Deportan EU a chiapaneco tras 16 años de estadía
Tapachula, México. 19 de Julio.- Jesús Lara López, regreso a su terruño del que partió hace 16 años con destino a los Estados Unidos y donde este martes fue deportado por el Gobierno de, Donald Trump. En la casa de su madre, Victorina López Velázquez, en el ejido Congregación Zaragoza, enclavado en las faldas del Volcán Tacaña de la zona alta de este municipio; el migrante pasó su primer noche.
A su llegada a esta ciudad fue recibido por sus hermanas, sobrinos y su cuñado; después de viajar 12 horas desde el aeropuerto de Clevaland, Ohio. Jesús fue llamado por la Immigration and Customs Enforcement (ICE) a las 5:20 de la madrugada para quitarle el grillete satelital que le habían colocado desde marzo de este año, cuando se presentó a renovar su permiso y le dijeron que «las reglas habían cambiado».En el 2008 fue arrestarlo por conducir sin licencia mientras conducía hacia el doctor y en el 2011 un juez ordenó su deportación pero cada año el mexicano se presentaba ante el ICE a firmar. «Con Obama me dieron permiso de trabajo, me lo extendieron cada año para tener seguro social y licencia. En marzo de este año me presente a renovarlo pero me respondieron que prepara un boleto de avión porque tenía que salir» cuenta Jesús en entrevista a este periodista.Tras dos hora de camino desde el Aeropuerto Internacional de Tapachula hasta su natal poblado asentado entre plantíos de cafetos, Jesús, se fundió en un abrazo con su madre a quien no había visto desde que tenía 20 años, cuando se fue en busca del «sueño americano».El migrante regreso a casa con una sola mudada de ropa y un par de zapatos, pero ahí ya le esperaban una congregación de evangélicos, quienes con un culto agradecieron a Dios por su retorno. «Lo que hizo ese hombre, Donald Trump, no tiene nombre, pero yo ahí donde está (…) que Dios me lo bendiga a él» expresó entre lágrimas su madre, Victorina López.Con un nudo en la garganta la sexagenaria contó que su «hijo se vino pero dejo a sus hijos llorando, es lo que a mí me da tristeza porque no se vale. Mi hijo dejo llorando a sus hijos, me hablaron todo el día por teléfono y a mí me duele».A pesar de sus sentimientos encontrados Jesús intenta sobreponerse y alienta a su madre, quien comparte su tristeza. «Primeramente Dios vamos a estar unidos, ya no esté llorando y clamándole a Dios (…) yo le clame para que todo saliera bien pero la voluntad de él fue otra. El va hacer grandes cosas» replica.Después de pasar su primera estancia y de ser cobijado por sus hermanas Concepción e Idubina, los recuerdos invaden su mente. «Cuando yo me fui la casa era un cuartito de palitos» exclama sentado en el comedor mientras desayuna junto a su madre y su tío Victor Salvador después de 16 años de no verlos. La vivienda ahora está construida de blocs gracias a las remesas que su madre recibía de Jesús y su hermano.En octubre del 2016, en un debate rumbo a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, viralizo la frase «bad hombres»; refiriéndose a los migrantes latinos que solo llegan a cometer crímenes. «Tenemos algunos bad hombres acá y los vamos a echar» dijo en aquella ocasión el republicano.En los Estados Unidos, Jesús, acudía a una iglesia, tenía un trabajo estable en una fábrica de galletas y una familia compuesta por sus cuatros hijos americanos y su esposa mexicana, quién hoy se encuentra en la misma situación. «Me pusieron un grillete de esos que les ponen a los delincuentes» expresa mientras intenta asimilar lo sucedido.
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