A dos años, familia perseguida por la desaparición de Dylan exige justicia
*Dylan Esaú, de apenas 2 años, jugaba al medio día del 30 de junio de 2020, con un atomizador que utilizaba para mojar los pescados y mariscos que su mamá, abuelo y abuela tenían dentro del MERPOSUR. No obstante, en cuestión de minutos no fue visto hasta 45 días después.
En julio de 2020, la familia Gómez fue acusada de manera injusta por la desaparición del niño Dylan Esaú en San Cristóbal de Las Casas. Como resultado, Adolfo Gómez fue detenido, y luego encontrado sin vida en su celda. Mientras tanto, cuatro mujeres fueron acusadas del delito de trata de personas y estuvieron privadas de su libertad por 6 meses, mientras que sus 23 hijas e hijos fueron retenidos en el sistema para el Desarrollo Integral de las Familias (DIF) cerca de 4 meses.
A más de dos años de esos hechos, la cadena de daños continua. Por lo que, la familia exigió su derecho a acceder a la verdad y denunció la corrupción y obstrucción de la Fiscalía General de Chiapas, en la investigación por tortura y muerte de Adolfo Gómez.
A través de una conferencia de prensa, Enereida Gómez Sánchez, hija de Adolfo Gómez, pidió justicia, pues su familia fue acusada de manera injusta por la desaparición del niño Dylan: lo que provocó la muerte de su padre.
Gómez Sánchez compartió que cuando su padre fue detenido y trasladado al Centro de Reinserción Social para Sentenciados de Chiapas (CERSS) No. 5 de San Cristóbal de Las Casas. Ella fue a dejarle alimentos por dos días, éste le mando a decir con un oficial que hiciera tiempo porque le daría una nota, al leerla descubrió que querían la cantidad de 50 mil pesos para él y la misma cantidad para su madre, quien también fue detenida.
Señor gobernador y presidente de la República, por favor que estas palabras lleguen a su corazón y que nos hagan justicia sobre la muerte de mi padre, porque nosotros no nos convencemos, dicen que él se mató dentro del cerezo, no es cierto todo eso, estoy dando la cara y pidiendo que se conmuevan de la familia, porque somos 33 de la familia Gómez quienes sufrimos, dijo la hija de Adolfo Gómez.
Por otro lado, Josefa Sánchez Gómez, esposa de Adolfo Gómez, pidió justicia por la muerte de su esposo, porque ella está convencida de que su esposo no se mató, sino que lo mataron. Afirmó que no solo lo sabe, sino que lo comprueba pues estuvieron juntos en el Cerezo.
El día 20 yo estuve en el locutorio, platique con mi esposo, lo vi triste y le pregunte ¿Por qué?, Me dijo que se sentía mal y agotado, por tanto dolor de donde lo patearon, golpearon y que lo sacaban por la mañana. Le dije que no podían sacarlo porque estaban en un conyugal como yo, y no lo podían sacar porque la llave nada más lo tenía el director y su oficial, dijo la esposa de Adolfo Gómez.
Sánchez Gómez mencionó que Adolfo Gómez sentía miedo porque querían 100 mil pesos, para él y para ella, sino tenía esa cantidad, aceptaban tan solo 50 mil. Por esa razón, su esposo le pidió que se cuidara porque también la matarían.
Le dije que no lo matarían porque teníamos a nuestro defensor o el juez para decirle, pero dijo que no, porque le prohibieron decirlo. Le dije: no creo que te vas a acabar ese miedo que tienes así estoy yo, no lo debemos ese niño del que nos acusan, es injusto lo que hizo la Fiscalía, son corruptos porque no saben hacer su trabajo, porque nosotros estamos trabajando y no pensamos en hacer cosas inconvenientes, añadió la fémina.
Además, comentó que su esposo le dijo que donde el estaba no le daban ropa ni comida, al finalizar su conversación le pidió que se cuidara y se fue a donde lo tenían encerrado. El día de la audiencia, los llevaron caminando, veía distraído y mal a Adolfo, le indicó que se sentara, pero este respondió que no podía porque estaba muy golpeado de las costillas y garganta.
