Venta del Nucú, fuente de ingresos ante la pandemia del COVID-19
La llegada de las primeras lluvias son la señal para la próxima salida del nucú en Chiapas.
Habitantes de varios municipios de Chiapas, esperan cada año con ansias y alegría la temporada de lluvias para atrapar una hormiga comestible conocida por distintos nombres como cocosh, shinch, tzizim, tisis, zompopo, mecash y chicatana.
El insecto se caracteriza por salir únicamente en las primeras horas de la madrugada, cuando la tierra está húmeda, por lo general después de leves lluvias, ya que las lluvias intensas, suelen tapar las salidas de las cuevas en donde habita el nucú.
Las familias se desvelan toda una noche para ir en su búsqueda del insecto con lámparas, candiles y velas pero en especial suerte, para poder regresar a casa con la preciada hormiga.
Para su búsqueda se usan botes y cubetas con agua para atrapar el insecto que servirá para el alimento o para comercializar dependiendo de la cantidad que sea recolectada.
Durante los meses de mayo y junio es posible observar en los mercados chiapanecos, vasijas llenas de nucú, que se venden desde 10 pesos la medida, hasta por cubetas de 20 litros que llegan a alcanzar un valor que ronda entre los 3 mil 500 a 4 mil 000 pesos.
El nucú como se le conoce comúnmente, es acompañado con tortillas y limón, en presentación de taco o solo acompañado con limón como botana, en ciudades como Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal, suelen vender pizzas cuyo ingrediente especial es el nucú.
Hoy, ante el Covid-19 y la falta de empleo, diversas familias han optado por arrancar chicatana para obtener una fuente de ingresos por ello ubican a las casas de arrieras, de donde sale la hormiga y comienzan a excavar a pico y pala durante horas hasta encontrar el llamado “caviar chiapaneco”
Arrancar nucú, requiere de esfuerzo, debido que para encontrar el nido donde se encuentran, es un trabajo de más 3 horas, además de soportar las constantes mordidas de las arrieras que a cada minuto suelen subirse a todo el cuerpo.
Pese a ubicar las cuevas de arrieras, el hecho de excavar, no es garantía de encontrar tzizim, cuenta Tito Alfaro de 40 años originario de la colonia Santa Teresa, municipio de Las Rosas, quien cada inicio de temporada de lluvias se dedica a la venta de nucú por mayoreo.
“No todas las cuevas tienen tzizim, a veces te pasas sacando tierra por horas, aguantando a que te muerdan las arrieras en los brazos, en la panza y los pies, para que solo te encuentres con puras trompetas”. Comento Tito
“Cuando uno tiene suerte no es fuerza cavar mucho, a un metro, encuentras el animalito”. Añadió Alfaro.
Por cada casa de arrieras con tzizim que se encuentra, se llegan a obtener cerca de media cubeta de 20 litros, que una vez dorados se convierten de kilo y medio a dos kilos aproximadamente, existen ocasiones en que se pueden arrancar hasta 15 kilos, en un solo día.
La pandemia del COVID-19, ha orillado a que este año sean muchas más personas que salgan en busca de la hormiga, narra Tito:
“Como no hay trabajo, la gente está saliendo a arrancar nucu, las cuevas que siempre arranco, este año ya las encontré vacías, están saliendo a buscar la comida no queda de otra”
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