Indígenas de la selva Lacandona dicen no al extractivismo y la Gendarmería Ambiental

«Nosotros somos los que cuidamos nuestra tierra», sostuvieron hombres y mujeres de la Selva Lacandona. Foto: Noé Pineda

Demandan a gobiernos y empresarios reunidos en la COP13, a respetar su tierra y su herencia

Crearon en la zona un frente contra el extractivismo y la entrada a la zona de la Gendarmería Ambiental.

 

Selva Lacandona, Chiapas. “Lo que le decimos a los empresarios y al gobierno que se reúnen (en la COP 13) es que nosotros los indígenas somos los que cuidamos nuestro territorio, aquí han muerto nuestros ancestros y esta nuestra herencia maya. Nosotros aquí nacimos y aquí vamos a morir”, advirtieron habitantes de 15 comunidades de indígenas tseltales, quienes se reunieron en el ejido Amador Hernández, uno de los poblados ubicados en el corazón de la selva Lacandona.

Llegar desde la capital de Chiapas a la zona de las Cañadas de Ocosingo, en el corazón de la selva Lacandona, lleva 12 horas de viaje, la mayoría por un camino de terracería y brechas por donde apenas pasa un caballo. Para los habitantes de esta zona, pasar de una comunidad a otra implica, la mayoría de las veces, atravesar montañas caminado entre cuatro y ocho horas, rodeados de una vegetación espesa, del ruido de cientos de pájaros que llegan a ensordecer, y del agua que corre majestuosa por los ríos Jataté y Usumacinta.

La riqueza de la Lacandona está en sus habitantes, herederos de la cultura maya; pero este territorio alberga también dos de cada diez especies de la flora y fauna existentes en el país, que van desde árboles maderables y otras plantas con importancia económica; y animales emblemáticos, algunos en peligro de extinción.

Almacena la tercera parte del agua dulce que hay en México, y su subsuelo contiene una incalculable riqueza mineral -oro, plata, hierro, entre otros-, además de yacimientos importantes de petróleo y gas.

Cuatro generaciones de indígenas en la región de la Lacandona sin que gobierno federal respete su derecho a la tierra y la libre determinación. Foto: Ángeles Mariscal

Indígenas mayas de las etnias tzeltal, tsotsil, chol y lacandón, empezaron a poblarla desde mediados del siglo pasado; pero ya entre 1822 y 1920, empresas madereras internacionales habían iniciado la explotación de este recurso, talando millones de árboles de cedro y caoba.

En 1972 el gobierno federal creó su propia empresa maderera, la “Corporación Forestal de la Selva Lacandona” (Cofolasa), y a la par decretó, en una decisión administrativa, que 614 mil 321 hectáreas donde habitaban una treintena de poblados de indígenas de diversas etnias, pertenecían únicamente a 66 familias de “Caribes”, ahora conocidos como Lacandones.

Seis años más tarde realizó otro decretó para conformar la Reserva Integral de la Biósfera Montes Azules (RIBMA), en 331 mil 200 hectáreas de esta misma región.

Entonces empezó la lucha de miles de indígenas mayas para que les reconozca su derecho a la tierra de la que quedaron legalmente excluidos. A la par, lidian con el estigma de que es a causa de ellos que la riqueza biológica de la región se ha ido perdiendo, y por tanto –de acuerdo a las autoridades- debieran ser reubicados o restringidas sus actividades.

 

“Evitar la regularización de asentamientos irregulares”

El pasado 5 de diciembre el presidente Enrique Peña Nieto, luego de inaugurar en Cancún la COP13, visitó de manera inesperada la zona de la Lacandona, en un poblado que no se dio a conocer ni en sus comunicados de prensa.

De acuerdo a la oficina de la Presidencia, en ese evento instruyó a las dependencias de gobierno a “evitar la regularización de asentamientos irregulares”, como se considera a los poblados de indígenas que pese a tener más de cuatro generaciones en la región, no se les otorgado el derecho a su legal estancia, como son las comunidades San Gregorio, Salvador Allende y Ranchería Corozal.

Un día después emitió  el decretó donde establece a la Lacandona como “zonas de salvaguarda” de las actividades de exploración y extracción de hidrocarburos, pero no excluye a la industria minera ni señala nada respecto a la vigencia de los proyectos para la construcción de represas e hidroeléctricas.

 

“Hemos trabajado en el reconocimiento de nuestras tradiciones para que nosotros mismos nos reconozcamos quiénes somos y dónde estamos». Foto: Noé Pineda

Una Gendarmería Ambiental “para combatir frontalmente a las organizaciones criminales”

En el ejido Amador Hernández nadie supo de la visita del presidente, que se dio el mismo día que en ese poblado un millar de indígenas se reunieron en lo que llamaron “Primer foro regional sobre la defensa de la tierra, vida y territorio y contra la Gendarmería Ambiental”.