Me llevaron en un registro de agua, ahí me encerraron, al conyugal por la noche entraron personas quienes me envolvieron con una manta negra, me pusieron de cabeza y que dijera la verdad, que entregara al niño Dylan, pero les dije que no lo conocía y me dijeron que si no lo daba ahí me acababa, pero yo le dije que porque me iban a matar sino hice nada y por eso había ley para que me defienda, pero me dijeron que no había ley ni nada, fue lo que Adolfo le dijo a su esposa ese día.
Sánchez Gómez se percató que su esposo tenía dos cubrebocas, uno cubría su garganta y le preguntó ¿Por qué?, acto seguido le pidió que se lo quitara, aunque este se reusó logró arrebatárselo, vio que tenía marcas de tortura en el cuello.
Me van a marcar, me ahorcaron, iban a subir el lazo, pero me lo jalaron para atrás, por eso tengo este dolor, me despido de ti porque me voy a morir, me están esperando este día con 50 mil pesos, sino lo entrego me van a matar, tengo un pie adentro y uno afuera, cuídate mucho, porque yo en este momento siento la muerte, fue lo que le dijo su esposo.
Al día siguiente, las oficiales fueron a ver a Sánchez Gómez, les dijo que me sentía mal y al llevarla al médico, expreso sentirse enferma porque no podía dormir, a lo que la doctora le pidió que fuera valiente pues su esposo se había matado.
Mi esposo no se mató, siendo que él dijo que lo matarían, lo compruebo porque lo mire. Mi esposo estaba bueno, pido justicia, señor gobernador y presidente me duele esta tragedia, cuando se llevaron a mi esposo me lo tiraron en la camioneta, lo acostaron y se cayó, si mi esposo lo debería no importaría los años que estaríamos encerrados, pero no lo debemos. La Fiscalía se llevó nuestro dinero, tenemos perdida, nos dejaron en la calle, fueron unos sin vergüenzas y corruptos, indicó la mujer.
Por lo expuesto, la Colectiva Cereza exigió justicia para la familia Gómez, acusados de manera injusta por la desaparición de Dylan, quien fue encontrado días después. Cuatro mujeres de la familia vivieron en la cárcel, sus 23 hijas, hijos, nietas y nietos fueron llevados y retenidos en el DIF y otras 6 personas adultas tenían ordenes de aprehensión.
Aunado a ello, un proceso judicial acusadas y acusados de otros delitos que les construyeron hasta que después de 5 meses se logró su libertad por la presión de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), pero Adolfo murió en CERSS, 12 días después de ser detenido cuando le maltrataban y torturaban preguntándole por Dylan.
Ahora la familia denuncia la obstrucción a la investigación por la muerte de Adolfo y la acción conjunta del juez de control de San Cristóbal de Las Casas y Bochil, así como de la FGE para que no se investigue, desobedeciendo el Requerimiento del Juez Sexto de Distrito derivado de la Resolución de Amparo 785/2021.
Dicho amparo reabre la investigación por homicidio y ordena que se realicen los actos de investigación contenidos en un documento de 9 pruebas aportado por la familia de Adolfo el 15 de octubre de 2020, y que la Fiscalía Altos no incluyó en la Carpeta de Investigación 353-078-0301-2020, no realizando ninguna investigación por el homicidio de Gómez, por el resguardo de datos conservados Telcel y no siendo garante de derechos humanos, como es deber del Juez.
Lo anterior, permitió que se obstaculizara la actuación de peritos independientes aportados por la familia que demostrarían que a Adolfo lo mataron, permitiendo que la FGE «perdiera» pruebas aportadas como un USB y el lazo constrictor con el que apareció ahorcado Gómez en la celda conyugal en la que estaba en aislamiento.
Por último, solicitaron un control judicial al juez para que la Fiscalía Altos presente el lazo constrictor o explique qué pasó con este. No obstante, respondió que fueran primero a la jerarquía de la FGE para realizar el control judicial al que adjudica el 45/2022. Es decir, la Fiscalía manda a los jueces.
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