Familias desplazadas de Guatemala exigen su retorno provisional ante vulnerabilidad de contagio por Covid-19
Ante riesgo de contagio por COVID-19, decenas de familias desplazadas en la frontera México-Guatemala demandan su retorno provisional por razones humanitarias
Fueron desalojados en junio de 2017, de la comunidad Laguna Larga, municipio de San Andrés, del Departamento de Petén, Guatemala. Son unas 450 personas quienes desde entonces, viven en un campamento hechos con lonas y madera, en la línea fronteriza de México-Guatemala. Ahora, en el marco de la pandemia por el COVID-19, advierten de la amenaza inminente de un contagio, porque carecen de servicio de agua, salud y las condiciones sanitarias mínimas. Por ello, pidieron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), gestione su retorno provisional por razones humanitarias.
Rubén Domínguez, uno de los representantes de la comunidad, explicó que los desplazados guatemaltecos que ahora habitan en El Desengaño, perteneciente al municipio de Candelaria del estado de Campeche, enfrentaban desde antes de la pandemia, infecciones respiratorias.
De acuerdo al estudio que hizo en la comunidad la organización “Salud y Desarrollo Comunitario” (SADEC), que trabaja con comunidades rurales e indígenas, el principal problema de salud de Laguna Larga son las Infecciones Respiratorias Agudas Superiores (IRAS).
Para diciembre de 2019, el 47.4 de los desplazados había enfermedao por infecciones respiratorias relacionadas directamente con las condiciones de hacinamiento y viviendas sin condiciones de protección en las que viven; por la alimentación deficiente y el medio ambiente húmedo y caluroso en el que se encuentran. El riesgo entonces era de padecer bronquitis o neumonía.
Ahora, de acuerdo al llamado que hicieron a la CIDH, por el contacto que tienen los desplazados con habitantes tanto de México como Guatemala, por las condiciones sanitarias en las que viven y las de saliud en las que se encuentran, existe una preocupación fundamentada “respecto al alto grado de vulnerabilidad a contraer contagio de Coronavirus COVID-19”.
Por ello, piden retornar de forma temporal a la comunidad; y una vez que pase la pandemia, volver al campamento y seguir buscando una finca donde reubicarse de manera definitiva.
Los habitantes de Laguna Larga fueron desalojados luego que el gobierno de Guatemala determinó que la región donde vivieron desde hace dos generaciones, es una “área natural protegida” y todas las personas debían dejar el lugar. Elementos del ejército de Guatemala los expulsaron de su poblado. Desde entonces permanecen en la línea fronteriza, demandando su retorno o reubicación.
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