Indígenas, afectados por sistemático desabasto de medicamento en Chiapas
En La Candelaria, comunidad ubicada en la selva de Chiapas, una centena de niños no tienen servicios de salud, su esquema de vacunación es esporádico, y en lo que va del sexenio, solo una vez han abastecido de medicamentos. Una construcción de tablones de madera hace las veces de clínica.
Los medicamentos -apenas algo de alcohol, gasas, paracetamol, analgésico y desinflamante- llegaron a finales de abril pasado, tras la denuncia del abandono en que se encontraban, el incremento de enfermedades gastroinstestinales, respiratorias, y la muerte de dos infantes.
José Antonio Álvarez Cruz, comisariado ejidal de la comunidad La Candelaría, explicó que crisis de desabasto ha sido continuo. En junio y julio de 2015, a la falta de medicamentos e insumos, se sumó la suspensión del servicio de ambulancia aérea, unica vía para sacar a los enfermos de este poblado donde no hay carreteras. Para llegar hay que caminar por la selva alrededor de 5 horas.
En agosto de 2017 también tuvieron otra crisis. Pero este año se quedaron “sin siquiera un poco de alcohol para limpiar heridas”, explicó el comisariado. El desabasto alcanzó a las comunidades vecinas: San Gregorio, Corozal, Amador Hernández, El Guanal, Allende, Pichucalco, Plan de Guadalupe, Chapultepec y Benito Juárez.
El 5 de mayo pasado, la comunidad La Candelaria -unas 250 personas, la mayoría niños y niñas-, se reunieron el la clínica y grabaron un video donde mostraba los anaqueles destinados a guardar medicamentos.
Explicaron que pese a que desde dos semanas antes enviaron un oficio urgente a la Secretaria de Salud, hasta ese día no habían sido atendidos. “En abril dos niños recien nacidos murieron, uno en La Candelaria y otro en Guanal. Nos pidieron el registro de su muerte como prueba, y les dimos fotografías de los niños muertos”.
La situación de desabasto de medicamento y falta de atención a la salud no es exclusivo de La Candelaria ni de las zonas rurales de Chiapas. Se ha vuelto sistemático en toda la entidad.
A inicio de 2017, medicos y enfermeras de diferentes hospitales de Chiapas iniciaron protestas y paros laborales de brazos caídos, para denunciar que trabajaban en situaciones críticas, sin insumos ni material para atender a la población. Se suspendieron consultas y operaciones durante varias semanas. Ello obligó a la Secretaría de Salud a implementar un programa de abasto emergente pero provisional.
En meses recientes, pacientes de hospitales a cargo de los gobiernos estatal y federal empezaron a sentir de nuevo el desabasto. En el Hospital Pediátrico, único en su tipo en la entidad, padres de los niños y niñas hospitalizados han tenido que comprar de manera independiente el material de curación y medicinas, explicó Sandra Luz, una enfermera del nosocomio que pidió el anonimato.
En el hospital Gilberto Gómez Maza, el más grande de Chiapas, los servicios de laboratorio y cirugias se han postergado porque laboran a media capacidad, explicó uno de los médicos. Detalló que si bien esta situación ha sido sistemática en los dos últimos sexenios, esperaban que con el cambio de gobierno ello cambiara. Eso no ha sucedido.
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