Para los gobiernos, es más fácil criminalizar la protesta que pagar millones de dólares en las demandas: Gustavo Castro

El activista ambiental y fundador de la organización Otros Mundos A.C Gustavo Castro, en una entrevista realizada realizada en Belfast, Irlanda,  para el programa «Earth Matters» de la televisión local NVTV  mencionó que para los gobiernos es mas fácil modificar el código penal y criminalizar la protesta social que pagar millones de dólares en las demandas de las empresas, por lo que, los tratados convierten la protesta social y las demandas por los derechos humanos en un crimen.

  • ¿Con qué motivos se creó Otros Mundos A.C./Amigos de la Tierra México en el año 2007 en San Cristóbal de las Casas, Chiapas:

«Antes de la creación de Otros Mundos A.C., durante muchos años estuvimos trabajando con refugiados guatemaltecos durante el conflicto armado en Guatemala, cuando salieron miles y miles de indígenas a los estados fronterizos con México. Más adelante, cuando el gobierno mexicano empezó a promover el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Estados Unidos y Canadá, se levantó todo un movimiento en contra de este tratado por las implicaciones que iba a tener en México: iba a modificar de la Constitución, privatizar todo, aumentar impuestos, abrir las cuotas de importación a los productos subsidiados de Canadá y Estados Unidos, desplazar a campesinos e indígenas y romper la planta productiva del país. Surgió el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas y en ese proceso de diálogo entre los zapatistas y los indígenas del EZLN, iniciamos un trabajo de formacion, información y capacitación en las comunidades.

Después llegaron las inversiones de todo tipo: los Tratados de Libre Comercio (TLC) abrían las puertas a la inversión extranjera en torno a la privatización del agua, la energía, la industría minera. Empezó el boom de la extracción de metales, de la plata, y del oro, que implicaba el desplazamiento de comunidades indígenas y campesinas. Pero también iniciaron los grandes proyectos de construcción de represas hidroeléctricas que implicaban bloquear ríos, inundar grandes extensiones de territorios, desplazar a comunidades y pueblos. Con Otros Mundos A.C. iniciamos un proceso de resistencia contra esos proyectos y fundamos dos redes nacionales: el Movimiento mexicano de Afectados por la Presas y en Defensa de los Ríos (MAPDER) y luego la Red Mexicana de Afectados por la Mineria (REMA). Pero después llegan los monocultivos de palma de aceite, desplazando los cultivos tradicionales de maíz y frijol que sostienen la soberanía alimentaria, por la palma de aceite para la industria de Europa y Estados Unidos. Implicó romper la biodiversidad con un monocultivo muy extenso, agroquímicos y contaminación del agua. Iniciamos entonces otra resistencia contra eso. Luego llegaron las concesiones de petróleo, gas y fracking y otras privatizaciones.

Todo ese proceso de resistencia también nos implicó buscar alternativas. No podemos seguir resistiendo contra el extractivismo tan fuerte y tan voraz, sino que necesitamos construir alternativas. No se trata de exportar a Estados unidos y Europa los mejores productos a muy bajos costos económicos con grandes costos sosicoambientales y mucha probreza. La idea era generar fuentes propias de vida, alimentación, mercado local. En ese proceso en el que conformamos redes y movimientos, nos encontramos y confluimos con la federación Amigos de la Tierra Internacional (ATI), preocupados también por el cambio climático y el extractivismo. Es así como nos invitaron a formar de ATI, hace diez años. Entonces juntamos alianzas y sinergías para luchar contra este modelo de desarrollo que trae tanta pobreza y destrucción socio-ambiental y también para buscar alternativas locales, propias y sustentables. Queremos encontrar formas ambientalmente sostenibles de manejar el agua, la energia, los alimentos. Queremos defender la tierra y los alimentos contra tanto despojo generad por parte de un modelo extractivista que, por lo menos en América latina, es terrible.»

  • El problema de la criminalización de la protesta y la represión en América Latina:

«Si un gobierno hace eco de las demandas de la población en torno por ejemplo a la contaminación generada por una empresa, y decide expulsar o quitar la concesión a esta empresa, la empresa puede demandar al gobierno. Hace cinco anos, había por lo menos 60 países de Africa, Asia y América latina demandas por las empresas transnacionales ante el Banco Mundial, que es el tribunal que a final de cuentas decide y muchas veces le da la razón a las transnacionales. Costa Rica y El Salvador son los únicos dos países que por ley han prohibido la minería metálica en su territorio, por lo que les han llegado demandas de las empresas canadienses y australianas y han tenido que gastar millones de dólares en su defensa legal. Al final ganaron pero han sido los únicos dos casos y por lo general las corporaciones ganan.

Si la gente defiende sus derechos humanos al agua, a la salud y la alimentación, entonces en los tratados empezaron a ver la forma de asegurar que la movilización social no sea un derecho humano sino un crimen. Cuando la gente está protestando, bloqueando una carretera, puede ser demandada por secuestro, delincuencia organizada, o terrorismo. Los tratados convierten la protesta social y las demandas por los derechos humanos en un crimen. Para los gobiernos es mas fácil modificar el código penal y criminalizar la protesta social que pagar millones de dólares en las demandas de las empresas. La confrontación es cada vez más fuerte entre los movimientos y las corporaciones en toda América latina.

(…) América latina tiene muchos bienes comunes naturales: bosque, madera, biodiversidad, agua, gas, petroleo, minerales. Esos bienes comunes naturales incorporados al mercado ahora los llamamos recursos naturales y se les pone precio, entonces vienen la lucha por quien es dueño de eso. (…)  Prácticamente todos los gobiernos de América latina tienen acuerdos de libre comercio con la Unión Europea, China, Estados Unidos o Canadá, por lo que hay una disputa muy fuerte por todos estos recursos. Esos TLC van avanzando a un ritmo sumamente acelerado y la extracción ha sido cada vez mas fuerte. En México, por ejemplo, del 2000 al 2011 se extrajo 2.5 veces más oro que durante los 300 años de colonia española.

Eso ha implicado que la gente se esté levantando y organizando, pero es peligroso en América latina, donde quien se oponga es perseguido. Hay mucha esperanza ya que la resistencia es muy fuerte, los movimientos están resistiendo, la gente está buscando la manera de blindar sus territorios, de generar territorios libres de minería, represas y transgénicos y está generando alternativas propias y locales. Eso es lo que hace que la gente sea muy amenazante para los intereses corporativos, por eso es tan peligroso. Tenemos casos por toda América latina, y sobre todo muchos feminicidios, porque las mujeres están en frente de todas las resistencias en el continente.»

Gustavo Castro, más de 30 años caminando en la defensa de los derechos humanos

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  1. Para los gobiernos, es más fácil criminalizar la protesta que pagar millones de dólares en las demandas: Gustavo Castro - 19 agosto, 2018

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