Diócesis de San Cristóbal honra la vida de fallecidos por la pandemia
*La historia de jTatik Samuel Ruiz García, se funde en la memoria de los pueblos donde su espíritu se ancló en el corazón de las montañas y en las venas palpitantes de la Selva.
El pueblo creyente de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas en el Décimo Aniversario de la Pascua de jTac Samuel, agradecieron, celebraron y honraron la vida, como de cada mujer y hombre fallecido en la pandemia, y de aquellos comprometidos con la liberación de los pueblos pobres.
Se solidarizaron con el dolor de muchas familias por la ausencia de sus seres queridos, ya que, la pandemia por el COVID-19 está poniendo a prueba a todo el sistema social, económico y político. Además, los pueblos enfrentan a injusticias, por la forma de trabajo de instituciones de salud pública, educación y seguridad.
La Diócesis señaló que, existe una violación sistemática de los derechos fundamentales de las personas y de los pueblos, al que añaden los duelos por las personas que fallecen y los problemas que se hacen más difíciles por el confinamiento.
Añadieron que, la pandemia mostró con claridad la falta de hospitales, clínicas y atención médica pública y privada, personal médico insuficiente, desabasto de medicamentos en los Centros Comunitarios de salud, centros en absoluta precariedad.
Donde la actividad médica actual aumenta los problemas de salud al no tener el cuidado necesario de los plásticos, desechos como envases, cubre bocas, guantes y trajes médicos.
Aunado ello está la falta de empleos, desintegración familiar, la caída de la economía, la falta de un monitoreo y seguimiento adecuado a los migrantes que van y regresan. Así como el abandono de las familias por salir a buscar trabajo a otros estados o países.
Otro factor, es la falta de educación, un año sin clases y los centros educativos sin atención, provocan que niñas, niños y jóvenes se vean afectados en diferentes aspectos de su vida, sin el derecho a una buena educación, otros abandonan los estudios para ir a trabajar.
Algunos jóvenes ante esta situación caen en las garras del crimen organizado. El desinterés de parte de las instituciones del gobierno al no actuar con responsabilidad ante tantas dificultades. También se desentienden y no toman en cuenta la cultura y el respeto a las formas de vida y reglamentos de los pueblos, expuso la Diócesis.
Añadieron que han aprendido de la sabiduría de sus antepasados para descubrir las fortalezas y dones de la Madre Tierra, conocimientos ancestrales y la capacidad organizativa de las comunidades para luchar por la vida y, para estar atentas y atentos a todo lo que sucede.
Puntualizaron que permanecerán ante las amenazas a su libre determinación y autonomía, y que buscan caminos para enfrentar una situación que es histórica.
Nos organizamos y construimos caminos para la vida. Sin embargo, los problemas son cada vez más fuertes. Parece que nos quieren desaparecer; se pone cada vez más difícil y peligrosa la defensa de nuestros territorios, la defensa de la vida, del agua, de la tierra, de nuestras semillas, de nuestra cultura y dignidad, expuso la Diócesis.
Enfatizaron el aumento de las amenazas y el hostigamiento, la vigilancia de sus territorios y comunidades se fortalece por la militarización y la presencia de los paramilitares, como la intensificación de megaproyectos como el corredor transístmico, tren maya, autopista de las culturas San Cristóbal – Palenque, donde no para la tala de árboles.
La Diócesis mencionó que se sigue permitiendo el saqueo y despojo de bienes, observan con preocupación como se acaban los cerros y la tierra se va erosionando, añadieron que esto no sucedería si los gobiernos estuvieran de lado de los pueblos y no defendieran a las empresas extractivistas, si no se juntaran con la delincuencia organizada y con los grupos armados que protegen el despojo y el robo.
Dijeron que las empresas mineras siguen operando, hay incremento de violencia, asaltos, secuestros, asesinatos, feminicidios, presos políticos, personas presas de manera injusta y sin atención a sus casos, agresiones armadas, personas desplazadas por la amenaza y agresión armada, falta y negación de la justicia.
El aumento de la violencia por grupos armados en las comunidades y la delincuencia organizada. Estamos entrando a un tiempo de mayor conflictividad por la cercanía de las elecciones municipales, estatales y federales. Nos quedamos totalmente indignadas e indignados porque siguen las agresiones armadas en Aldama, Chalchihuitán, Chenalhó, Chilón, Tila y en otros lugares, expuso la Diócesis.
Expusieron que les preocupa la impunidad con la que actúan los distintos grupos de la delincuencia, como la violación de los derechos de las personas y de los pueblos que se da en la gran mayoría de las instituciones, inclusive en su propia iglesia y al interior de las familias.
Acentuaron que, la militarización no es una solución, jTak Samuel Ruíz García dijo en el 30 Aniversario de la Pascua de Monseñor Romero:
De nada sirven los gobiernos emanados de la oposición, si no combaten a fondo esa violencia estructural que proviene de los mismos potentados económicos y de las mismas instancias gubernamentales y militares que se han perpetuado en el poder…
Por otro lado, la Diócesis mencionó que es su compromiso construir una vida digna para todas y todos, con firmeza trabajaran día a día en el respeto y armonía con la Madre Tierra, donde el testimonio y la sabiduría de sus pueblos son su fuerza.
Seguirán evangelizando, haciendo oraciones, ayuno, organizándose para manifestarse por sus hermanas y hermanos que sufren desalojos, violencia, persecución, injusticias, asimismo, promoverán la salud alternativa, cuidaran sus plantas medicinales y se curaran con ellas.
Por último, dijeron que, ante toda situación de guerra y amenazas a sus comunidades, estarán firmes en su fe, denunciarán injusticias y seguirán construyendo la paz y la reconciliación.
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