Al lugar llegaron desde un día antes, habitantes de los poblados Galilea, Benito Juárez, Pichucalco, Chapultepec, Candelaria, San Gregorio, Betania, Santa Lucia, Nueva Ibarra, San Jacinto, San Francisco, San Salvador, Israel y Barrio Guadalupe.

Durante todo un día, los indígenas tseltales debatieron sobre los proyectos extractivos que la industria proyecta en esta región, y la falta de certidumbre que tienen acerca de su propia sobrevivencia y estancia en esta región. También sobre los proyectos gubernamentales para imponer en la zona a los cuerpos de la Gendarmería Ambiental, entrenados por el Ejército Mexicano para “para combatir frontalmente a las organizaciones criminales” en áreas naturales protegidas como la selva Lacandona.

La reunión inició temprano por la mañana, con una ceremonia mezcla de rituales indígenas y la religión católica. Luego, representantes de cada una de las comunidades habló largamente sobre estos temas, y sobre su derecho a la tierra.

“Hemos trabajado en el reconocimiento de nuestras tradiciones para que nosotros mismos nos reconozcamos quiénes somos y dónde estamos. Esa es la palabra que se ha valorado y sentido fuerte en nuestras comunidades. El motivo de esta reunión es porque están reunidos los grandes ricos en Cancún”, sostuvo Abelardo Cruz Jiménez, indígena tseltal líder comunitario del ejido Amador Hernández.

“Lo que le decimos a los empresarios y al gobierno que se reúnen (en la COP 13) es que nosotros los indígenas somos los que cuidamos nuestro territorio, aquí han muerto nuestros ancestros y esta nuestra herencia maya. Nosotros aquí nacimos y aquí vamos a morir”, sostuvo.

 

«Nosotros aquí nacimos, nuestros abuelos aquí nacieron. Nuestros hijos y sus familias también aquí van a vivir, y aquí vamos a morir”. Foto: Ángeles Mariscal

No necesitamos que extraños vengan a “cuidar” nuestro territorio

Álvaro Ruíz Jiménez, también habitante de Amador Hernández, añadió: “el motivo de este foro es para manifestar nuestro rechazo a la Gendarmería Ambiental que se intenta establecer en nuestro territorio, supuestamente para el cuidado de nuestra tierra. Nosotros como indígenas no estamos de acuerdo con esta decisión porque nosotros no necesitamos que otros extraños nos vengan a cuidar”.

Rosa Gómez Jiménez, una mujer indígena originaria del ejido Pichucalco, recalcó: “rechazamos la Gendarmería Ambiental porque nosotros somos los que cuidamos nuestra tierra, aquí no necesitamos nada, todo lo tenemos. Nosotros aquí nacimos, nuestros abuelos aquí nacieron. Nuestros hijos y sus familias también aquí van a vivir, y aquí vamos a morir”.

“Mi padre trabaja la tierra, de ahí comemos, de ahí vivimos. Estamos en el Foro defendiendo la tierra que Dios nos ha dado, porque está tierra no es que el gobierno nos la dio”, añadió Juana Gómez Sánchez.

Los habitantes de estas tierras hicieron un pronunciamiento final, en el que subrayaron que el calentamiento global y la contaminación surge de las ciudades y sus industrias, “que producen de manera irracional”.

Contrario a ello –señalaron- las actividades productivas que se realizan en la Lacandona, “obedecen a una mera necesidad de subsistencia”. Por ello, los indígenas crearon un frente “por la defensa de la tierra, la vida y el territorio”, contra la industria extractiva, y para impedir que la Gendarmería Ambiental entre a sus poblados.

3 Comentarios en “Indígenas de la selva Lacandona dicen no al extractivismo y la Gendarmería Ambiental”

  1. Maria de Lourdes Urbina
    12 diciembre, 2016 at 12:31 #

    Estimados y (as) sigan defendiendo la madre Tierra, me siento muy impresionada de que se organizen y que juntos defiendan sus lugares ancestrales. Ustedes son los únicos que tienen que vivir y cuidar el lugar de sus Pueblos. Las autoridades deben respetarlos, hay leyes nacionales e internacionales que sustentan que ustedes tienen derecho a sus tierras y de los recursos que hay en ellas. Son ustedes quienes deciden que hacer en ellas. Organizados y unidos lograrán mucho en esta lucha. Les envio saludos solidarios a ustedes y a todos los Pueblos Originarios de México y del Mundo.

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