Aristóteles Sandoval deja varados a miles de migrantes
La política humanitaria del gobierno de Jalisco se acabó después de la visita del gobernador al auditorio Benito Juárez, donde le dio la mano a la Caravana Migrante y agradeció a los voluntarios por atender a los refugiados. Tomada y publicitada la fotografía en redes sociales, Sandoval comenzó a “deshacerse del problema”
Texto y fotos: Jade Ramírez / ZonaDocs
GUADALAJARA, JALISCO.- Al amanecer de este martes comenzaron a formarse en el auditorio Benito Juárez los primeros migrantes que saldrían rumbo a Nayarit. El acuerdo con el gobierno estatal había sido que serían traslados hasta Ixtlán del Río, el primer municipio fronterizo entre Jalisco y Nayarit, para que, de ahí en camiones, el gobierno de esa entidad los llevara hasta La Concha, Sinaloa.
Un día antes, el gobernador Aristóteles Sandoval se había presentado en el refugio para abrazar a los migrantes y agradecer a los voluntarios la atención. Se tomó una foto y ofreció el transporte.
Pero al mediodía del martes se acumularon las quejas de que las autoridades estatales incumplieron los acuerdos sobre cómo serían trasladados hasta Nayarit, sumado a la amenaza de que irían cortando los servicios de atención.
El gobierno de Nayarit argumentó estar imposibilitado de otorgar ayuda humanitaria, porque sus esfuerzos están enfocados en Tuxpan y Acaponeta, municipios azotados por el huracán Willa.
Al mismo tiempo comenzó a correr la versión en el albergue de que, como la Caravana había decidido continuar, los servicios y atención que se estaban proveyendo terminarían. Lo que seguía era irse.
Los migrantes llevan un mes escalando, desde San Pedro Sula, en Honduras, hasta el Bajío mexicano, y que buscan llegar a Tijuana, la última frontera con Estados Unidos. El albergue estaba convertido en un sistema carcelario, donde se seguían los ritmos y tiempos de la Fiscalía del Estado.
Sin embargo, recibieron un aviso de los primeros que salieron de que los estaban dejando en Pinar de la Venta, una fracción de la zona metropolitana que está a tres kilómetros del Periférico Norte, en la carretera a Nogales, donde, con suerte, la neblina se retira pasadas las 10:30 de la mañana y los accidentes por volcadura son cotidianos.
Hasta ahí llegó la solidaridad del gobierno de Aristóteles Sandoval, en sacarlos de la metrópoli y dejarlos a 90 kilómetros de Ixtlán del Río. Quienes aún no dejaban el albergue comenzaron a reaccionar en contra.
A gritos se escuchó “vámonos”, pero se discutía que los camiones de la policía los estaban sacando, literalmente, a la calle nada más.
Dieron portazo
Salieron mil migrantes caminando. Tomaron el Periférico Norte plagado de obras de intervención vial que alentan a vuelta de rueda la circulación; conectados con la carretera a Nogales siguieron a pie su ruta al norte del país.
La Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco se negó a pronunciarse. Dijo que estaba “atendiendo’ a los migrantes y “trabajando” con ellos. Que las entrevistas las darían hasta terminar su informe.
La Secretaría de Gobierno respondió con un “desconozco” la crispa matutina en el auditorio Benito Juárez. Durante la mañana, a los voluntarios les indicaron que se retiraran y las 2 de la tarde se desarmó el albergue, al puro estilo Jalisco.
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