El trabajo en niños, niñas y adolescentes de Chiapas como una estrategia de supervivencia
*Cada 12 de junio se conmemora el “Día mundial contra el trabajo infantil”. Se calcula que en el mundo hay 152 millones de niñas y niños, de entre 5 y 11 años, que realizan alguna actividad laboral. De ellos, 72 millones participan en trabajos peligrosos, que pueden afectar su desarrollo físico, mental, social o educativo.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estimó que en 2008, en el mundo existían 7.4 millones de niñas, niños y adolescentes (NNA) realizando servicios domésticos. Pero, con más presencia de niñas menores de 16 años, empleadas para realizar este trabajo que en cualquier otro. Entidades como Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Michoacán, con importante presencia de población indígena, tienen el mayor porcentaje de NNA en estas tareas.
Mientras que en la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2019, registró que en Chiapas existen 13 mil 062 NNA en el grupo de “trabajadores domésticos, de limpieza, planchadores y otros trabajadores de limpieza” y “otros trabajadores elementales y de apoyo”. Así mismo, es la segunda entidad en la que mujeres adolescentes de 15 a 17 años trabajan como empleadas en una vivienda particular o casa ajena con el 30%, frente al 11.8% nacional.
Además, la ENTI reportó que en México existen 20 millones 813 mil 547 personas de 5 a 17 años que realizan quehaceres domésticos en sus propios hogares o de terceros. Donde el 5.3 por ciento efectua estas tareas en condiciones no adecuadas, y 2.6% en horario prolongados frente a 1.3% de los hombres.
Aunado a ello, 13.1por ciento de las personas de 5 a 17 años declararon ser “trabajadores domésticos de limpieza, planchadores y otros” y “otros trabajadores en actividades elementales” relacionadas con el trabajo doméstico y de cuidados.
Por otra parte, una investigación realizada por Austreberta Nazar Beutelspacher, investigadora del Departamento de Salud de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), da cuenta de la situación de niñas, niños y adolescentes que estudian y trabajan en tres ciudades de Chiapas. Así como las condiciones asociadas a las desigualdades económicas, étnicas y de género.
Nazar Beutelspacher indicó que la regulación del trabajo infantil suele hacerse con base en la edad y en sus posibles consecuencias en cuanto a riesgos y peligros relativos al trabajo mismo, así mismo, su interferencia con la asistencia y permanencia escolar. Cuando el trabajo no es peligroso o riesgoso y tampoco interfiere con el ingreso y la asistencia a la escuela, no es considerado problemático.
Fue así como, a partir de una encuesta realizada en escuelas secundarias de Tapachula, Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de Las Casas, informó que en los núcleos familiares se concibe el trabajo de NNA como una estrategia familiar para su sobrevivencia. En áreas urbanas suele asociarse con la condición de desventaja económica de las familias o de los y las menores que emigran solos, en general de localidades pequeñas a ciudades.
En ese sentido, señaló que el 12.5 por ciento de las NNA de 11 a 17 años que asisten a secundarias públicas y privadas realizan algún trabajo remunerado, con un porcentaje mayor en varones con el 16.1% y 9.1% en mujeres. El trabajo infantil entre estudiantes de secundaria se concentra entre quienes viven en las ciudades sin los padres: 37.4% de las y los estudiantes indígenas y 17.4% de las y los no indígenas.
Solo en escuelas secundarias de San Cristóbal de La Casas se registró la situación de niñas, niños y adolescentes que trabajan y estudian. En los hombres indígenas la proporción que estudia y trabaja es 2.5 veces mayor que la de los hombres no indígenas. En las mujeres indígenas es 2.2 veces mayor a la de las mujeres no indígenas, expuso la investigadora.
Lo interior, subrayó que evidencia el doble esfuerzo que realizan las NNA indígenas debido a su condición económica desventajosa, lo cual les impide dedicar tiempo de calidad a sus estudios, a la vez que los pone en condición de desigualdad en el rendimiento escolar frente a sus pares.
También, visibilizó que el 24.9% de las NNA que estudian y trabajan registran violencia física por parte de los padres, cifra estadística superior a la de quienes solo estudian. Mientras que en indígenas que estudian y trabajan es de 53.4 por ciento y 50.0% en no indígenas, lo que contrasta con el 25.0% y 13.2 por ciento entre quienes solo estudian, aunque en la actualidad no vivan con sus padres.
Lo anterior sugiere que el trabajo infantil se concentra en niñas, niños y adolescentes que probablemente han abandonado el hogar por motivo de la violencia y no cuentan con el apoyo de los padres para estudiar, agregó Nazar Beutelspacher.
La población infantil de secundaria que trabaja, en particular la población indígena migrante, dijo que enfrenta no solo el sobre esfuerzo de estudiar y trabajar, sino que han padecido mayor violencia física en el hogar, lo que incrementa su probabilidad de fracasar en su intento de mejorar su calidad de vida mediante la educación firmal.
Así pues, los datos de su investigación, demuestran la importancia de considerar el trabajo infantil no solo en cuanto a la edad y características del trabajo infantil desempeñado, sino en sus relaciones familiares, étnicas, de género y socioeconómicas, con especial atención a los grupos de niñas, niños y adolescentes que además de estudiar, trabajan.
A propósito de este día, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó datos estadísticos en torno a este trabajo no permitido. La información proviene de la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2019 y referencia a la población de 5 a 17 años.
En ese año, de los 28.5 millones de niñas, niños y adolescentes que residían en México, 2.2 millones trabajaron. Ciertas condiciones y actividades implican un riesgo para esta población, por lo que se las ha clasificado como «ocupaciones no permitidas».
Es así como el 93.8% de las NNA ocupados, laboró en ocupaciones no permitidas: 71.2 % fueron hombres y 28.8 %, mujeres. De esta población, el 55.9 por ciento lo hizo en ocupaciones peligrosas y 44.1 por ciento tenía menos de 15 años.
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