Decenas de tsotsiles acompañaron el cuerpo de Lorenzo hasta el cementerio donde también permanecen los restos de otras personas asesinadas por los civiles armados. Foto: Isabel Mateos

Mujeres acompañaron a la viuda de Lorenzo, quien tenía 21 años y se dedicaba a la agricultura. Foto: Isabel Mateos

El frío y la lluvia persistente hicieron eco de los llantos de dolor e indignación por la muerte de Lorenzo y la impunidad con la que operan los civiles armados en este municipio. Foto: Isabel Mateos

En la región de Aldama ya nadie duerme tranquilo, la vida de todos está en riesgo. Foto: Isabel Mateos

Han pasado más de cinco años desde que incrementaron las agresiones armadas; los jóvenes de las comunidades guardan pocas esperanzas de que las autoridades detengan a sus agresores. Foto: Isabel Mateos