En Chiapas, el ingreso entre trabajar de forma informal y tener una licenciatura es casi igual

• Chiapas, el estado con mayor número de trabajadores informales del país.

Julio César García, docente e investigador de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC) Campus Chiapas, expresó que en nuestro país: principalmente en los estados de Chiapas y Oaxaca, la diferencia entre los ingresos salariales que reciben profesionistas recién egresados y trabajadores informales es mínima, lo que ha generado la tendencia en los jóvenes de preferir trabajar que ir a la Universidad.

Explicó que, de forma general, se está formalizando la percepción en los jóvenes de que estudiar una licenciatura no será plenamente retributivo para su futuro laboral.

“Esto se debe principalmente a que en nuestra entidad el promedio salarial de un profesionista se encuentra alrededor de los 8 mil pesos mensuales y que, en Chiapas, una persona puede llegar a tener un ingreso similar o mayor trabajando de manera informal”.

El especialista puntualizó que la tasa de informalidad laboral en el país es de 54.3%, mientras que la de nuestro estado está por arriba con más de 20 unidades (74.7%), lo que deja a Chiapas en el primer lugar nacional en ese rubro.

Actualmente son más los jóvenes que cuentan con una licenciatura de los que había hace 10 años, lo que ha provocado que la competencia sea cada vez mayor. “Esto, lógicamente ha causado que los salarios sean menores, ya que muchas veces la oferta de profesionista en un mismo rubro es mayor a la demanda”.

El analista determinó que, en Chiapas, los trabajadores informales terminan con un mejor ingreso salarial que aquellos que estudiaron una licenciatura; ya que actualmente es más competitivo emprender un negocio propio que trabajar para una oficina, pues la mayoría de los empleos mejor remunerados, por lo menos para nuestro estado, siguen estando en el sector gubernamental.

García comentó que las autoridades deberían invertir en la calidad educativa de nuestra entidad, pues a nivel de competencias, los jóvenes que egresan de una Universidad en el estado llevan, como mínimo, dos años de rezago en comparación con el nivel nacional, lo que los vuelve menos competitivos para el campo laboral.