Ambos casos, señalaron que han recibido hasta el momento el respaldo institucional de la Secretaría de Salud, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), SEMARNAT y la Opinión Técnica favorable de la Subsecretaría de Autosuficiencia Alimentaria de SADER.
Poder contar con una reglamentación específica sobre bio insumos, ha sido una demanda de productores que buscan transitar hacia sistemas agrícolas agroecológicos, pues contribuiría en gran medida a la transición agroecológica para reducir la dependencia de insumos agro tóxicos, expuso la Campaña.
Por lo que, recordaron que la agroecología no se limita a una sustitución de insumos o prácticas agrícolas, sino a la diversificación de los sistemas agrícolas que permitan una mayor resiliencia y equidad social, así como recuperar alimentos y semillas tradicionales.
Es necesario señalar que lo que se ha venido afirmando en los medios de comunicación masiva, en el sentido de que escasearán los alimentos y que será imposible la producción sin el apoyo de estos agro tóxicos, no responde a la realidad, dijo la organización.
Pues, a través de la promoción de alternativas exitosas que han desarrollado con apoyo del Conacyt y de programas gubernamentales de acompañamiento técnico para asegurar la autosuficiencia alimentaria que ha impulsado la SADER, demuestran que es posible la sustitución paulatina de herbicidas tóxicos. En Estados Unidos hay alternativas comerciales no tóxicas que han sustituido con éxito y por alguna razón, no se han comercializado en México.
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