60 por ciento de la población del país consume agua con contenidos de fluoruro superiores a la normativa
El 75 por ciento de las instituciones educativas en el país no cuenta con bebederos o sistemas de purificación de agua segura. Esto, es una de las razones, por lo que investigadores hicieron evidente la necesidad inmediata de tomar acción para asegurar un consumo sano hacia los niños, niñas y adolescentes.
La organización Cántaro Azul participó junto con el Inventario Nacional de Calidad del Agua (INCA) en la presentación del libro “Hacia el cumplimiento del Derecho Humano al Agua. Arsénico y fluoruro en agua: riesgos y perspectivas desde la sociedad civil y la academia en México”, cuyo contenido estimó que, el 60 por ciento de la población del país consume agua con contenidos de fluoruro superiores a la normativa para agua de uso y consumo humano.
También, el agua que se destina al abasto doméstico contiene arsénico en varias regiones del país.
En ese sentido, indicaron que el fluoruro puede afectar las estructuras asociadas con el aprendizaje y memoria: reduciendo la capacidad intelectual. Por ello, las investigaciones reveló efectos secundario del consumo de dicha neurotoxina como: disminución del cociente intelectual, alteraciones en la conducta, aparición del trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
En niños y niñas, las consecuencias del consumo pueden derivar en daños genéticos, disminución de la función pulmonar y renal, así como, un riesgo alto de adquirir enfermedades cardiacas. Todo ello, derivado de la baja respuesta inmune de dicha población infantil.
En el 2020, el INCA junto con FanMex y Cántaro Azul, lograron transparentar y hacer públicos más de 27 mil dictámenes, todo ello para identificar la calidad del agua que llega a escuelas de nivel básico y a los hogares de su alrededor.
Dicho esfuerzo identificó a más de 5 mil 400 registros en 954 municipios del país con una superación de los límites máximos permisibles por la normatividad de la Secretaría de Salud poniendo. Los contaminantes más graves, tanto por su extensión como por su impacto negativo a la salud, son el Escherichia coli (indica contacto del agua con heces fecales), flúor y arsénico.
En el marco de la presentación, Sergio Villalobos, responsable de Vinculación y Seguimiento a Actores Wash de Cántaro Azul, relató una historia sobre el fallecimiento de un niño de dos años de edad en una comunidad del sureste: a causa de una diarrea derivado de la mala calidad de agua que hay en la región.
Por lo que, los especialistas en agua recomendaron generar una estrategia para el avance de los Derechos Humanos al Agua y al Saneamiento, con un enfoque de interdependencia de derechos, que coloque en el centro a las comunidades. Así como, a personas ubicadas en comunidades en condición de marginación y rurales, pueblos indígenas, mujeres en condición de pobreza, niños y niñas.
Así pues, llamaron a la comunidad en general, a los tomadores y tomadoras de decisión a tener conciencia de esta problemática para que sea atendida. De ese posicionamiento de la temática en la agenda nacional, resaltaron que es fundamental que se sumen los legisladores y legisladoras.
Por último, los defensores del derecho humano al agua exhortaron a las y los legisladores a sumarse en aquellas iniciativas que beneficien a las poblaciones en mayores condiciones de vulnerabilidad, para que puedan ejercer sus derechos y así poder cerrar la brecha de desigualdad.
Sin duda, esta Legislatura, tiene la posibilidad histórica de destrabar el proceso de aprobación de una Nueva Ley General de Aguas, enfatizó Mónica Olvera, directora de Cambio Sistémico e Incidencia de Cántaro Azul.
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