Intereses partidistas permearon reconstrucción de viviendas afectadas por sismos de 2017

Reconstrucción social del hábitat. Foto: Cortesía.

*En septiembre de 2017 ocurrieron los sismos que afectaron a Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Puebla, Estado de México, Morelos y la Ciudad de México. El gobierno federal efectuó un censo, reconoció que 91% de los daños en las viviendas se concentraba en Oaxaca (65 044), Chiapas (46 773), Puebla (28 345) y Morelos (15 801).


A través del conversatorio: «Experiencias en la Reconstrucción Social del Hábitat», organizaciones, miembros y aliados de la Coalición Internacional para el Hábitat -Oficina para América Latina (HIC-AL)*, compartieron sus experiencias en la reconstrucción tras los sismos de 2017, con familias de Oaxaca, Chiapas y Morelos.

Los datos oficiales de la administración que gobernaba el país en este entonces establecieron que las viviendas dañadas fueron un total de 171 mil 990 en las entidades de Oaxaca, Chiapas, Estado de México, Guerrero, Puebla, Morelos, Ciudad de México y Tlaxcala.

Daños en las viviendas. Imagen: Captura

Debido a los tres eventos telúricos del 2017, los cuales se caracterizaron por su gran magnitud y efectos devastadores.

Los miembros del HIC-AL dieron a conocer que, los eventos sísmicos coincidieron con los procesos electorales nacionales y locales, por lo que, las campañas e intereses partidistas permearon los trabajos de reconstrucción y determinó buena parte de la orientación de la política y de acciones implementadas.

A dos de los sismos, la administración actual consideró en el 2019, un avance en la reconstrucción del 41% y reconoció un poco más de 200 000 viviendas afectadas, garantizando por medio de asistencia técnica a los beneficiarios, así como en la adecuación cultural en la realización del diseño arquitectónico y seguridad estructural de las viviendas.

Es así, como las organizaciones señalaron que, el extenso y profundo impacto de los sismos de septiembre de 2017 sobre la vida de las comunidades y personas afectadas planteó retos relevantes a la orientación en el proceso de reconstrucción.

Mencionaron que, como en toda crisis, surgió el riesgo de vincular las condiciones y repetir los errores que colocaron en situación de vulnerabilidad a quienes menos tienen y que quedó de manifiesto en las zonas rurales y en los barrios pobres de las ciudades.

Añadieron que surgieron oportunidades para generar y fortalecer procesos transformadores, ya que los impactos sociales, familiares y personales, como lo ambiental y económico, eran propios para la toma de conciencia.

También, la urgencia de los damnificados por ser atendidos para acceder a una vivienda segura y la prisa gubernamental originada por la necesidad de dar respuesta pronta a sus demandas legítimas y considerar los tiempos políticos preelectorales, se conjuntaron por quienes toman decisiones para una política de reconstrucción, lo que generó graves contradicciones, que operaron en favor de intereses económicos, políticos y de corrupción.

Señalaron que, el negocio de la reconstrucción se enfocó en la construcción e incluso prefabricación de viviendas prototipo, lo que exigió un esquema de reglas cerrado que facilitó una intervención y respondió a la urgencia, tanto de afectados, constructores, actores políticos en las elecciones de 2018.

Las organizaciones acentuaron que, al centrarse en la sola vivienda, las acciones de rehabilitación se limitaron en gran medida la posibilidad de aportar una reconstrucción integral que contemplara el fortalecimiento económico y socio-organizativo de la comunidad y que además contribuyera a la preservación de su patrimonio ambiental y construido.

Puntualizaron que, las pequeñas ciudades afectadas donde trabajaron no forman parte del Sistema Urbano Nacional, además, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2005) existían 182 mil 494 viviendas particulares habitadas,11 de las cuales la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) identificó 71,260 afectadas, por lo que asignó 63 810 folios.

Con esos números de registro, otorgaría una ayuda económica para atender la pérdida total o el daño parcial en las viviendas. El Registro Permanente de Solicitantes de Vivienda (RPSV) atendió un total de 3 mil 256 folios de familias que habían sufrido pérdida total de su vivienda.

Las organizaciones de la RPSV asesoraron dos tipos de intervenciones: las financiadas con recursos públicos del Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), las financiadas con recursos privados (fundaciones, organismos de la sociedad civil), y en algunas de estas últimas, mezclaron recursos de ambas fuentes.

La diferencia fundamental entre las intervenciones con recursos públicos y privados fue la incidencia o no en el diseño del esquema y condiciones de operación. En el programa apoyado con recursos públicos, el diseño y condiciones fueron determinados por SEDATU y los gobiernos estatales; en las intervenciones financiadas con recursos privados, el donante junto con el organismo asesor estableció de manera conjunta la forma de operación, explicaron las organizaciones.

