Partera, una guardiana de la vida y guía para las mujeres

Retrato de la partera tseltal. Foto: Sebastián Guzmán Luna

*De acuerdo con información del Movimiento de Parteras Nich Ixim, durante el año 2020, 200 parteras en Chiapas atendieron al menos 1400 partos. Y en lo que iba del 2021, 65 parteras atendieron 573 nacimientos, hasta ese momento ninguna mujer había muerto en sus manos.

A los 15 años, sintió dentro de su útero una pequeña bola, no sabía con claridad que era al no presentar alguna dolencia, en el momento que la regla se ausentó, apreció unos latidos y movimientos, se dio cuenta que era un bebé. Así comenzó a acomodarlo, situar su cabeza, sentir su cuerpo y si estaba bien ubicado, de esa manera sus manos se entrenaron, narró María Luna López, partera tseltal de la comunidad de Majosik en Tenejapa, en el texto bilingüe “Aprender a sentir bebés”.

Cuando su bebé nació le preguntaron quién era la partera que acomodó al recién nacido, y contestaba que ella misma lo hizo. Porque en realidad, se atendió, esto se difundió entre las mujeres, fue así como empezó a atenderlas y acompañarlas en su proceso de embarazo.

De la nada me llegó ese regalo de Dios, expuso la partera haciendo referencia que nadie le enseñó, sino que pareciera que había sido elegida para recibir y hacer este trabajo, puesto que ahora ya existen apoyos o quien las ayude. En ese entonces, no había ni siquiera medicamentos o casa de medicinas, si se enfermaban o les pasaba algo no había quien las atendiera.

Otras parteras aprendieron por medio de capacitaciones, pero no tienen el conocimiento necesario, por eso algunas veces se les complica o de repente utilizan muchas cosas que no son buenas para algunas mujeres.

Hubo un tiempo en que los doctores me capacitaron también a mí para este trabajo, pero lo que no me gustó, es que no le entendía a lo que ellos hablaban (el español) y, además, es diferente, es estar a la vista de todos y eso para mí es un poco vergonzoso, indicó Luna López.

Incluso, el conocimiento y sabiduría no tenía nada que ver con lo que Dios le había dado. Ya que, el aprendizaje de los expertos proviene de un libro o la escuela, y no tienen el entendimiento en sus manos, es decir, no saben si el bebé está bien, si hay que acomodarlo o hacer otra cosa. Por eso, muchas no toman las capacitaciones y prefieren seguir con lo suyo.

Es completamente diferente y hasta vergonzoso la forma en la que nos enseñaron. Así como me ven de viejita, jamás he tenido complicaciones con las mujeres al momento del parto, siempre nacen bien sus bebés, mencionó la partera.

Sin embargo, cuando la madre se descuida durante el embarazo, sí es complicado de tratar al requerir mucho cuidado, algunas veces les da “mal aire” o empiezan a sentir calambres, pero como sabe sobre todas esas enfermedades, se salvan con ella. Ser partera no sólo es acomodar al bebé, sino una guardiana de la vida y guía para las mujeres.

Al mismo tiempo, ayuda y orienta a las mujeres de cómo deben cuidar a sus hijos e hijas, si no lo hace “a la hora no sabrán cómo hacerle”. Puesto que tener un bebé no es cosa fácil, implica mucho trabajo y responsabilidad, porque todo lo que se pondrá en juego es la vida y hay que protegerla.

Recordó la primera mamá que atendió después de atenderse a sí misma, cree que estaba destinada a hacer ese trabajo porque no tuvo complicaciones para recibir a su bebé. Todo el tiempo estuvo con ella, como si fuera una segunda madre.

Yo recuerdo que sentí que el día que nació mi primera hija fue como si estuviera sola. En los hospitales pasa eso, te dejan sola y te atienden hasta que sientes que ya no puedes, cuando no debería ser así. Todas las mujeres necesitan cuidado, compañía y ayuda, enfatizó la partera.

Por último, le gustaría que este trabajo pudiera enseñárselo a más mujeres, para que así no se pierda el regalo que le han dado y sobre todo las formas de vida. Para ella ayudar y acompañar es proteger la vida.