En Comitán se han invertido 350 millones en tratamiento de aguas residuales, pero continua la contaminación a afluentes
* La externalidad desde un enfoque ambiental es cuando un recurso o proceso del ecosistema, se incorpora a la cadena de producción y comercialización, dando paso al cobro mínimo o no hacerlo.
Antonino García, profesor e investigador de la Universidad Autónoma Chapingo, expuso el tema “Naturaleza y externalidades: Un desafío pendiente”, como parte del 3er. Foro virtual del Congreso Estatal Manejo Forestal y Desarrollo Rural ante el Cambio Climático*, con el objetivo de mantener el dialogo con funcionarios, para discutir los problemas que aquejan a Chiapas, en política ambiental y forestal, la relación y manejo de cuencas, y el agua.
García mencionó que, una externalidad existe cuando las decisiones de producción o consumo de un individuo afecta el bienestar de otro, lo que violenta las condiciones para una asignación eficiente de recurso, asu vez, las externalidades, hacen referencia al trabajo que se realiza en los ecosistemas, a partir de ahí se estima lo que se cobra y lo que no.
Un ejemplo de lo expuesto, son los drenajes en el municipio de Comitán de Domínguez, los cuales descargan altas concentraciones de agroquímicos en la meseta comiteca y que tienen un impacto directo en la cuenca del Rio Grande-Lagunas de Montebello.
“Hay bolsas de gas metano en la planta de tratamiento de aguas residuales que, no funcionan en Comitán, con 350 millones de pesos invertidos en los últimos 12 años, los contaminantes se van al Río Grande y a Las Lagunas de Montebello, siendo este último un lugar turístico internacional”, expuso García
Un ejemplo de ello es la hidroelectricidad, que se produce la electricidad con la turbinación, se envía por las redes, hasta llegar a los hogares, el cobro es desde un costo de producción, sin tomar en cuenta, el impacto que tiene en la preservación de los ecosistemas.
“Es decir, si esa hidroeléctrica tiene deforestación en las partes altas de sus cuencas captadoras. Tendrá una vida útil mas corta, va a producir menos electricidad, el precio sube a nivel local y extrarregional”, mencionó el investigador.
El académico, puntualizó que, se hace una carga de costo al ecosistema, quien lo manda a la población local y extrarregional. Por ello, se debe cuantificar el costo desde un nivel social, económico, ambiental, político, cultural e histórico, con el fin de restaurar el recurso.
Además, se tienen dos divisiones, la primera es la externalidad negativa, con impactos desfavorables sobre un tercero, incrementando costos y/o reduciendo la producción.
Algunos ejemplos son la educación y los compromisos ambientales, así como acuerdos entre la Comisión Federal de Electricidad, Comisión Nacional del Agua, Gobierno del Estado, Bosques y Gobernanza, creación de áreas protegidas y desarrollo de tecnologías limpias.
El profesor mencionó que, para conseguir un equilibrio social óptimo, debe darse por dos medios: los impuestos, son instrumentos principales para internalizar las externalidades negativas, y por las subvenciones, se encargan de las externalidades positivas.
“La CFE puede contribuir un poco más por la turbinación de agua en las hidroeléctricas, para que los núcleos agrarios o comunidades puedan restaurar y conservar los ecosistemas de las cuencas hidrográficas tributarias de los embalses. Todos ganan, los ecosistemas, los campesinos, la CFE, el estado y el país”, expuso el profesor.
Asimismo, los chiapanecos deben dejar de subsidiar con energía hidroeléctrica, gas, aceite y petróleo a otras regiones del país y el mundo. Parar la minería, sus beneficios son mínimos comparados con el daño ambiental y social.
“Hay alrededor de 140 concesiones que abarcan 1 121 911 hectáreas, se contaminaran 115 subcuencas, es tiempo de parar los cultivos de grandes plantaciones, es necesario conservar la mega biodiversidad, es tiempo que los chiapanecos valoren su estado en el ámbito de su riqueza natural común. Costa Rica vive del turismo ambiental con sólo un 70% de lo que tienen Chiapas”, finalizó.
Manejo del paisaje
Ramón Silva Flores, coordinador General del Conservación y Restauración de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), expuso el tema “Manejo Integrado del Territorio (MIT), perspectivas y retos”, para ello, se toman en cuenta dos enfoques, paisaje y territorio.
En el manejo integrado del paisaje, se priorizan objetivos ecológicos, comienzan en las dimensiones ambientales, englobando una visión de conservación. El territorio, se centra en objetivos socioeconómicos, busca la revitalización de las economías locales, siguiendo la promoción de la conservación activa.
