Consulta no llegó a pueblos, comunidades y ejidos que impactará Tren Maya

Tren maya impactará a habitantes de Palenque. En ese municipio solo 1 casilla pusieron en la cabecera municipal; en el resto de los municipios de Chiapas se colocaron las casillas de la consulta. Foto: Ángeles Mariscal

Indígenas lo rechazan porque transgrede sus sitios sagrados y no está asociado a sus formas de desarrollo.

La consulta nacional que este fin de semana se llevó a cabo sobre los llamados “10 programas prioritarios” del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, entre ellos el Tren Maya, no llegó a los pueblos comunidades y ejidos que impactará, al menos en Chiapas. De las 79 casillas que se instalaron en el estado, solo una estuvo en el municipio Palenque, y en la cabecera municipal, lejos de los lugares por los que transitará –en caso de concretarse- en sus 45 kilómetros de recorrido.

Indígenas que conforman el Movimiento en Defensa de la Tierra y el Territorio, sostuvieron reuniones también este fin de semana, donde entre los temas que analizaron estuvieron los proyectos del Tren Maya, el tren del Itsmo de Tehuantepec, la militarización de la seguridad pública y la iniciativa de ley en materia agraria.

Indígenas exigen se garantice su derecho a la tierra y a la participación en la toma de decisiones, sin mediación y sin violencia.

Plantearon que ninguno de estos proyectos fue llevado a consulta con las personas a las que les afectará directamente. Para que esto se hubiera llevado a cabo, los impulsores debieron haber acudido a las asambleas de las comunidades, donde se reúnen todos los pobladores -hombres, mujeres y niños-,  y donde luego de analizar las acciones que les afectan, en conjunto toman decisiones. Esto no sucedió. La consulta se focalizó en las ciudades.

La consulta que realizó el gobierno –señalan- no respetó tratados y convenios en materia de derechos humanos, como el Convenio 169 de la OIT, ya que la consulta no fue previa ni informada.

“Antes de que realizan el proyecto nadie nos preguntó nuestra opinión, no conocimos los estudios de impacto ambiental, y mucho menos los supuestos beneficios que traerá a la nación”.

Lo que sí es visible –señalaron- es que el Tren Maya, el tres del Itsmo de Tehuantepec y el proyecto de plantación de árboles “son proyectos que transgreden nuestra cultura ancestral, nuestros sitios sagrados, manantiales, la biodiversidad milenaria y la cosmovisión que tenemos sobre la tierra y el territorio, como pueblos nativos de México, originarios de este país”.

Para indígenas habitantes de las regiones donde se tienen proyectados estos programas, las acciones que está realizando el nuevo gobierno pretenden dar continuidad al modelo de desarrollo basado en la mercantilización de la tierra.

Explicaron que esta es una diferencia fundamental con la concepción de desarrollo que tienen por una parte los gobiernos y empresarios, y por la otra las mismas comunidades.

“Para nosotros el desarrollo es la conexión con la madre tierra, vivir en en armonía con la naturaleza, y comiendo lo que cultivamos”, detalló Pascuala Vázquez Aguilar, indígena tseltal.

En este contexto, manifestaron su oposición a estos proyectos que impulsa el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y exigieron a los diferentes niveles de gobierno que les garanticen su derecho a la tierra y a la participación en la toma de decisiones, “sin mediaciones y sin violencia”.

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