Mujeres indígenas se pronuncian en contra de la guerra hacia integrantes del EZLN
*Mujeres indígenas y mestizas se manifestaron, para que la defensa del territorio no sea su sentencia de muerte, además exigieron el esclarecimiento del asesinato de Samir Flores Soberanes, como de la desaparición forzada de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
96 mujeres indígenas y mestizas de los pueblos originarios de Binnizá’, Ñuu savi, Mazahua, Nahua, Nhönhö/Otomí y Totonaco, y de los estados de Veracruz, Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo, Querétaro, Oaxaca, Jalisco, Puebla, Morelos y Chiapas, así como de Brasil y Kurdistan desde el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) se sumaron a la lucha de sus compañeras otomí.
Cansadas de tocar las puertas de los gobiernos, en especial el actual que ha sido engañoso y mentiroso, de sufrir discriminación y represión se declararon en contra de la guerra hacia las y los integrantes del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), de los asesinatos contra las y los defensores de la madre tierra como Samir Flores Soberanes, de los megaproyectos y demás “trenes de la muerte”.
En lugar de construir hospitales, escuelas, mercados y viviendas que tanto necesitamos como pueblos, y no estas plazas comerciales y turísticas como la que construyeron en Santiago Mexquititlán, en el estado de Querétaro pueblo natal de nuestras compañeras otomí que actualmente resisten en la toma del INPI, expusieron las mujeres.
Compartieron que, en todas las regiones del país, la situación sigue siendo difícil e incluso peor para la defensa de territorios, aguas, bosques, vidas, la humanidad y del planeta.
Acentuaron que los derechos que habían logrado sus abuelas y abuelos con Zapata, ahora los poderosos del sistema capitalista patriarcal lo están pisoteando y destruyendo, las mujeres viven cada vez en peores condiciones de vida.
Las mujeres observaron que, a nivel internacional, los pueblos del mundo están viviendo las mismas situaciones de despojo, destrucción, explotación y represión, a tal punto que los poderosos con sus megaproyectos en su ambición de riquezas y poder, están poniendo en riesgo la existencia de la humanidad en el planeta.
Frente a esta guerra (…) junto con nuestras compañeras y compañeros zapatistas, estamos viendo la importancia de enlazarnos entre todos los pueblos de abajo en lucha del mundo y particularmente las mujeres, para aprender, para hablar de los dueños de las empresas que nos vienen a destruir y que muchas veces están en otros países, para compartir lo que nos hace iguales, para fortalecer nuestras luchas y para abrir nuevos caminos, sembrar más semillas hacia la vida digna para los pueblos y nosotras las mujeres, dijeron las mujeres.
Enfatizaron que, ante la estrategia de los poderosos de individualizarlos desde el miedo porque los discriminan, humillan, critican, amenazan, compran con su dinero y programas, los enferman, dividen, golpean, violan, secuestran, matan, sufren ataques armados en comunidades y convierten a las mujeres en botines de guerra, su respuesta es la colectividad y comunidad, desde el rincón más pequeño hasta el conjunto del planeta.
Mencionaron que, ahora con el COVID-19 en conjunto con la estrategia de miedo, les han querido paralizar y hacerles pensar que su lucha es menos importante.
Nosotras decidimos apostar por la vida, y ante el miedo, nosotras decidimos seguir, buscando tejer estas alianzas que refuerzan nuestra esperanza, y nos hacen más fuertes en la construcción de los otros mundos que soñamos, expusieron las mujeres indígenas y mestizas.
Celebraron el saludo de sus compañeras del Kurdistán, asimismo, señalaron que las mujeres, desde la autonomía zapatista a la autonomía de Rojava, encontraron alternativas para salir juntas de la violencia patriarcal en medio de la guerra, para ellas es importante compartir no solo lo que las oprime sino sus sueños comunes y las alternativas antipatriarcales que van construyendo.
Aunado a ello, a través de la educación de niñas y niños, y de la sanación por vivir violencias, tienen que impulsar nuevas estructuras de relaciones sociales sin ejercicio de poder dominante.
Puntualizaron que, las mujeres zapatistas están dando el ejemplo de que pueden construir otros caminos y formas de vida, que su destino no está escrito, sino que, con sus manos y luchas tiene la posibilidad de construir otros mundos posibles, respetando las diferencias, creencias, colores, preferencias sexuales y desde sus geografías enlazarse para hacerlo posible.
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