Necesario considerar la violencia de género como un motivo para solicitar protección internacional a México
*Las mujeres representan el 40% de quienes solicitan asilo en México y la mayoría proviene de países con altos índices de violencia de género como Honduras, Venezuela, Guatemala, El Salvador y Cuba.
*7 de cada 10 mujeres solicitantes de asilo en México vivió violencia física, 8 de cada 10 violencia psicológica, 6 de cada 10 violencia patrimonial, 4 de cada 10 violencia económica y 2 de cada 10 violencia sexual.
Por Redacción Alma Martínez
El Instituto para las Mujeres en la Migración A. C. (IMUMI) presentó el informe “Mujeres sobrevivientes de violencia de género solicitantes de asilo en México”, con el objetivo de ejemplificar por qué se debe considerar la violencia de género como un motivo para solicitar protección internacional en el país y en consecuencia reconocer a las mujeres como refugiadas.
El informe se compone de dos documentos: “Análisis de la violencia de género: mujeres solicitantes de protección internacional en México” y “Lineamientos y buenas prácticas en el procedimiento de reconocimiento de la condición de refugiadas en México, de mujeres sobrevivientes de violencia de género”.
Lorena Cano, coordinadora de la Clínica Jurídica del IMUMI, explicó que ambos documentos muestran cómo la violencia estructural de género y las condiciones de desigualdad que viven las mujeres conjugan los elementos principales de su movilidad. Tienen como base hallazgos obtenidos a partir del acompañamiento que realizaron a lo largo de 2020 y 2021.
Indicó que reconocer la violencia de género como una causa para solicitar asilo en México abonaría a dejar de normalizar la violencia y la desigualdad que viven las mujeres en su país de origen, en su tránsito por México y en su lugar de destino.
Cinthia Márquez Moranchel, consultora del Centro Global de Excelencia en Estadísticas de Género (CEEG) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), señaló que es urgente incorporar la perspectiva de género en procesos de movilidad humana, ya que ante la complejidad de estas expresiones se requieren iniciativas y estudios que sean focalizados para atender las diversas necesidades, sobre todo de las mujeres.
Violencia de género
El IMUMI realizó un análisis para lograr la identificación de los tipos de violencia que las mujeres migrantes y sujetas a protección internacional sufren tanto en el lugar de origen como en México. Los principales hallazgos indicaron que se trata primordialmente de una migración joven, cuya edad promedio sobrepasa apenas los 30 años.
Estas mujeres viven episodios violentos tanto en el país de origen como en el de destino, en donde la violencia física y la psicológica son el principal problema que reportaron durante el periodo de 2020. Adicionalmente, agresiones sexuales, patrimoniales y económicas también estuvieron presentes en la narrativa de las mujeres, quienes son en su mayoría solicitantes de asilo.
La detención en estaciones migratorias a cargo del Instituto Nacional de Migración (INM) se mostró como una de las agresiones más severas que enfrentan las usuarias, lo que, combinado con las distintas violaciones, incluidas las vinculadas a la discriminación y la xenofobia de las autoridades y sociedad de acogida en general, obstaculiza su proyecto migratorio.
Las mujeres migran buscando la protección que sus países de origen no les han brindado. Sin embargo, al llegar a México son inmediatamente privadas de la libertad en lugares que no cuentan con mínimos estándares de acceso a derechos de salud, higiene, atención básica y servicios alimentarios.
En muchos casos son separadas de sus familiares y amenazadas verbalmente por las autoridades para firmar su retorno voluntario y animadas a no solicitar asilo “por la poca probabilidad que tienen de ser reconocidas”.
Por otra parte, las afectadas reportaron que los problemas las persiguen hasta llegar al país de acogida. El miedo por la persecución de miembros de pandillas o de autoridades de gobierno e incluso de familiares, no termina. Es decir, la persecución de la que son víctimas y que sustenta la solicitud de asilo sigue siendo un problema en su estancia en México por los alcances de sus victimarios.
Esto es más cierto en casos de mujeres perseguidas por pandillas transnacionales cuya capacidad de operación en el país ha obligado incluso a que interrumpan los procesos para obtener el reconocimiento de la condición de refugiada ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), pues se ven en la necesidad de desplazarse de forma constante ante el temor de ser alcanzadas.
Una de las mujeres narró que en su país de origen, Honduras, fue testigo de un delito. Miembros de la pandilla Ms13 mataron a los tíos con los que vivía, pues se negaron a dar su casa, posteriormente la persiguieron a ella, por lo que decidió migrar para proteger a sus hijos.
Otro testimonio, fue de una mujer de Honduras, que en su país su familia sufrió un secuestro por parte de miembros de la Mara Salvatrucha. En Tapachula, Chiapas, se reencontró con uno de sus victimarios, se vio en la obligación de que ella y su familia abandonaran el trámite de solicitud de asilo. Se mudaron de forma urgente a la Ciudad de México, no obstante, también aparecieron miembros de la pandilla en las inmediaciones del hotel donde se estaban hospedando.
De igual forma, las mujeres reportaron sufrir violencia a partir de actos de discriminación en su contra perpetrados por empleadores, arrendatarios, agentes de policías municipales, INM, Guardia Nacional (GN); también por parte de autoridades de salud, educativas y, en general, por la población mexicana.
Yo quisiera que mis hijos tuvieran estudio, pero hay mucha discriminación, racismo, hasta los maestros hacen lo mismo. La niña de 12 años es discriminada por ser ‘morenita’, más si tiene el traje típico, comentó una mujer originaria de Guatemala.
Por su parte, una mujer originaria de Venezuela indicó que en México ha sufrido discriminación por ser extranjera; el incremento en la renta y los trámites bancarios son algunas de las complicaciones. Reportó que en una ocasión le negaron el servicio en un lugar a ella y a una amiga originaria de un país africano.
Condición de refugiadas
En México, de acuerdo con el artículo 13 de la Ley sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político, el género es un motivo para reconocer a las mujeres como refugiadas, hacerlo supondría identificar los impactos de la violencia en sus vidas y en sus razones para solicitar protección, así como reconocer que no termina con salir de sus países sino que es parte de una estructura social que las acecha más allá de las fronteras.
Según el IMUMI, la COMAR no reconoce la violencia de género como motivo para otorgar asilo a las mujeres, sino que las “protege” bajo la figura de la protección complementaria, que en realidad es aplicable para aquellas personas que no pueden vivir en sus países por temor a ser sometidas a tortura o tratos crueles, inhumanos y degradantes.
Esto propicia que la violencia de género se invisibilice, incluso normalice, al pasar desapercibida al momento de analizar los casos de mujeres que buscan protección internacional en México.
La realidad es que las autoridades que gestionan el fenómeno migratorio y de asilo carecen de voluntad política para mejorar su operación en favor de las mujeres sobrevivientes de violencia de género: IMUMI.
En ese sentido, le recomendaron a la COMAR desarrollar el análisis institucional de las causales con perspectiva de género, que le permitiría actuar de acuerdo con las necesidades de protección de las mujeres; y adoptar lineamientos públicos respecto del análisis y decisión de casos de mujeres sobrevivientes de violencia de género, en línea con la buena práctica internacional.
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