Cambio climático genera riesgos para la infraestructura hídrica; adaptación y mitigación, las estrategias reducir riesgos
Organizaciones como la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento de México A.C. (ANEAS), Un Water, Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), presentaron el Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo (WWDR).
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Asimismo, quienes participaron en esta presentación fue Fréderic Vacheron, representante de la Organización de las Naciones Unidas (UNESCO) en México; Rodrigo Riquelme, especialista en agua y saneamiento del BID; Fernando González, director del Centro Regional de Seguridad Hídrica; Arturo Palma, presidente de ANEAS y Blanca Jiménez, directora general de la CONAGUA.
Vacheron dijo que, hoy en la celebración del Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, lo considera como un día importante para la UNESCO, para sensibilizar al público respecto a los esfuerzos internacionales dedicados a lograr la neutralización de la degradación de las tierras.
Lo anterior, se debe a los instrumentos de la cooperación científica, la solución de problemas y la participación de la comunidad en el plano local.
“La UNESCO ha estado a la vanguardia de este esfuerzo colectivo, aprovechando sus conocimientos científicos, y también movilizando sus programas sobre recursos hídricos y medio ambiente”, expresó.
Asimismo, mencionó que, frente a esos esfuerzos por combatir la desertificación, la labor de la UNESCO a privilegiado a los ecosistemas desérticos como espacios de vida, de versatilidad biológica, belleza natural, reserva biológica, de laboratorios de estudios, usos culturales de la biodiversidad y también de áreas sostenibles.
“Los programas mundiales de patrimonio mundial que conocen muy bien las reservas de biosferas, geoparques; más de 70 sitios de patrimonio mundial, 43 reservas de biosferas y 3 geoparques se encuentran hoy en áreas desérticas en el mundo”, compartió.
Además, en México son conocidos los ejemplos de Paquimé en Chihuahua y el Pinacate en Sonora. La oficina de la UNESCO en México trabaja desde 2016 para garantizar el futuro sostenible para la vida en los desiertos.
“Muchos de los sitios de patrimonio mundial de la humanidad, se encuentran hoy en peligro, justamente por consecuencia del cambio climático”, manifestó.
Por otro lado, el representante de la UNESCO dijo que, el Informe proporciona conocimientos y herramientas para los responsables de tomas de decisiones, así formular y aplicar políticas sostenibles en el sector del agua.
“La edición 2020 del informe titulado Agua y cambio climático, ilustra las conexiones vitales entre el agua y el cambio climático, en un contexto más amplio de la Agenda de Desarrollo Sostenible, apoyada por ejemplos de todo el mundo”, expresó.
El informe describe los desafíos y las oportunidades creadas por el cambio climático, proporciona respuestas potenciales en términos de adaptación, mitigación y mejora de la resiliencia que se pueden emprender, mejorando la gestión de los recursos hídricos, atenuando los riesgos relacionado con el agua, al acceso al suministro de agua y a los servicios de saneamiento.
“El informe aborda las interrelaciones entre el agua, las personas, el medio ambiente y la economía en un tema variable, demostrando cómo el cambio climático puede ser un catalizador positivo para mejorar la gestión, la gobernanza y la financiación del agua, para alcanzar un mundo sostenible y próspero para todos”, dijo.
Vacheron mencionó que, la última edición del informe es el resultado del esfuerzo concertado con muchas organizaciones y organismos de las Naciones Unidas, también se beneficia en gran medida de las aportaciones y retribuciones de otros miembros y asociados de ONU-Agua, decenas de científicos profesionales y ONGs.
“Primero aborda este informe, como lo decía antes del agua y el cambio climático; el cambio climático afectará, lo sabemos desafortunadamente, a la disponibilidad, calidad y cantidad de agua para las necesidades humanas básicas. Poniendo en peligro el disfrute efectivo de los Derechos Humanos al agua y al saneamiento de potencialmente miles de millones de personas”, expuso.
De la misma forma, los cambios hidrológicos inducidos por el cambio climático añaden desafíos a la gestión sostenible de los recursos hídricos, que ya están bajo una fuerte presión en muchas regiones del mundo, amplifican los fenómenos extremos relacionados con el agua, como las inundaciones y las sequias.
“El uso global del agua se a multiplicado por seis en los últimos 100 años y sigue aumentando a un ritmo constante de un por ciento cada año debido al crecimiento demográfico, al desarrollo económico y al cambio de los patrones de consumo”, explicó.
En cuanto a las variaciones de las precipitaciones y temperaturas, afectarán de manera directa a la disponibilidad de agua terrestre. El cambio climático y un suministro más errático agravarán la situación de las regiones en las que más escasea el agua.
“Se estima que la evaporación de la superficie terrestre aumente como resultado de la tendencia mundial de aumento de la temperatura del aire en todas las regiones, excepto en las más secas donde la falta de agua impide dicho aumento, este aumento puede ser compensado por un aumento en la precipitación, pero hay muchas regiones y especialmente en aquellas áreas donde los volúmenes de lluvia van a disminuir”, expresó.
