En las manos de cuatro monjas, la atención médica de 13 comunidades indígenas de Bocoyna, Chihuahua
#AlianzadeMedios | Por Raichali
El Hospital de la Tarahumara está a cargo de la atención médica de por lo menos 13 comunidades de Bocoyna; 70 por ciento de sus pacientes son indígenas
Por la contaminación de los ríos, los principales padecimientos que atienden son gastrointestinales, pero también han observado un alza en diabetes e hipertensión
A 72 años de su fundación, operan gracias a donaciones, trabajo voluntario y brigadas médicas, por lo que solicitan apoyo de alimentos, medicamento y una ambulancia para traslados
Sisoguichi, Bocoyna. – Habían pasado 15 horas del parto cuando el esposo de Luz María logró comunicarse al hospital para pedir ayuda. Decía que se le estaba muriendo porque había retenido la placenta y en su comunidad ya no sabían qué hacer para ayudarla.
La hermana Lupita no lo pensó dos veces. Se subió a la ambulancia con uno de sus compañeros para ir por la mujer rarámuri hasta Ojachichi. Manejaron tres horas para llegar a las faldas del cerro en donde vivía la joven. Eran las 11 de la noche y todavía tenían que caminar dos horas más para encontrarla.
En la cima del cerro, los familiares de Luz María ya la tenían enredada en una cobija que sujetaron con palos para bajarla. Ella no podía ni moverse del dolor que sentía.
La madrugada se les fue en trasladarla a Sisoguichi para extraerle la placenta, luego a San Juanito para su recuperación.
“Era pura vereda, no había camino. Caminamos como dos horas… lo que a mí me motivó ese día, fue la obra que hace el hospital porque, cuando vieron la ambulancia, un rarámuri comenzó a rezar como agradecimiento porque habíamos ido a ayudarlos”
-Hermana Lupita
De anécdotas como esa está lleno el Hospital de la Tarahumara de Sisoguichi, el cual se fundó en 1947 y fue el primero en llegar a la Sierra. A la fecha, continúa a cargo de la atención médica de por lo menos 13 comunidades del municipio de Bocoyna, la mayoría de ellas rarámuri.
El hospital se sostiene de donaciones en especie y monetarias, así como de jornadas médicas en las que enfermeras y doctores voluntarios prácticamente regalan las cirugías a quienes más lo necesitan.
Pero el corazón del hospital está en las hermanas María Luz Palacios, María Guadalupe Fuentes, María del Buen Consejo y Verónica Valles, quienes dedican su vida a ayudar a los habitantes de las comunidades de uno de los municipios con mayor índice de pobreza en Chihuahua.
Además de ellas, el equipo se confirma por 20 personas, entre las que se encuentran el doctor Samuel Valenzuela, dos enfermeros, un químico, dos internos, así como el personal de cocina, intendencia y farmacia.
Problemas gástricos, diabetes e hipertensión,
principales padecimientos
En una semana, el hospital de beneficencia recibe hasta 300 pacientes, 70 por ciento de ellos son indígenas. Aunque el costo por consulta es más una cuota de recuperación, la mayoría de las veces absorben el gasto de atención porque quienes acuden no tienen para pagarlo.
Entre las comunidades que atienden destacan: Ojachichi, Chacarachi, Bocoyna, Tonachi, Tehuerachi, Panalachi, Sisoguichi, Las Carretas, Sojawachi, San Juanito, Choreachi Tatori, Okimoba, así como San Rafael, Urique.
Las hermanas cuentan que los casos que más atienden son niños, niñas y adultos mayores con problemas gástricos por la contaminación del agua que consumen de los ríos, ya que no tienen acceso al agua potable.
También han aumentado los casos de diabetes e hipertensión en adultos, problemas que atribuyen a los cambios de alimentación que hay entre los rarámuri cuando salen de sus comunidades a trabajar en otros municipios porque la cosecha no es suficiente para toda la familia.
“Algo que he aprendido de los pacientes rarámuri es cómo ellos llegan con nosotras hasta que realmente lo necesitan. Vienen cuando la medicina tradicional ya no los ayuda y, como muchos no tienen para pagar, nos dan de lo que ellos tienen, así sean tres calabazas, con eso nos pagan”
-Hermana Vero
Sobre el nivel de desnutrición, comentan que han logrado disminuir los casos con un programa de peso-talla con niños y niñas de 0 a 5 años para detectar y atender problemas de alimentación a tiempo.