Por ello, la Comisión Nacional de Vivienda asignó a seis organizaciones de la RPSV la asesoría de 3 mil 256 viviendas foliadas con daño total, aunque todos los fondos provenían de recursos públicos, la operación asumió características diferentes según la entidad en la que se aplicó.

Las organizaciones expusieron que, la nueva administración nacional inició el programa de reconstrucción quince meses después de los sismos, la situación de emergencia ya había pasado y los más pobres seguían sin techo, enfrentando así la problemática de identificación precisa de familias que no habían tenido apoyo y aún lo necesitaban.

Partiendo de esta y otras experiencias de trabajo frente a la reconstrucción derivada de eventos sísmicos, las organizaciones reconocieron la importancia de trabajar con procesos ordenados e integrales con una secuencia lógica en su abordaje de la reconstrucción.

Lo anterior, reconociendo las diversas necesidades derivadas de la afectación de las viviendas y dando un tratamiento específico a cada una de ellas, y la adquisición de suelo y vivienda nueva para la reubicación de familias asentadas en zonas de riesgo.

Facilitando el desarrollo de diferentes formas de producción, promoviendo e incentivando la participación comunitaria que valide, apoye, ejecute y trabaje en el monitoreo de acciones.

Así como garantizar la suficiencia, adecuada distribución y precio no especulativo de insumos para la construcción, todo ello con el fin de lograr soluciones adecuadas en el menor tiempo posible.

La reconstrucción social del hábitat, desde un aula más útil: Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH)

Estudiantes y docente en el inicio de los trabajos de reconstrucción. “Un Cuarto Más” para Damnificados Fotografía: MALH

El Programa Universitario de Mejoramiento Sustentable de Vivienda (PUMSV) para la población de bajos ingresos, desarrollado en la Facultad de Arquitectura de la UNACH tiene como propósito atender a la población menos favorecida en temas de mejora y ampliación de vivienda, a través de la “vinculación y extensión social”, con la sociedad y organismos financieros.

A través de un enfoque sustentable y bajo el método aprender haciendo, desde 2016, cada semestre, académicos y estudiantes de dicha Facultad participan mediante el taller de Proyectos Arquitectónicos, taller de Materiales Alternativos y taller de Diseño Estructural, con proyectos arquitectónicos o actividades y acciones en atención a dos grandes problemas del estado: el rezago habitacional y el déficit de acciones con responsabilidad social de la comunidad universitaria.

Como consecuencia del pasado sismo del 7 de septiembre de 2017, la UNACH a través de la Coordinación General de Innovación y el Laboratorio Nacional de Vivienda y Comunidades Sustentables pusieron en marcha el PUMSV denominado “Un Cuarto Más” para Damnificados, UNACH; en beneficio de las familias afectadas por el sismo.

Laboratorio nacional de vivienda y comunidades sustentables participando en la reconstrucción
“Un Cuarto Más” para Damnificados
Fotografía: MALH

Dicho programa contó con el apoyo de estudiantes y docentes de diferentes licenciaturas como: arquitectura, ingeniería civil, energías renovables, ingeniería ambiental, administración, comunicaciones, nutrición, gastronomía y otras.

Asimismo, las universidades que colaboraron con el proyecto fueron la UNACH, la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH), la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y la Universidad del Valle de México (UVM).

El proyecto del programa “Un Cuarto Más” para Damnificados consistió en el diseñó y construcción, con estudiantes, docentes y voluntarios, dos cuartos habitables para dos familias damnificadas.

La colonia seleccionada para llevar a cabo estos ejercicios académicos fue Terán ubicada en el lado sur poniente de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, al ser una de las 120 colonias afectadas y donde se observaron más viviendas con afectaciones severas, catalogadas por Protección Civil como DT (Daño Total).

Otro factor que tomaron en cuenta fue que la colonia se ubica al lado del Campus 1 de la UNACH, lo que facilitó el traslado de los alumnos al lugar donde se realizaron los proyectos.

La primera familia beneficiada fue la de Aura Patricia López Domínguez, con domicilio en 4ª. oriente, esquina con la 4ª. sur, en la Colonia Terán.

López Domínguez vive con su hija de 13 años y su esposo, la vivienda que ocupaban antes del sismo era de bajareque, estructura de madera y cubierta a dos aguas con teja de barro, en una superficie construida de unos 60 metros cuadrados.

