Brenda, la mujer trans que vivió y murió con la frente en alto
*César Caraza Rojas, le pidió a Manuel León compartir la historia de Brenda Cienfuentes García, pues en ese entonces tenía la urgencia de costear el tratamiento, productos de higiene personal, y en especial sangre tipo B positivo.
Un 11 de mayo de 2020 murió Brenda Cienfuentes García, mujer trans originaria de Chiapas y que viajó a Veracruz, ya que fue víctima de una serie de desigualdades, indicó Manuel León, activista oaxaqueño en la lucha contra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
A través de sus redes sociales, compartió que Cienfuentes nació en Chiapas, lugar del que migró desde joven en compañía de su hermano, con el fin de buscar una mejor calidad de vida, por lo que llegaron a la ciudad de Xalapa, Veracruz.
Posterior a ello, decidió expresar su sexualidad tanto a su hermano como a su familia, quienes nunca la aceptaron como una mujer trans, por esta razón decidió dejar la casa de su consanguíneo para irse a Ciudad Cardél en el mismo estado, ahí ejerció el trabajo sexual.
Brenda se las vio difíciles para poder salir adelante o siquiera para poder llevarse la comida a la boca, ejerció el trabajo sexual porque necesitaba vivir o más bien sobrevivir, agregó el activista.
No obstante, sus amistades la recuerdan como una mujer que luchó y que no se rendía tan fácil, aquella que salió adelante “con la frente siempre en alto” pese a los señalamientos y la discriminación por parte de las personas.
Después de unos años, conoció César Caraza Rojas, quién también ejercía el trabajo sexual, no por gusto sino por la necesidad para poder aportar en el sustento de su familia, y comenzaron una amistad.
Brenda perdió contacto con su familia en Chiapas y Veracruz pese a la cercanía, fue el prejuicio lo que la separó de su familia, subrayó el activista.
Tiempo después, Caraza Rojas recibió la noticia que de Cienfuentes García estaba enferma y su estado de salud empeoraba cada vez más. Sin pensarlo dos veces, decidió que la salud de su amiga y compañera no podía esperar más y la llevó al Centro de Alta Especialidad «Dr. Rafael Lucio».
En ese sentido, el médico fue claro con el diagnóstico «tuberculosis pulmonar desarrollado», desde un inicio dijo que había probabilidad de que la chiapaneca perdiera la batalla en su lucha contra esta enfermedad, así como la urgencia de hacerle transfusiones sanguíneas.
Mi amigo César decidió que dedicaría los días para continuar trabajando y las noches para cuidar de Brenda pues ella no tenía a nadie más que viera por ella, añadió el oaxacaqueño.
Así mismo, el médico tratante dijo que era necesario contactar a la familia de la mujer para que ellos tomaran decisiones sobre ella, por lo que Caraza Rojas no dudó en hallarles mientras se ponía en contacto con la Casa de las Muñecas Tiresias A. C., quiénes en menos de dos horas lograron contactar a sus familiares en Chiapas y Veracruz.
Dicho esto, la mamá de Cienfuentes García viajó desde Chiapas y su hermano se presentó en el hospital, ambos vieron a la mujer, pero dijeron que no querían saber de ella, por lo que firmaron una carta poder a Caraza Rojas para que se hiciera cargo de todo.
Una vez más Brenda se enfrentaba a luchar por su vida sin una familia de sangre que estuviera con ella, una vez más su propia familia la rechazaba y abandonaba a su suerte. César asumió total responsabilidad sobre Brenda y se dedicó en cuerpo y alma a cuidarla, ayudarla a mejorar y salir adelante, detalló el activista.
Por último, dijo que después de 22 días que fue ingresada al hospital, su amigo nunca dejó de cuidar de ella, mientras experimentó todo tipo de emociones, incluso perdió su trabajo al dedicar sus fuerzas, tiempo y cariño para la chiapaneca.
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