Mujeres campesinas piden detener siembra de palma aceitera
Explican que rovoca pérdida de soberanía alimentaria, destruyen la biodiversidad, contaminan y agotan las fuentes de agua.
De manera lenta, pero persistente, empresas aceiteras internacionales se han apoderado de más de 36 mil hectáreas de tierra en Chiapas, sembradas ahora con palma de aceite. En la ciudad de Palenque, mujeres de esa localidad, y de Catazajá, Chilón, La Libertad y Salto de Agua, se reunieron para analizar el impacto que les ha dejado este cultivo que monopoliza tierras antes dedicadas a la siembra de alimentos.
Durante tres días, en el encuentro celebrar nuestro encuentro “Las mujeres por la soberanía alimentaria, la salud y la defensa de los territorios: tejiendo alternativas a la expansión de la palma aceitera en el Sureste de México”, hablaron de las acciones de empresas como Oleopalma, que ha ido adquiriendo las parcelas de pequeños productores.
A los campesinos -explicaron- les dicen que pueden convertirse en pequeños empresarios e integrarse al desarrollo empresarial. Sin embargo, las mujeres argumentaron que el impacto real de este cultuvo es la destrucción de la biodiversidad, contaminación y agotamiento de las fuentes de agua, la erosionan del suelo, y el consecuente causan desplazamiento forzado de pobladores que ya no tienen como conseguir el alimento que antes obtenían de la tierra.
En el pronunciamiento final del encuentro, detallaron que el acaparamiento de tierras que han hecho las empresas aceiteras, ha acelerado la pérdida de soberanía alimentaria “y de los conocimientos tradicionales que las mujeres tenemos para la producción de alimentos y la preservación de semillas”.
De acuerdo al reporte del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera de 2018, en la zona Costa Soconusco existen 27 mil 500 hectáreas sembradas con ese cultivo; en la región Palenque hay 1 mil 482. 5; y en Marqués de Comillas y Ocosingo, 7 mil 51 hectáreas; en total, más de 36 mil hetareas de tierra ocupan este cultivo.
“Estos proyectos son impuestos sobre nuestros territorios sin consulta previa y sin dar información de lo que ocasionan a la madre tierra. Todo esto genera violencia, criminalización sobre los territorios y los cuerpos de las mujeres.
“Los monocultivos rompen con ciclos naturales, nuestros círculos cortos de intercambio de productos locales y provoca una fuerte pérdida de identidad que se transforma en migración, alcoholismo y violencia intrafamiliar que trastoca nuestras vidas”, explicaron las mujeres durante el encuentro.
También señalaron que la expansión de las empresas aceiteras, ha traido consigo una mayor presencia de agentes de control militar y paramilitar en las zonas de cultivo.
“Como mujeres organizadas exigimos el cese de la expansión de las plantaciones de palma aceitera y de otros monocultivos que afectan nuestros territorios y nuestros cuerpos; dejen de contaminar nuestra agua, nuestros arroyos, nuestras lagunas, nuestros ríos”, demandaron en su posicionamiento final del encuentro.
Sostuvieron que seguirán defendiendo su vida, “conservando nuestras semillas, cultivando nuestros alimentos sanos y luchando contra estos modelos de despojo y muerte en nuestras comunidades”. Al encuentro asistieron integrantes de las colectivas Mujeres organizadas de la región de Palenque, Mujeres indígenas organizadas de la región de Salto de Agua, Mujeres de la Costa en Rebeldía, CAM-Palenque “Ixim Ansetik”, Mujeres organizadas de San Jerónimo Tulija, y de las organizaciones Agua y Vida, Mujeres, Derechos y Ambiente, y MOCRI-CNPA-MN.
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