En octubre de 2017 inició el proyecto con la familia de López Domínguez, le explicaron que el proyecto fue diseñado para construirse por etapas, la primera sería la Autoconstrucción realizada con la participación de los estudiantes, docentes, voluntarios y los integrantes de la familia beneficiaria.

El programa consideró 24 metros cuadrados de construcción, 12 metros cuadrados en planta baja y 12 metros cuadrados en planta alta, los materiales utilizados fueron aquellos que la gente donó al centro de acopio, instalado en la Coordinación General de Innovación de la UNACH, además de ladrillo, bloques, acero y cemento, financiados por el Laboratorio Nacional de Vivienda y Comunidades Sustentable.

Los materiales fueron empleados en un sistema no convencional de construcción, como el muro armado, muro y losa térmica, los dos últimos desarrollados por Gabriel Castañeda Nolasco de la UNACH.

Como complemento al proyecto, Nein Farrera Vázquez de la UNICACH junto a estudiantes de la licenciatura en Energías Renovables instalaron un sistema fotovoltaico que permitió un ahorro en el consumo de energía de la vivienda, además de una estufa ecológica que disminuye el consumo de leña y reduce riesgos en la salud por la emisión de CO2.

Por su parte, Adriana Caballero Roque de la UNICACH realizó un huerto vertical y desarrolló un plan de alimentación saludable para poder consumir algunos de sus propios alimentos desde su vivienda.

Vivienda de adobe propiedad de Luis José Venegas Arceo, “Segundo Cuarto Más” para Damnificados Fotografía: MALH

La segunda familia beneficiada fue la de Luis José Venegas Arceo, con domicilio en 5ª. oriente sur entre 2ª. y 3ª sur de la misma colonia, el cual vive con sus dos hijos y su esposa.

La vivienda que ocupaban antes del sismo era de adobe, estructura de madera rolliza y cubierta a dos aguas con teja de barro, en una superficie construida de alrededor de 56 metros cuadrados.

Un total de 50 estudiantes de cuarto semestre de arquitectura de la UNACH se organizaron para realizar la reconstrucción, durante la gestión de recursos, cada estudiante llevó 30 ladrillos a un punto de acopio, los cuales fueron recogidos de las casas caídas en la colonia Terán, por lo que las medidas de los ladrillos variaban en sus dimensiones y calidad.

En el aula útil del taller de Materiales Alternativos de la Facultad de Arquitectura experimentaron y diseñaron, con los ladrillos de desecho acopiados, una pieza prefabricada denominada “Blockladrillo” fue aplicada en el muro poniente del cuarto de manera estratégica para reducir la ganancia térmica y elevar la temperatura al interior del cuarto.

Además, en la cubierta utilizaron el sistema “Domotej” el cual consta de piezas prefabricadas realizadas también en el taller de Materiales, todo el recurso económico fue gestionado por los estudiantes de la Facultad de Arquitectura, las donaciones en efectivo y los materiales de construcción fueron recibidos de diversas personas de la colonia y de la ciudad.

Y a dicho esfuerzo se sumaron docentes, investigadores, empresas con responsabilidad social y otras universidades del lugar.

La idea fue plantear la reconstrucción desde el material que se tiene en el lugar y a la mano, principalmente de las casas caídas, para promover la cultura de reusar, reciclar y reducir la compra de materiales nuevos e industrializados, explicaron las organizaciones.

Ya que, dicha actividad promueve una reconstrucción de bajo impacto ambiental y reduce los costos de construcción, con un enfoque sustentable, aplicado desde la concepción del proyecto la Reconstrucción Social del Hábitat.

Expusieron que, en ambos casos, la intervención de las autoridades fue limitada, asimismo, obtuvieron permisos del Ayuntamiento para iniciar la reconstrucción.

Interior de cuarto concluido, “Segundo Cuarto Más” para Damnificados Fotografía: MALH

En el proceso de diseño participativo plantearon como principal objetivo “aprender hacer mucho con poco”, parafraseando el título del documental realizado por Kliwadenko Novas, sin embargo, el propósito general en cada una de las fases del programa universitario de mejoramiento sustentable de vivienda enfocado al tema de la reconstrucción fue: “construir la concientización y el sentido de responsabilidad social” en los estudiantes, docentes, voluntarios y beneficiarios, a través del método aprender haciendo de John Dewey.

*Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Universidad Jesuita de Guadalajara, Casa y Ciudad A.C., Cooperación Comunitaria, Comunal taller de arquitectura, Centro Operacional de Vivienda y Poblamiento A.C. (Copevi), Universidad del Medio Ambiente (UMA) México y Arquitectura UNACH.

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