Proyectos de mujeres requieren más apoyo económico
*El ecofeminismo, un “nuevo término para designar un saber antiguo”, se desarrolló a partir de diversos movimientos sociales -feminista, pacifista y ecologista- a finales de los años 70 y principios de los 80.
María Esther Velasco García, presidenta de Ecolacandonia A. C. a través de la mesa de dialogo “Ecofeminismos del Sur ante la Crisis Climática” compartió las problemáticas comunitarias en Nueva Palestina ubicada en Ocosingo en 2019, donde se vulnera a las mujeres jóvenes, quienes se interesen en diseñar y/o construir proyectos de emprendimientos sustentables, sin embargo, el poco apoyo económico hacia ellas afecta su participación y gestión.
Velas García señaló que, dentro de los territorios, la educación es fundamental en las mujeres indígenas pues garantiza la adopción de nuevas ideas, proyectos e incluso rompe con el circulo vicioso de la violencia, asimismo las alianzas con organizaciones son vitales para fortalecer el diálogo y permite extender más la participación.
Mencionó que, las mujeres indígenas se incluyen en proyectos sostenibles a través de sus proyectos potenciales como son la artesanía o gastronomía, dependen de manera directa de este para su economía, por otro lado, la participación de los hombres es distinto.
La presidenta de la Asociación enfatizó que, las directivas la conforman hombres, aunque en la sociedad hay mitad mujeres y hombres, pero al final estos últimos son quieres toman las decisiones, es decir, que el sistema patriarcal que vamos a tirar mantiene un historial muy largo, sin embargo, la lucha sigue.
Por otro lado, acentuó que la participación de las mujeres para la conservación de los recursos naturales, sobre todo de las juventudes, es puro, por ello se deben enfocar esfuerzos para visibilizarlo y respaldarlo ya que es muy importante.
A su vez, Alma Narváez Barrios, fundadora de la Colectiva Eco Ch’ulel, explicó que, el ecofeminismo es un movimiento con una conexión entre la explotación y la degradación del mundo natural, la subordinación y opresión de las mujeres.
Agregó que, el ecofeminismo surgió a mediados de los años 70 junto a la segunda ola del feminismo y el movimiento verde, une elementos del feminismo y del ecologismo, pero ofrece a la vez un desafío para ambos.
Del movimiento verde toma su preocupación por el impacto de las actividades humanas en el mundo inanimado y del feminismo toma la visión de género de la humanidad, en el sentido que subordina, explota y oprime a las mujeres.
Narváez Barrios compartió que, Francoise d’Eaubonne fue quien mencionó por primera vez el término “ecofeminismo” explicó que es el patriarcado el que se adueña del potencial reproductivo de la mujer, explotándolo, al igual que un recurso natural, para tener más y más hijos, esta explotación es la que ha llevado la sobrepoblación.
Habla de la ecología que necesita del feminismo para luchar por su bien, y el feminismo necesita de la ecología para justificar, una vez más, los métodos de control de natalidad, en pos del planeta y la humanidad: El feminismo, al liberar a la mujer, libera a la humanidad entera, dijo Narváez Barrios.
Asimismo, mencionó que el cambio climático es un hecho natural, sin embargo, se vive en el Antropoceno, terminologías que se usan para referirse a un cambio drástico, por la manera en cómo se consume y habita el planeta y como esto vulnera la vida de las mujeres, porque hay una brecha de desigualdad grande y relacionan también a como se despoja la tierra.
Hay una analogía muy fuerte, lo mismo que se hace con una mujer de trata se hace a la tierra, al hacer el cambio de uso de suelo donde se queda sin una especie nativa y se ponen a otras especies, señaló Narváez Barrios.
Dijo que debemos hacernos cargo de la realidad, es decir, cargar de manera ética con ella, pues hoy es indiscutible que el desastre medioambiental, ya tan presente en muchas regiones, exige cambiar el rumbo.
Expuso que, Latinoamérica es el lugar menos idóneo para que ambientalistas vivan, por la cantidad de muertos y muertas que tiene, añadió que es lamentable que no exista ese cuidado para las mujeres defensoras de la vida.
Por último, dio a conocer que, el tema ambiental es el que menos se toma en cuenta, por lo que, es necesario que se abran nuevas perspectivas, formas de entendimiento e intercambio de saberes en medio de una crisis tremenda, la de la civilización.
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