Revelan comportamiento del flujo de trabajadoras guatemaltecas en Chiapas

Desplazados guatemaltecos, entre dos gobiernos indiferentes

*La movilidad de personas trabajadoras de su país de origen a otros países puede contribuir al crecimiento económico, tanto de su lugar de origen como en los de tránsito y destino.


La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en coordinación con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas (UPMRIP) y Colegio de la Frontera Norte (COLEF), elaboraron un estudio diagnóstico “Personas trabajadoras temporales guatemaltecas en Chiapas, México. Un diagnóstico a partir de la condición de documentos para desempeñar actividades remuneradas”, del periodo de 2016 a 2019.

Graciela Martínez Caballero, Doctora en Geografía por la Universidad Nacional Autónoma de México, expuso que el proyecto colectivo buscaba en el marco del estudio sobre “Sistemas de Información sobre el Mercado Laboral” (SIMEL) analizar la inserción laboral de personas guatemaltecas en Chiapas, y variables que indicaran situaciones de vulnerabilidad para los flujos de las y los trabajadores temporales.

La doctora mencionó que, la población objetivo fueron las y los trabajadores temporales guatemaltecos en Chiapas, quienes cruzan la frontera de forma cotidiana, resaltó que es una de las poblaciones que tiene esta facilidad para trabajar en México.

Otro de los puntos del diagnóstico fue la aproximación a la vulnerabilidad laboral a partir de la condición de regularidad, medida por el uso de documentos migratorios que autorizan el desempeño de una actividad remunerada en México.

Martínez Caballero aclaró que lo expuesto hizo que partieran las poblaciones, además tiene que ver con las fuentes de información que utilizaron, es decir, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo en México (ENOE) para caracterizar el mercado laboral en Chiapas y las condiciones generales de estos trabajadores, tanto nacionales como extranjeros.

Expuso que, a partir de la estadística migratoria generada en la política de unidad migratoria, quien tiene el registro de los trabajadores guatemaltecos que vienen a documentarse en México, los ve por dos vías: la expedición de Tarjetas de Visitante Trabajadores Fronterizo (TVTF) y los eventos de entradas de Trabajadores Fronterizos documentados.

Finalmente la encuesta sobre Migración de la Frontera Sur de México (Emif Sur) es la única que capta los flujos migratorios y no a los residentes, la valida justo de la encuesta que nos permite ir viendo ese comportamiento en tendencias de los flujos y se complementa con el análisis que traemos ya de la ENOE y los registros administrativos, mencionó la doctora.

Añadió que, usaron el flujo de procedentes de México, capta los cruces con el propósito de trabajar en el territorio nacional, pero a diferencia del registro administrativo atrae a aquellos que vienen con una autorización y los que entran sin ella, eso les permitió armar un análisis de la población en Chiapas.

Por ello, dividieron el estudio en aquellos que tienen documentos migratorios, es decir, los que tienen una tarjeta de trabajador fronterizo y son los únicos que cuentan con una autorización para entrar y trabajar en México.

Guatemaltecos ingresan al país para trabajar en Chiapas. Foto: Rubén Figueroa

El otro grupo que consideraron son lo de sin autorización para trabajar, aquellos que tienen un documento migratorio denominado tarjeta de visitante regional que les permite ingresar a México de manera regular y ordenada, pero no les autoriza a laborar en México.

Para efectos del análisis la población quedo dividida en estos dos sub universos, los autorizados y los no autorizados, con ello se buscaba responder si la inserción laboral y la posibilidad de insertar en un trabajo con mayor precariedad o riesgo de vulnerabilidad que otro estaba vinculado o no a la autorización para trabajar en México, explicó la doctora.

Fue a partir de lo expuesto, que comenzaron a hacer y planear el análisis del diagnóstico, en la primera parte hicieron una revisión del mercado laboral en Chiapas donde vieron que el Producto Interno Bruto del Estado no ha crecido en términos reales desde 1980, lo que se refleja en un deterioro en el nivel de vida de su población.

Martínez Caballero dijo que, entre 2010, hubo un registrado alrededor de 491, 919 habitantes que habían emigrado de la entidad, cuya población total era de 4 796 580 personas, representando el 10.3% del total.

En el segundo trimestre de 2019 de la ENOE reportó que, en Chiapas, el 56.7% de la población de 15 años y más era Población Económicamente Activa (PEA) de la cual 96.4 por ciento estaba ocupada.

La información generada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) respecto a la Tasa de Condiciones Criticas de Ocupación (TCCO) reflejó la precaria calidad de los empleos, en Chiapas aumento de 35.1% a 38.6% entre 2016 y 2019, dijo Martínez Caballero.

Por otro lado, mencionó que otro elemento que ayudó al análisis de la precariedad del mercado laboral es el salario, encontraron junto a los datos de INEGI que había un deterioro y un incremento del porcentaje de trabajadoras y trabajadores que ganaban menos de un salario, paso de 38.7 a 45.8% entre 2016 y 2019.

Moviéndonos un poco al tema de la documentación de los trabajadores que se explora en el segundo capitulo del diagnóstico, lo que hicimos fue analizar toda esta evolución de la documentación de los trabajadores, como ha ido cambiando y ampliándose de aspecto con los sectores en los que puede insertarse a trabajar una persona guatemalteca y evidentemente evolucionó la normatividad de solo permitir el acceso a trabajar en zonas agrícolas a ampliarse a ingresar a sectores como el comercio y servicios, dijo la doctora.

Agregó que, a partir de eso hubo un cambio en los requisitos para obtener dichos requisitos, la norma parece que flexibiliza la obtención de un documento migratorio, sin embargo, cuando ven los datos esto ya no se refleja tan eficiente.