Silva Flores, compartió los diferentes instrumentos para la clasificación del territorio, desde el aspecto hidrológico, se encuentran las cuencas, acuíferos con sobreexplotación, distritos y unidades de riego, cotas. En los forestales, esta el inventario nacional forestal y de suelos, unidades de manejo forestal, cuencas de abasto, zonificación forestal y áreas de acción temprana REDD+, y los ambientales, tienen las áreas naturales protegidas, áreas con presión económica a la deforestación, regiones terrestres prioritarias y unidades de gestión ambiental.
Sin embargo, hay delimitaciones en función de objetivos, en los ambientales se encuentran la vegetación, biodiversidad, disponibilidad de agua, riesgos a desastres naturales, vulnerabilidad al cambio climático, frontera agrícola, áreas naturales protegidas y degradación ambiental. En los sociales, las ubicaciones de los pueblos indígenas, lugares con marginación, propiedad de la tierra, pobreza y el rezago social.
El coordinador añadió que, la restauración integral de microcuencas hidrográficas con enfoque de paisaje es identificada como un proceso que busca restituir la funcionalidad ecológica, al mismo tiempo mejora el bienestar de las comunidades.
Lo anterior, puede lograrse a través de un conjunto de interacciones entre los diferentes usos de la tierra para implementar prácticas que restauran el balance óptimo entre los beneficios ecológicos, sociales y económicos.
Las líneas estratégicas para impulsar el MIT, es la de realizar actividades que aporten rentabilidad económica a los beneficiarios, estos son los proveedores de los servicios ambientales y quienes lo reciben para su bienestar. Deben intervenir en territorios degradados, para generar impactos cuantitativos y cualitativos positivos a mediano y largo plazo.
Para ello, necesitan clasificar áreas por su vocación y aptitud, buscar y facilitar la sinergia entre actores claves, y desarrollar capacidades técnicas y sociales en los beneficiarios.
“Esto permitirá primero llevar a cabo una recuperación de cobertura forestal, puede ser arbustiva o arbórea, para conservar el suelo y el agua. También, generar una interacción sostenible con sistemas agroalimentarios”, añadió el coordinador.
Un ejemplo, es la intervención en la microcuenca del Rio Grijalva – Concordia, del municipio de Villa Corzo. Identificaron la ubicación de las áreas con bosques con cobertura forestal interesante, en la parte de ladera, media y baja realizaron actividades agrícolas-agropecuarias, donde viven de manera armonizada.
Silva Flores compartió que, en el escenario actual, actúan de manera aislada con las políticas públicas del CONAFOR, a través de un territorio identificado por problemas concretos y acotados, yendo con un programa de atención forestal.
Lo que quieren lograr, es un escenario de transformación con políticas publicas sectoriales que se esfuercen y complementen el mismo territorio, así generar una estrategia territorial integral interinstitucional.
Para lograrlo, es necesario una coordinación para la implementación de acciones, que permitan potencializar, optimizar e incrementar las acciones con enfoque del manejo integrado del territorio, buscando oportunidades con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), CONAGUA, CONAFOR, Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) y ONG’S.
Las perspectivas se relacionan con varios elementos, uno de ellos es la voluntad política con objetivos y prioridades en una sola dirección, la actualización de instrumentos de planeación, homologar las escalas administrativas y funcional, como motivar el interés de los dueños de los terrenos.
El interés de los dueños se puede lograr generando retos participativos, con visión multifactorial y enfoque integral, asegurando la participación de todos los actores. El diseño de indicadores de evaluación de las acciones y creación de entornos favorables para la atracción de inversión privada.
Los retos son la articulación de los tres órdenes de gobierno, la alineación de intereses de las actividades económicas: agricultura, ganadería y silvicultura, fomento de la interacción sostenible entre biodiversidad y actividades económicas, y garantizar la continuidad de acciones post incentivos.
Por último, fortalecer la gobernanza entre los dueños de los terrenos, dar certeza jurídica en la tenencia de la tierra, evitar conflictos territoriales con la conciliación, articular e integrar programas, acciones e incentivos, fomentar la cultura de inversión.
*El Congreso Estatal Manejo Forestal y Desarrollo Rural ante el Cambio Climático, está integrado por Asociaciones Regionales de Silvicultores: Selva Zoque, Valle y Montañas de los Cuxtepeques, Bosques y Montañas de Chiapas. Cecropia soluciones locales a retos globales A.C, Cooperativa Ambio y Pronatura Sur, pertenecientes al Congreso Estatal Manejo Forestal y Desarrollo Rural ante el Cambio Climático, buscan contribuir e incidir en el diseño de políticas públicas incluyentes.
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