Feligreses de la Iglesia Séptimo Día, los fallecidos en accidente carretero
El Amate, Chiapas. En Las Cruces, tres kilómetros antes que el camión Mercedes Benz se precipitara sobre su costado izquierdo, el chofer Bonfilio Otero Hernández habló con su ayudante, el tabasqueño Sergio Córdova Santiago, de 20 años, porque sintió que los frenos estaban bajos, pero que en Motozintla revisarían el desperfecto, pero ya no le dio tiempo, trató de parar la unidad y no lo consiguió. Eran las 18:10 horas, cuando el camión cayó a la barranca de 120 metros de profundidad donde murieron al instante 13 personas. Otras 4 murieron luego de ser hospitalizadas, 32 más resultaron heridas.
Entre los fierros retorcidos, una joven de pantalón negro, escaló por la pendiente de espaldas a la cañada que va a Motozintla y diez minutos después estaba en la orilla de carretera, con la respiración agitada y los labios resecos para pedir a las personas que oyeron el rechinido de las llantas y el estruendo, que ya se habían acercado al voladero que pidieran ayuda. “Llámenle a mi padre. El está enfermo”, dijo la joven.
Los lugareños empezaron a llamar a los cuerpos de socorro y a parar los vehículos que descendían por las curvas y pendientes, para pedirles que al momento que alcanzaran mejor señal en el teléfono celular, que pidieran ayuda urgente de Protección Civil y que mandaran “muchas ambulancias” y paramédicos, porque “allá abajo hay muchos muertos”.
Varios hombres se había aventurado a bajar hacia donde estaba el camión tipo Marco Polo, en el fondo de la barranca. Los hombres y mujeres, en su mayoría jóvenes que habían sobrevivido, pedían ayuda para moverse, porque muchos tenían los pies y brazos fracturados y golpes en la cabeza y en la espalda.
El joven convicto
Darinel López Pérez, fue una de las 13 víctimas mortales que estaban en el fondo de la barranca, venía jubiloso del municipio de Pijijiapan, donde los jóvenes habían participado entre el viernes y sábado en concursos para memorizar versículos de la Biblia y convivido con miembros de otras iglesias de la costa.
Hace apenas 30 días, el joven de 27 años de edad, temía una sentencia de 11 años de prisión y pidió al pastor de la Iglesia Advetista de El Amate, del municipio de La Trinitaria, Rigoberto Pérez Velázquez, que llegara al Centro de Reinserción para que lo bautizara.
Pero antes hizo una petición: que oraran por él, porque había hecho un pacto con Dios y pedía solidaridad de los feligreses, porque no quería quedarse durante 11 años en la cárcel, porque su deseo era salir a servir en la iglesia y se le cumplió, un juez lo dejó en libertad.
Al salir de la prisión, el joven originario de la comunidad El Amate, se dedicó a servir fervientemente a la iglesia y hace apenas 15 días que se llevó a cabo una conferencia evangélica, donde cantaron Pascual y Gladis, dos cantantes conocidos entre la feligresía de la Iglesia del Séptimo Día, que Darinel recibió la encomienda para recibir a los visitantes.
Días después de dejar la prisión, el joven ya no escuchó música grupera y prefirió la cristina. “Darinel estaba con todo en la iglesia”, rememora el pastor Rigoberto.
Pidió permiso
Leydy del Carmen Cruz López, de 21 años de edad, fue uno de los tres jóvenes nativos de El Amate, que perdieron la vida en el camión en la noche del domingo. En total fueron 16 los que viajaron hacia el congreso en la costa y que hoy están internados en varios hospitales.
Desde niña, Leydy llegó con sus padres a la iglesia y cuando creció le gustaba atender a los niños que asistían a los cultos del día sábado.
Egresada de la carretera de enfermería, Leydy, estaba entusiasmada con el viaje que realizaría a Pijijipán y había suplicado a sus jefes del sanatorio donde laboraba que le permitieran ausentarse el día sábado, pero que estaría de regreso el domingo a temprana hora para trabajar.
No había sábado que faltara a la iglesia, pero cuando las cosas se complicaban y creía que no le darían permiso para asistir a la iglesia, sus compañeras decían que podían suplirla en el cargo para atender a los párvulos, pero nunca hubo necesidad, porque siempre estaba puntual en los cultos que iniciaban a las 10:00 horas.
La secretaria de escuela sabática también le gustaba cantar y su voz resonaba en el templo.
Hoy los feligreses de la Iglesia Adventista oraron y pidieron resignación por este trance por el que pasan, pero una mujer que tomó la palabra dijo que es difícil aceptar momentos “tan dolorosos como estos”, pero “por eso Dios te alabamos esta tarde”.
Junto a Lesdy Darinel, los feligreses de la Iglesia Séptimo Día, velan también el cuerpo del joven Erick Morales Pérez.
Otras víctimas
En la zona de tierra caliente, del municipio de La Trinitaria, tres jóvenes más son velados en Llano Grande; seis en Río Grande; y tres más en el poblado Michoacán, un pueblo cercano a la cabecera municipal.
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