Por lo anterior, se conduce a una disminución en los volúmenes de flujo y de la disponibilidad del agua en las diferentes estaciones. La escasez física del agua es a menudo un fenómeno estacional crónico, es probable que el cambio climático provoque cambios en la disponibilidad de agua estacional durante todo el año en distintos lugares.
Además, las proyecciones climáticas indican que los eventos extremos de precipitación se volverán más intensos y frecuentes en muchas regiones, lo mismo ocurrirá con las olas de calor serán más frecuentes y duraderos.
Vacheron dijo que, el cambio climático se manifiesta entre otros, a través de los impactos en la calidad del agua, por ejemplo, por medio de la contaminación.
“Muchos ecosistemas, particularmente bosques y humedales también están en mayor riesgo, las consecuencias del cambio climático se producirán en gran parte en zonas tropicales, donde se encuentran la mayor parte los países en vías de desarrollo”, mencionó.
Los pequeños estados insulares en vía de desarrollo suelen ser más vulnerables a los desastres y al cambio climático, desde el punto de vista medio ambiental y socioeconómico, muchos de ellos sufrirán más estrés hídrico.
Asimismo, prevén que las tierras áridas se extenderán de manera significativa por todo el planeta. Pronostican también que, la aceleración de deshielo de los glaciares afectará de manera negativa a los recursos hídricos de las regiones montañosas y también de las llanuras adyacentes.
“La adaptación y la mitigación son estrategias complementarias para gestionar y reducir los riesgos del cambio climático”, expresó.
Vacheron mencionó respecto a la gestión de recursos hídricos, infraestructura y ecosistemas, aborda de manera amplia el informe.
“El cambio climático genera más riesgos para la infraestructura hídrica, por lo que se precisa cada vez más medidas de adaptación, en lo que atañe a la infraestructura de almacenamiento de agua será volver a evaluar seguridad y la sostenibilidad de los embalses, estudiar las posibles obras de transformación o hasta de desmantelamiento para minimizar su impacto medio ambiental y social, y optimizar sus servicios”, compartió.
En muchas regiones del mundo, los acuíferos y aguas subterráneas constituyen la mayor reserva de almacenamiento en varias ordenes de magnitud, que la capacidad de almacenamiento en la superficie.
Asimismo, entre los ecosistemas terrestres, menciono que los humedales son la mayor reserva de carbono, ya que almacenan el doble de carbono que los bosques. Brindan múltiples beneficios colaterales como atenuación de inundaciones, sequias, depuración de agua y de biodiversidad.
En contexto a lo anterior, la Agenda de Desarrollo Forestal Territorial con Gestión Integral de Cuencas Chiapas 2018 – 2024, menciona que, el sistema de presas hidroeléctricas el estado produce energía, se ocupa para el desarrollo de la industria manufacturera y de extracción del centro, norte y occidente del país. El valor asciende en promedio a 8 mil millones de dólares anuales.
También, en los últimos 40 años, se han destruido ecosistemas forestales, afectando al 80% de la superficie estatal, con la consecuente pérdida de áreas arboladas, agua, suelo y biodiversidad, este proceso continúa, entre 2007 y 2011 se deforestaron 73,366 ha por cambio de uso del suelo, y se degradaron 10,864 hectáreas de bosques.
Ante el calentamiento global, Chiapas tiene un papel relevante en los compromisos internacionales que México ha suscrito en materia de mitigación y adaptación ante el cambio climático. Es un estado con importantes avances en el desarrollo de un marco legal y de políticas relativas para atender la problemática derivada del cambio climático.
Se han realizado propuestas como incrementar la producción y productividad forestal, promoviendo el manejo forestal comunitario; incorporando cadenas productivas y redes de valor en aprovechamientos maderables y no maderables.
Así como, promover la conformación de organismos de cuenca, con los dueños y poseedores de terrenos en las UMIT. Éstas deberán actuar de manera autónoma y en coordinación con las instituciones del sector, para definir el plan de gestión de la UMIT y sus prioridades.
Otra de las propuestas es que, con asesoría de un grupo de expertos, se realice el cálculo de las externalidades, derivadas de la producción hidroeléctrica, extracción de gas, petróleo y producción de aceite de Chiapas.
Lo anterior, con el fin de que un porcentaje de los costos de extracción de los mismos se considere como compensación ambiental, y se invierta en la restauración de los ecosistemas forestales de las cuencas hidrológicas en el estado.
En el tema de la afectación de cambio climático en el estado, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) detalló que en los últimos años existen zonas de Chiapas en que la producción agrícola ha dejado de ser productiva.
Las quemas agropecuarias y la contaminación por fertilizantes y pesticidas son dos de los principales contaminantes que aporta la agricultura al calentamiento global, hecho que García Santiago ha catalogado como una necesidad urgente en detener estas prácticas dentro del estado.
Por último, el Centro de Investigación afirmó que ya existe un incremento de la temperatura media anual en Chiapas, en las zonas en las que sí lo hay, este es de entre 1 y 2 grados en promedio, aunque en Tonalá es de 3 y en Tapachula de 4.
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