Un priísta para el interinato en Puebla
El único cargo político que le faltó a Guillermo Pacheco Pulido en su carrera política en el partido tricolor se lo dio Morena y un accidente fatal: la gubernatura del estado, cargo que ocupará por cinco meses en lo que se convoca a elección extraordinaria.
#AlianzadeMedios | Por Ernesto Aroche de Labo B
Era Guillermo Pacheco Pulido. Siempre fue él. Al menos desde la semana pasada, cuando se reunió con los diputados de la coalición Juntos Haremos Historia a planchar el acuerdo.
En el camino se quedó la propuesta del PAN y sus partidos aliados de mantener a Jesús Rodríguez Almeida, el policía que la finada Martha Erika Alonso Hidalgo puso en la Secretaría General de Gobierno, y que con su muerte llegó como encargado de despacho a la oficina de la gubernatura.
En el camino se quedó también la propuesta del diputado con licencia Gerardo Islas Maldonado, el exsecretario de Desarrollo Social en el sexenio de Rafael Moreno Valle y de Antonio Gali Fayad y ex presidente del Partido Nueva Alianza en el estado.
Los tres nombres salieron del acuerdo que tomó el fin de semana pasado la Junta de Coordinación Política del Congreso local. Una terna que terminó en un solo nombre.
En la tropezada sesión de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales los diputados se dieron cuenta de que ni Rodríguez Almeida ni Islas Maldonado eran elegibles, el primero no cumplía con el tiempo de residencia mínimo exigido: 5 años; el segundo no había dejado el cargo de diputado 90 días antes como establece la constitución.
En la lista sólo quedó un nombre. El del hombre que lo fue todo en gobiernos priístas: diputado local, diputado federal, presidente de su partido, presidente municipal de la capital poblana y presidente del Tribunal Superior de Justicia.
El único cargo político que le faltó en su carrera política tricolor se lo dio Morena y un accidente fatal: la gubernatura del estado, cargo que ocupará de manera interina por cinco meses en lo que se convoca a elección extraordinaria para elegir al gobernador o gobernadora que concluirá el periodo de Alonso Hidalgo, y que desde el pasado 24 de diciembre quedó vacante.
¿El hombre de la unidad?
No fue un militante de Morena. Tampoco fue un militante del PAN o de lo que queda del morenovallismo, en días pasados uno de los principales operadores políticos del grupo, Eukid Castañón anunció su retiro de la vida política. Luis Banck, el otro morenovallista con capital político anunció que dejaba su cargo en el gobierno y que no participaría en el proceso extraordinario.
En la lista sólo quedó un nombre. El del hombre que lo fue todo en gobiernos priístas: diputado local, diputado federal, presidente de su partido, presidente municipal de la capital poblana y presidente del Tribunal Superior de Justicia.
Fue un priísta, al que periódicos locales ligan con el morenista Luis Miguel Barbosa, el elegido para llevar las riendas del estado por unos meses.
Ese fue el perfil que el grupo de Luis Miguel Barbosa, el excandidato a la gubernatura de Morena, y el presidente de la Junta de Coordinación Política, Gabriel Biestro, escogieron para lograr el consenso de los y las legisladores, y el único que llegó al pleno del Congreso.
El hombre que estaba al frente del Tribunal Superior de Justicia cuando la jueza Rosa Celia Pérez firmó la orden de aprehensión de la periodista Lydia Cacho.
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Y casi consiguieron la unanimidad. De los 41 votos posibles 40 votaron a favor del nombramiento único y alguien se abstuvo (como fue votación por cédula el sentido del voto fue secreto), ahí fueron votos de morenistas y morenovallistas, de priístas de cepa y panistas de tradición y de nuevo cuño, en un proceso fastrack, no hubo ni discusión ni debate. No hubo discurso alguno o voto razonado. Los diputados fueron llamados por orden de lista a depositar su cédula de votación y ya.
Los más de 20 días que duró el proceso para definir interino se registraron 62 nombres de personas interesadas en ocupar el interinato.
Y hubo de todo: de regidoras municipales a candidatos independientes de procesos pasados, hasta periodistas que aprovecharon la posibilidad para conocer por dentro el procedimiento como parte interesada.
Las semanas previas los nombres no sólo se sumaban cada día a la lista sino también saltaban a las columnas políticas, que si los panistas quieren a fulano, que si los morenos van por perengano, pero en el estado que desde hace 8 años dejó de gobernar el PRI el elegido para los próximos cinco meses fue un priísta.
Fisuras en Morena
La definición no fue tersa, en algún momento la posibilidad de que el presidente de la Junta Política y líder de la bancada de Morena en el Congreso, Gabriel Biestro Medinilla, pudiera llegar al pleno fisuró la coalición lopezobradorista.
José Juan Espinosa Torres objetó al líder de Morena. No podía ser juez y parte. Fueron días de jaloneos, de dimes y diretes: “de tú no puedes” “Tú tampoco”.
Y esos diferendos llegaron a la Comisión de Gobernación: “Yo no firmé la terna”, aseguró en varias ocasiones Espinosa Torres al cuestionar que se haya integrado a personas que no cumplían con los requisitos, para luego decirle a Biestro Medinilla que no se riera de sus palabras.
La discusión fue lenta, farragosa, circular en la definición de si sería en el pleno donde se definiría todo, o si sería en la comisión –como finalmente fue— de donde saldría el elegido. Lo lenta que fue la definición fue lo rápida que fue la elección en el pleno.
Y a las 5 de la tarde, minutos más minutos menos. Ya estaba el gobernador interino designado protestando el cargo.
En su primer discurso y su primer mensaje político dos temas puso sobre la mesa, la inseguridad que vive el estado y la necesidad de curar las heridas y cerrar las divisiones que ha dejado la lucha política por la gubernatura. Pero Pacheco Pulido parece olvidar que llegó como elemento de transición, como figura de gobernabilidad por unos cuantos meses, en lo que se convoca a elecciones y se va de nuevo a las urnas.
Pocos meses para poder ofrecer una política de seguridad diferente, pocos meses para lograr sanar las heridas y conseguir la unidad política o la unidad social. Aunque en su discurso haya citado al ideólogo panista Manuel Gómez Morín, al priísta Jesús Reyes Heroles uno de los íconos intelectuales del tricolor, y al presidente del país y líder moral de Morena, Ándres Manuel López Obrador.
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