Migrantes bajo vigilancia de Guardia Nacional, en incremento detenciones y hacinamiento
El Instituto Nacional de Migración (INM) anunció que de manera temporal, la Guardia Nacional “apoya en la vigilancia perimetral de las instalaciones de la Estación Migratoria Siglo XXI, en Tapachula, Chiapas”.
Horas después del anuncio que se efectuó la noche del sábado 28 de mayo, una centena de elementos de la Marina y de la Policía Militar, fuertemente armados y con equipo antimotines, instaló un campamentos afuera de la estación migratoria, en donde permanecen migrantes que esperan regularizar su estancia legal en el país, o ser deportados.
La llegada de los elementos de la Marina y de la Policía Militar se dio luego que en semanas recientes, en la estación migratoria Tapachula -donde de acuerdo a las autoridades quienes permanecen ahí están en calidad de “asegurados” y no detenidos-, se efectuaron seis motines provocados principalmente por personas originarias de Cuba, quienes escaparon del lugar para evitar ser deportadas.
La instalación de los uniformados que forman parte de la Guardia Nacional para la vigilancia de migrantes , es el primer despliegue formal de este cuerpo de seguridad en el estado, luego que fue creado en medio de la polémica y cuestionamiento de defensores de derechos humanos de México y otras partes del mundo, por el riesgo del uso indebido de su fuerza.
Al respecto, organizaciones defensoras de los derechos humanos que conforman la Red Todos los Derechos para Todas y Todos, asegurán que la política migratoria y la llegada de los militares, obedece a una estrategia de seguridad nacional donde no se respeta los derechos de los migrantes.
Salvador Lacruz, del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, sostuvo que preocupa esta medida “porque es un indicador más, muy claro en esta ocasión, de que la mirada del control migratorio de la gestión, de las políticas que se piensan y diseñan en torno a esto, es una mirada estrictamente de seguridad nacional, y en ningún momento están pensando en la seguridad de las personas, y en el respeto a sus derechos”.
El centro Fray Matías hace visitas regulares al interior de la estación migratoria, para documentar las condiciones en las que se encuentran las personas que ahí permanecen.
En semanas recientes, explicó Lacruz, las autoridades mexicanas “están deteniendo (migrantes) a unos ritmos impresionantes. Es tremenmda la cantidad de personas que están siendo detenidas, incluidas las personas solicitantes de asilo, y que requieren protección internacional y respeto al principio de no devolución”.
Tras su detención, las personas que entran al país con la intención de atravesarlo para llegar a Estados Unidos, son internadas en la estación Siglo XXI y otras de menor capacidad.
En estos lugares, señala Lacruz, “los tienen hacinados, no solo en la estación Siglo XXI, sino en los centros que hay en la costa: en Huehuetán, Huixtla hasta Echegaray (…) las condiciones de vida en el centro de detención migratoria Siglo XXI de Tapachula son terribles ,y están muy lejos de guardar los mínimos estándares de trato a las personas que están privadas de su libertad”.
Detalló que el lugar ha estado al doble de su capacidad, “estamos hablando de multitud de familias, de madres, de bebés y de niñas y niños acompañados y no acompañados. Estamos hablando de falta de acceso absoluto al sistema de atención en salud, de deficiencias en la alimentación. Por primera vez en los años que llevamos monitoreando, hemos escuchado deficiencias en el acceso al agua potable, ni agua para beber suficiente ya tienen”, denunció.
De acuerdo a estadísticas oficiales del INM, en los primeros tres meses del año han sido remitidos a estaciones migratorias 31 mil 675 personas, entre ellas 8,569 son menores de edad.
Deportadas en el primer trimestre fueron 22 mil 614, lo que indica que alrededor de 10 mil permanecen en el interior de los centros de detención migratorio, algunos improvisados en canchas deportivas de ciudades fronterizas.
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