Partería más presente que nunca durante la pandemia
*El último registro de 2014 señaló que, en Chiapas había un total de 2 mil 700 de las 15 mil parteras en el país.
Las parteras tradicionales y la labor que hacen están reconocida a nivel internacional por instituciones y representaciones como es la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien define la partería como la atención dispensada a las mujeres durante el embarazo, el parto y el puerperio, así como la atención que recibe el recién nacido.
De acuerdo con la OMS, esta labor incluye medidas destinadas a prevenir problemas de salud en el embarazo, la detección de anomalías, la búsqueda de asistencia médica si es necesario, y la aplicación de medidas de emergencia en ausencia de ayuda médica.
Una investigación realizada por Blanca Pelcastre, doctora e investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública titulada “La partería tradicional y salud pública: dos caminos con un mismo fin”, da a conocer que muchas de las mujeres dedicadas a este oficio adquirieron sus habilidades ayudando a otras parteras o bien, atendiendo sus propios partos.
El conocimiento se ha adquirido por transmisión ancestral de generación en generación, por lo que es empírico y se ha ido acumulando con el paso de los años. Además de que, según Pelcastre, hoy en día hay algunos hombres que se dedican a ello.
Algunas actividades o tareas que llevan a cabo las parteras tradicionales no sólo es la atención del embarazo, el parto y el puerperio, sino que prestan sus cuidados básicos durante todo este ciclo a las mujeres que así lo requieren, mencionó la investigadora.
Estos servicios abarcan que una vez que atienden el parto también dan atención al recién nacido o a la recién nacida, continuando con su labor principal. Sin embargo, la difusión de información y distribución de métodos de planificación familiar también es una acción que tienen en sus manos y comunidades.
Aunado a estas actividades que realizan las parteras tradicionales, se añade la identificación de elementos que pueden poner en riesgo tanto a la mujer como al bebé, actuando de manera oportuna para el envío de las mujeres a alguna institución para la atención.
Además, en medio de esta contingencia sanitaria de Covid-19 ha aumentado la participación para atender los partos de mujeres que, en algún momento, se sienten en riesgo de acudir a las instituciones de salud que han estado atendiendo esta emergencia sanitaria.
Pelcastre sostuvo que las actividades que realizan las parteras contribuyen a erradicar los problemas de violencia obstétrica que se ha identificado en los espacios institucionales de atención a la salud, por lo que es esencial el reconocimiento de ese trabajo tan importante.
Entre las funciones primordiales del trabajo de las parteras, en primer lugar, se encuentra la confianza ya que muchas establecen un vínculo con las mujeres y su familia antes, durante y después del parto, algo que el personal de las instituciones médicas no puede hacer por falta de tiempo o deseo.
La disminución de los costos también fue una de las principales funciones encontradas por la investigadora, al no tener que hacer traslados de las zonas rurales a las ciudades en busca de hospitales, que a veces son de difícil acceso, las parteras auxilian los partes desde los domicilios de las mujeres que solicitan el servicio.
Hay que resaltar el apoyo que brinda la partera, no sólo a la mujer sino a su familia. Muchas veces una vez que ha nacido el bebé, atienden a la mujer, están ahí pendiente de lo que necesitan e incluso le ayudan a preparar la comida. Brindan un apoyo tanto emocional como apoyo físico, mencionó Pelcastre.
Asimismo, añadió que las parteras tradicionales atienden más de dos terceras partes de los partos en todo México, por lo que su participación es muy importante ya que se estima que cada año atienden un aproximado de 9 mil.
La práctica de la partería está sustentada en un sistema de conocimientos y de creencias asociadas con el tema de la reproducción humana y del embarazo, así como del significado que tiene para las comunidades la crianza de las hijas e hijos.
En el caso de los hombres que se dedicar a asistir los partos, de acuerdo con la investigación de Pelcastre, ellos señalaron que la necesidad de atender el parto de la esposa en un momento dado por la imposibilidad de llegar al servicio médico.
La mayoría inicia su oficio a los 15 años motivadas por sus madres o alguna otra mujer de la familia que se dedicaba a ello, por lo que pasan al menos otros 15 años asistiendo a las mujeres de la zona que se encuentran próximas a dar a luz.
Si las instituciones queremos trabajar con este recurso humano de las parteras tradicionales, el primer paso es comprender su práctica y entender cómo se lleva a cabo esta labor, mencionó la especialista.
Las parteras tienen una participación simbólica no sólo en términos numéricos, sino también en las funciones que llevan a cabo, mismas que son funciones esenciales dentro de la comunidad, finalizó.
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