10 años del Conejobus: de gran promesa a la agonía
*La situación económica por la que está atravesando Sistema de Transportes Urbanos de Tuxtla S.A. de C.V. (SITUTSA) tendría su origen en febrero de 2019, pues de acuerdo con medios locales, la empresa adeudaba 250 millones de pesos a proveedores y fiscales.
En enero de 2010 el estado de Chiapas vio nacer, de mano del exgobernador Juan Sabines Guerrero y Felipe Calderón Hinojosa, entonces presidente de México, a una nueva sociedad de transporte público denominada Sistema de Transportes Urbanos de Tuxtla S.A. de C.V. (SITUTSA), la cual implementará a las unidades conocidas por las y los capitalinos como “Conejobus”, mismas que, ofrecían un transporte moderno a la ciudadanía.
Entre los nuevos servicios que podían observarse en estas nuevas unidades, de la ruta 1 y 2 de Tuxtla Gutiérrez, se encontraba la barra contadora de pasajeros y las alcancías electrónicas contra robo, que permitían a los usuarios de ambas rutas pagar sin que el chofer de la unidad recibiera el dinero, así como el pago a través de tarjeta de recarga, con la que se ofertaba una tarifa preferencial en cualquiera de sus modalidades; público en general, estudiantes o adultos mayores.
En febrero del año pasado, los rumores acerca de la desaparición de la sociedad del Conejobus empezaban a ser más fuertes, debido a que las diversas manifestaciones de choferes y socios eran más evidentes. En ellas, se le exigía al Gobierno del Estado una solución a las deudas millonarias que la empresa presentaba, puesto que, ya se contabilizaban ocho meses de falta de pago de 20 millones de pesos mensuales a los socios de dicho transporte, que para entonces, eran 127.
En un principio, el proyecto de transporte “Conejobus” registró un total de 100 vehículos, unidades nuevas, climatizadas y que contaban con la tecnología antes mencionada. Éstas tenían una capacidad promedio de 30 a 40 personas, además que, se implementaron algunas especiales para atender a las necesidades de la población con discapacidad, pues incluían una rampa diseñada especialmente para quienes no podían subir las escaleras de la puerta de acceso.
Sin embargo, el servicio de transporte para personas discapacitadas fue un total fracaso, ya que las pocas unidades acondicionadas para brindar este servicio se volvieron insuficientes para la población chiapaneca que así lo requería.
La mala administración de la empresa, tanto en lo tecnológico como en lo económico, han propiciado que, según las mismas palabras del secretario de Movilidad y Transporte, Aquiles Espinoza García, la empresa se encuentre hoy en día en un “estado agónico”, donde las deudas a proveedores, socios y choferes ahogan la capacidad financiera de la empresa, mismo situación que dificulta cualquier rescate.
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