Emilia Felipe José hace tortillas en su casa, una gran población Guatemalteca ha huido de su país. Foto: Alex Webb/ FAO

Con base a lo anterior, dijo que una de las cuestiones que mueve el tema son las mujeres, aunque las guatemaltecas ingresan en menor medida a trabajar a México con un documento migratorio, se vinculan al sector de servicios sobre todo las domesticas, que no llegan a cubrir los requisitos para la obtención de la forma migratoria.

Sin embargo, mencionó que, aunque la norma ha avanzado, aún sigue habiendo detrás de ello, temas operativos o criterios que deberían trabajarse para poder hacerla eficiente.

Lo que habíamos visto es que justo la documentación de trabajadores ha ido cayendo a lo largo de los años, cosa que no debería de haber sucedido cuando se amplió el espacio donde podrían insertarse a trabajar, detrás de ello hay una serie de factores que se fueron identificando, expuso la doctora.

Un ejemplo de ello dijo que fue la crisis económica de 2008 de Estados Unidos que le pegó a México, a la región y en caso particular a Chiapas, donde afectó al mercado cafetalero que es donde se insertaban los trabajadores guatemaltecos.

Por otro lado, mencionó que hay mejoría en la economía guatemalteca, lo que incrementó las condiciones, pero hay una depreciación del peso en términos, en el 2009 cada quetzal valía alrededor de 1.4 pesos y en 2019 este valor ya era de 2.5.

El quetzal guatemalteco, Cortesía: Globalexchange

Es decir, hay una mejoría del valor del quetzal que hace que el salario que ganaban los guatemaltecos del lado de México ahora sea menos, en comparación al que ganaban hace 3 o 4 años, entonces estos factores entran en juego en desincentivar la venida de estos trabajadores guatemaltecos y su propia documentación.

Eso lo podemos observar cuando vemos el origen de los trabajadores por municipios de procedencia, inicialmente lo que podemos ver en 2016 es que había un flujo eminentemente fronterizo de los municipios fronterizos, que era de dónde venían estos trabajadores guatemaltecos, en 2019 este flujo deja de ser tan fronterizo y se extiende a municipios más interiores de Guatemala, mencionó la doctora.

Enfatizó que si analizan la construcción de los municipios de Guatemala, pueden observar municipios más indígenas y pobres, eso quiere decir, que la propia característica de los trabajadores ha ido cambiando, por lo menos, en el periodo que analizaron, la mayoría de tiene la primaria, son jóvenes y están insertados en cultivos como papaya, café y caña de azúcar, hay una correlación entre la actividad que desarrollaban en su país y hacia donde se están insertando en estos mercados laborales en Chiapas.

En el último capítulo, señaló que analizan los datos, a partir de la caída del flujo y el efecto que tienen la pérdida de valor del peso frente al quetzal, tiene una población joven y un descenso del flujo no autorizado, pero además no hay mucha diferencia en la edad promedio, pues se mantiene entre los 35 años.

Además, añadió que no hay diferencia entre quienes tienen un documento autorizado para trabajar de quienes no lo tienen, pero la mayoría del flujo masculino esta cargado a la documentación en comparación con el femenino.

Desplazados guatemaltecos, entre dos gobiernos indiferentes

En el 2016, observaron que hay un incremento de trabajadores no autorizados entre los 15 y 19 años, lo más importante es que, aunque los flujos de mujeres son pequeños, también hubo incremento en las que vienen a trabajar de manera documentada y sobre todo aquellas que tienen entre 20 y 24 años.

Curiosamente hay un grupo de 60 y 64 años que esta ingresando a México de manera documentada, entonces detrás de ello hay un análisis que habría que hacer sobre que mueve aquellos grupos, sobre todo en el caso de las mujeres con un documento y aquellos que no lo hacen, acentuó la doctora.

Puntualizó que, durante todo el periodo de análisis, observaron que los trabajadores temporales autorizados representaban una tendencia hacia estancias cortas con los no autorizados quienes tenían estancias más largas, situación que fue cambiando.

Lo anterior, se explicó porque entre los trabajadores autorizados disminuyó el porcentaje de aquellos que ingresaron al sector agropecuario, es decir, hay una relación entre el tiempo de estancia y el sector.

Por otro lado, analizaron el origen de los flujos y los sitios de la democracia como en Malacatán, principal origen de los trabajadores guatemaltecos, pero además son documentados con distancias más cortas, en contraste de los no autorizados.

Cuidad Fronteriza de Malacatán. Imagen: Cortesía

Martínez Caballero agregó que, Malacatán estaba en el 2016 como el principal proveedor de trabajadores y en 2019 perdió espacio y la democracia entró a ser proveedor de trabajos y con un flujo a estancias largas.

Para 2019, observaron que en el sector agropecuario hubo una caída de 23.2 puntos porcentuales con respecto a 2016 en este poder de trabajadores.

Sobre la precariedad laboral, observaron que hay un flujo importante en los dos grupos, de aquellos que reciben un salario mínimo, pero son más evidentes en aquellos que no estan autorizados a buscar otros medios o sectores donde insertarse con un salario un poco más elevado al que se paga en el sector agrícola.

Por último, concluyeron que estos flujos de trabajadores guatemaltecos disminuyeron sobre todo los documentados, hubo un incremento a la participación de las mujeres sobre todo las autorizadas para trabajar.

Las y los trabajadores autorizados ganan menos lo cual se asocia a su desempeño en actividades agrícolas y a su bajo nivel de escolaridad, hay una mayor propensión de las y los trabajadores no autorizados a insertarse en actividades de carácter temporal y propensas a la informalidad, la precariedad, la falta de prestaciones y una mayor posibilidad de violaciones a los derechos laborales, finalizó la doctora.

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