Uno de los casos que marcó a la hermana Verónica fue el de Rosita, una niña rarámuri de dos años que internaron por desnutrición. En los cuatro meses que estuvo en el hospital, Rosita no sólo alcanzó su peso, sino que aprendió a caminar y hablar.
“Creo que los niños son los más agradecidos. Para mi lo más gratificante es verlos sonreír cuando mejoran.
Aunque a veces no podemos darles seguimiento porque viven en comunidades que están a seis horas, verlos recuperarse y sonreír es muy bonito”
Cumplen brigadas médicas 10
años de atención gratuita
De los apoyos más grandes que el hospital recibe, es la brigada médica de los doctores Alfredo Chitika, Pedro Leal y Jesús Zavala, quienes cumplieron 10 años de llevar cirugías a Sisoguichi de manera voluntaria.
El objetivo, explicó Chitika, es realizar procedimientos quirúrgicos ya que no hay especialistas, por lo que el equipo se conforma por enfermeras, especialistas en ginecología, oncología, angiología, anestesiología, odontología y cirugía general.
“Nosotros venimos a dar consulta, pero más a dar procedimientos quirúrgicos gratuitos. Aquí no hay quien los realicen, no tienen especialistas y la necesidad es mucha; hemos atendido personas que tienen años necesitando una cirugía y no puede por falta de dinero o porque no se puede trasladar”
La brigada acude cada seis meses al hospital y, en tres días, han realizado de 20 a 28 cirugías a niños, niñas, adultos y adultos mayores. Los procedimientos más comunes que realizan son para extirpar hernias, tumores, eliminar cálculos renales, así como levantamiento de útero y vejiga.
Lo mínimo que una cirugía de este tipo puede llegar a costar en un hospital de la capital, añadió el doctor Leal, son 48 mil pesos, eso sin contar los gastos de traslado y recuperación del paciente.
En el Hospital de la Tarahumara, los procedimientos tienen un costo simbólico de entre mil y dos mil pesos para el mantenimiento de la clínica, pero también hay pacientes que “pagan lo que pueden”
Como parte del equipo de la brigada, los doctores han incorporado a internos y residentes para que aprendan a convivir con la gente y den un trato más humano a sus pacientes.
Leal Solís comentó que, además de la atención médica, los doctores llevan despensas, medicamentos y, al terminar las jornadas, realizan un convivio con el personal del hospital que cubren con sus recursos y donaciones de colegas y amigos.
“Mucha gente va a Chihuahua y los tratan mal. Les dan largas, están en albergues, muchos no tienen dinero y se desesperan, mejor se regresan, pero vienes acá y das alegría, la gente se queda muy contenta porque te dicen: si no fuera gracias a Dios, a las hermanas y a las brigadas, no se hubieran podido operar”
Necesitan alimentos, medicamentos
y una ambulancia nueva
Al ser un hospital de beneficencia, las hermanas solicitaron el respaldo de la ciudadanía en general para su operación, ayuda que puede ser en especie, donativos monetarios e incluso trabajo voluntario por periodos de seis meses a un año.
Una de las necesidades más urgentes que tienen es la de una ambulancia nueva para mejorar los traslados que realizan a las rancherías y poblados lejanos, ya que no hay carreteras para llegar a varias de las comunidades que atienden.
La hermana Lupita comentó que requieren medicamentos y alimentos como frijol, maíz, harina, azuzar, avena, cereal y enlatados, para las despensas que entregan en el programa de peso y talla para niños y niñas y de visiteo para adultos mayores.
“La verdad es que aquí se hacen milagros, porque necesitamos ayuda de toda. Las hermanas ayudan a mucha gente y se necesitan medicina, comida… aquí atendemos a todos, pero sí se necesita mucho la cooperación de la gente”
Silvia Portillo, auxiliar de cocina.
¿Cómo ayudar?
Por ello, dejaron a disposición de las personas que deseen apoyar al hospital el número de cuenta 9 200 1293 989 y la clabe interbancaria 014150920012939897.
Para apoyos en especie, la dirección de paquetería es Apartado postal 4, 33200 Creel, Bocoyna, o directamente en el hospital ubicado en Pablo de Anda #20 Barrio de Guadalupe, Sisoguichi.
El hospital está autorizado para dar recibos deducibles de impuestos. Para mayores informes están disponibles los números (635) 45-700-20
y (640) 45-700-79, así como el correo info@hospitaldelatarahumara.org
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