Narra Conde abuso sexual de líder estatal del PRI; Zuarth lo niega…

Conde rechaza que esto sea una cuestión de índole política

Era un viernes 27 de noviembre del 2020, cuando la priísta, activista, feminista y ahora funcionara estatal, Paulina Conde llegó a la cita con el líder estatal de su partido, Ruben Zuarth a su oficinas.

Después de una hora de espera en la sala general, la pasaron a una salita de juntas donde espero 15 minutos más. Ella había sido convocada por el presidente del partido para charlar sobre algunos acuerdos políticos no cumplidos por el “líder” y por los cuales ella estaba molesta. Llegó en calidad de militante y como dirigente de Unidad Revolucionaria , como cualquiera otra reunión que se tiene entre correligionarios de partidos.
No pensó que esa tarde podría pasar por una situación penosa, que la avergonzaría y que la dejara vulnerable y gravemente afectada emocionalmente.Sí, muchos, pero muchos años atrás, en específico 15 años, ella y Rubén habían tenido una relación de noviazgo, una relación irrelevante, mucho antes de que ella fuera militante del tricolor, pero eso había quedado ya olvidado, en el pasado lejano.
Esa sería una reunión de trabajo, de acuerdos. Ella vestía una falda verde y una blusa negra. Sin embargo, al término de la reunión, cuando ella se despedía de su compañero militante, antes de abrir la puerta, Rubén la detuvo y la atacó, invadiendo su intimidad.
Por un momento se quedó paralizada, y como pudo lo empujó (pues la fuerza de él es mayor a la de ella) dice. Esto la incomodó, le molestó, le enojó, pero el ataque también la hizo sentirse violentada, invadida, sometida y vulnerable.
“Acá nadie nos va a ver”, le dijo Zuarth, al realizar esta acción aberrante.
“No soy una santa, he tenido muchas relaciones de pareja, pero mi cuerpo nadie, absolutamente nadie lo toca sin mi consentimiento. Eso lo he tenido siempre muy claro”, dice Paulina.
Como pudo se zafó del líder estatal de su partido y corrió directo al bañó a lavarse, a pretender limpiarse de esa invasión a su cuerpo. Sintió, dice lo que han padecido muchas otras mujeres que sufren abusos sexuales.
Cuando salió del baño y ahí estaba Rubén esperándola en la puerta. Evitó que volviera a tocarla y corrió a la salida para irse de inmediato.
Se sintió humillada, violentada tanto emocional, física y psicológicamente.
Como militantes del partido, Paulina y Rubén habían coincidido en muchas reuniones partidarias. De hecho, en el 2018, a ambos se les delegó operar la campaña político electoral de Roberto Albores Gleason en la capital del estado.
En una reunión de trabajo él le gritó y la hizo sentir mal estando de testigo otro compañero de trabajo, días después Rubén se disculpó con ella. Una buena relación como tal de amistad no existió.
Se encontraban en las reuniones del partido porque, ambos eran militantes activos del partdo, Pero desde la campaña electoral del 2018, se vieron en al menos cuatro ocasiones hasta que se hizo líder estatal del PRI.
Con Rubén Zuarth dirigiendo el PRI en Chiapas, volvió a sufrir de nueva cuenta violencia política, exclusión de los quehaceres del partido. No quiso denunciar porque eran los mismo agravios que había sufrido denunciado del anterior líder estatal, Julián Nazar y no deseaba volver a pasar por ese proceso traumático.
Recuerda que, tras el shock de aquel viernes 27 de noviembre del 2020, solicitó ayuda psicológica con el apoyo de algunas amigas. Y con el acompañamiento de ellas, se dispuso a no dejar el ataque de Rubén en el olvido y denunció penalmente en enero del 2021. Menos de mes y medio después acudió a la fiscalía de la mujer de la Fiscalía General del Estado (FGE).
Su dictamen victimológico resultó con “afectación severa”. Y eso que desde días atrás había empezado con terapias para superar el proceso traumático del ataque sexual.
Al ser un delito de realización oculta, sólo faltaba que fuera notificado su agresor. El delito tipificado no era acoso sino abuso sexual.
Había dejado el caso ahí. Hasta que la denuncia se filtró desde la propia FGE. Zuarth le envió a un amigo en común, en dos ocasiones, para pretender conciliar y que retirar la demanda. Pero no accedió a ello, porque asegura que esto no es un asunto político, sino una violación a los derechos de las mujeres a vivir una vida libre de violencia y no ser objeto de ultrajes como una práctica cotidiana de los varones en puestos de liderazgo, además tener una coherencia en su labor activista de género.
El caso hubiera quedado ahí archivado de no ser porque fue nombrada responsable de las casas o albergues para mujeres maltratadas o violentadas en Chiapas por la Secretaría de la Igualdad de Género.
Entró en un dilema al estar contacto con mujeres violentadas, porque su papel era animarlas a denunciar penalmente y dar seguimiento a su caso, pero ella por su parte había dejado el suyo en el archivo.
“Fue una acto de congruencia de mi parte, de ser congruente entre lo que haga y diga. Por eso decidí insistir en la FGE que no quedara el caso archivado y que fuera notificado y ahora como diputado se le solicitará al Congreso del Estado un juicio de procedencia para el desafuero de Rubén, pero no se ha hecho”, dice Paulina.
Fue por eso que en enero de este año empezó a exigir a la FGE que se no dejara el caso en el archivo, aunque se ha percatado que un alto funcionario de la FGE le ha estado filtrando la información a su agresor y hace todo lo posible porque la Ministerio Público no solicite al Congreso del Estado el desafuero del ahora diputado Rubén Zuarth.
El 2 de febrero hizo público un video en el que dio a conocer su caso y su su identidad, al denunciarlo públicamente. Él por su parte le respondió con otro video.
Dice que en el Congreso del Estado, los Diputados de la comisión legislativa correspondiente ya esperan la solicitud por parte de la FGE pero esta no lo hace, por lo que acusa dilación y omisión en el caso.
Ahora sólo le queda esperar. Insistir.
Ella sigue siendo consejera política estatal del PRI en Chiapas. Él por su parte como diputado local busca también reelegirse como dirigente estatal del PRI.
Entiende que el apoyo de sus compañeras mujeres se ha dividido, está entre las que la apoyan y las que no quieren arriesgarse a perder lo ganado por ellas mismas dentro del propio partido.
“Cuidan sus intereses políticos. Pero deben saber que son logros de mujeres que nos hemos atrevido a enfrentar al machismo y al patriarcado, no han roto el pacto, levantando la voz para ser escuchadas y denunciando para que las autoridades actúen”, señala.

La versión de Zuarth Esquinca

Por su parte, el dirigente estatal del PRI, Ruben Antonio Zuarth, respondió con un video ante estas acusaciones el pasado 3 de febrero.

Dijo que su conciencia está limpia y que no ha cometido ningún delito. Y que respetuoso como lo es de las instituciones, espero a ser notificado legalmente para emprender acciones jurídicas en su defensa.

Tras la difusión del video de Paulina Conde y sus señalamientos, Zuarth Esquinca, rechazó que hayan sucedido los hechos como ella refiere.

Y que le causa asombro que sea una investigación del año 2020 pues la denuncia pública se dio no en un contexto jurídico sino en un contexto político en el que busca la reelección de su dirigencia frente al PRI estatal.

Que tras conocer la denuncia se puso ya a disposición de las autoridades y señaló a su firma de abogados que lo representarán legalmente. Además pidió a las autoridades a respetar el derecho de las partes a aportar las pruebas conducentes.

 

 

 

 

 

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