Peña pide a damnificados “echarle ganas”; ellos exigen agilidad y transparencia en la reconstrucción
Un kit de limpieza y algunas despensas, lo que han recibido hasta el momento miles de familias afectadas por el sismo
El presidente Enrique Peña Nieto pidió ayer a los miles de damnificados por el sismo del 7 de septiembre, “echarle ganas” para salir adelante, y marcó el orden de prioridades con el que su gobierno atiende la contingencia, prioridades que contrastan con lo que los afectados demandan.
Durante la visita que hizo a Chiapas, Peña Nieto estableció tres tiempos en la atención a personas damnificadas: primero proporcionarles servicios de salud, después conocer la magnitud de los daños mediante un levantamiento censal de las afectaciones, y en tercer lugar emprender la labor de reconstrucción.
Técnicamente parecería un orden lógico de trabajo, sin embargo para miles de afectados por el sismo, vivir en un albergue varios meses no es una opción, y por ello decidieron instalarse en los patios de sus casas y dormir a la intemperie. Ellos ven como prioritario levantar de entre los escombros sus viviendas o un lugar provisional donde vivir.
Guadalupe Vázquez y sus tres hijos sacaron al patio los bienes que lograron sacar de entre los escombros en que se convirtieron sus viviendas. En un rincón instaló una cocina y bajo una lona su cama.
Al igual que ella, los damnificados del ejido Lázaro Cardenas del municipio Cintalapa –un lugar donde quedaron colapasadas 234 viviendas, casi la cuarta parte del total de los hogares- no quisieron instalarse en el albergue que se abrió en el auditorio ejidal.
La desconfianza por perder sus pertenecias, y la premura por reconstruir sus casas los mantiene viviendo en el exterior. Pocos son los que lograron encontrar asilo con algún familiar, y menos aún los que tienen recursos para rentar un cuarto o una casa. Para ellos su labor inmediata es construir al menos una galera.
Trinidad Hernández, un anciano de 60 años, coincide con las demandas del resto de la población del lugar, quieren láminas y un poco de cemento. Sin embargo lo que han recibido hasta le momento es una cubeta, un trapeador, un par de cobijas y una despensa.
Deberán esperar al menos tres semanas, plazo que se dieron las autoridades para terminen de realizar el diagnóstico de daños, y a partir de ahí aguardar otros días para que sea autorizado el recurso y empiece la reconstrucción.
Fiscalía ciudadana
A los damnificados por el sismo les preocupa algo más: que el manejo de los recursos para la reconstrucción lleguen a los damnificados, y que no se politice el proceso ahora que en la entidad los aspirantes a los puestos de elección popular, de facto ya iniciaron campañas políticas.
“Que todos los recursos que vayan a bajar a este lugar se manejen de forma transparente, que hagan lo que se tenga que hacer, pero de forma adecuada. Que no nos vaya a pasar lo mismo del 2005 cuando el (paso del huracán) Stan, las aves de rapiña se llevaron los recursos”, demanda Amauri Chandomi Moguel, quien con unas 50 personas del ejido, se organizaron para participar junto a las autoridades ejidales, en la elaboración del diagnóstico de daños y en la fiscalización para el manejo de recursos.
“Sabemos que hay un fondo federal, necesitamos que nos vengan a asesorar para hacer los expedientes de las casas que fueron colapsadas, se cumpla con los requisitos necesarios y nos den lo que se necesita (…) queremos que las cosas sean transparentes”, exigieron a nombre de la comunidad.
Otro grupo de ciudadanos abrieron bases de datos en páginas electrónicas, un mapeo colectivo que ya inició en Oaxaca, para que también en Chiapas se lleve, de manera independiente al registro gubernamental, un seguimiento del proceso de reconstrucción y uso de los recursos públicos destinados a este fin.
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