El arte y la resistencia, cuando dos caminos se unen. Entregan donación a CNTE
El vertedero de las lágrimas no es patrimonio exclusivo de gases lacrimógenos ni de balas de goma. Las lágrimas las cuajan y desprenden también el apoyo solidario y la compañía fraterna que ahuyenta el miedo y la orfandad en las batallas.
El rostro curtido, casi pétreo del profesor Gabriel Medina Morales, integrante de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), trasmutó en motivaciones y manifestaciones menos duras, más suaves por el regocijo de saberse en compañía abrigadora, lejos de cercos, runruneos de helicópteros y de paisajes azulados de uniformes policíacos.
La noche del sábado evidenció al enviado magisterial en la normalidad de la persona que es bajo la cachucha café, el paliacate al cuello, la playera rojinegra y los zapatos mineros. Esto al recibir el donativo del pintor Enrique Díaz, creador y promotor de la muestra “Arte en resistencia”, que en apoyo al movimiento magisterial disidente, se exhibe en uno de los recintos del Museo de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez.
En el acto, la voz del joven profesor se ahogó en los silencios necesarios de la garganta. Las palabras se volvieron agua para acomodarse mejor en la humedad de los ojos, cuyo trasluz abierto, sincero, inerme, se concretó en un “Gracias Enrique por tu solidaridad, gracias camarada”.
Gabriel se caló la gorra con la estrella roja al frente. Se retiró del micrófono, acudió a su mochila, que es prolongación de espalda y extremidades superiores con pulmones, corazón y todo. Mochila que es por igual, escudo, timón-guía y compañera en la soledad de los enfrentamientos consumados y los que aún podrían venir para consumirse.
Asentado en sus apenas 1.55 metros de estatura, el docente trae la imagen del boxeador, del ponchador paralizante, Manny Pacquio, El Tigre de Filipinas. muestra también la fortaleza del oso hormiguero en actitud de espera y de defensa.
Al verlo, las interrogantes pretenden responderse por ellas mismas. Cómo es que este muchacho disminuido físicamente, atrapado en sus circunstancias históricas – personales de marginación y olvido- como la mayoría de sus compañeros – con quienes va a la cabeza, topa a los policías federales, llegados del norte del país, hombres de casi dos metros de estatura, de ordinario parapetados con equipos, vehículos y helicópteros.
El fotoperiodista, que capta lágrimas y las primeras siluetas de la noche me dice: “Tocayo, es la fuerza de la razón, de saber que se pelea, quizá en la última trinchera; la certeza de que así como brotan los campos de guerra, también es posible transitar las veredas de la paz con los jugosos frutos del diálogo, la reconciliación y convivencia”.
Esa noche, Gabriel, El Ocelote de la CNTE llegó corto de palabras ante el público, pero expresivo para las reflexión:
El maestro es un actor social para crear conciencia ciudadana. Los medios de comunicación están adormecidos; falta romper el cascarón ( del Estado nacional), de ahí la importancia que la gente sepa y asuma que en sus manos tiene el poder transformador.
La maestra Gabriela Márquez Álvarez destacó el impulso que para la CNTE representa los 3 mil pesos entregados por el pintor, originario de Jiquipilas.
Este apoyo es de gran significado, porque no es sólo una expresión del artista, sino de la sociedad en su conjunto que nos ha venido acompañando en nuestras luchas diarias de 24 horas ininterrumpidas.
Enrique Díaz les dijo que el monto no es cuantioso, aunque representa el apoyo solidario para que los maestros no sientan la dureza de la soledad en el fragor de las batallas en contra de la reforma educativa. No están solos, ya somos muchos y podemos aguantar mejor el camino hasta llegar a donde queremos.
La entrega del primer donativo se obtuvo de la venta de las réplicas de los 28 cuadros de acrílicos sobre pedazos de cajas de cartón ordinario y de tres grabados en linóleo que recrean el movimiento magisterial–popular en la región.
Enrique, en la madurez creativa de sus 51 años, afirma que “Arte en resistencia resume y rezuma la indignación y la ira por las brutales golpizas, los muertos y heridos caídos en los enfrenamientos; exalta asimismo la ruta para el diálogo y la paz en la búsqueda de solución del conflicto magisterial en el país.
En su visión como chiapaneco y creador plástico, asegura que el arte continúa como una de las mejores alternativas para expresar y formar conciencia política y social alrededor de temas tan cruciales y definitorios como las reformas estructurales en México, sus repercusiones sociales y la oposición creciente de los ciudadanos que ven en las crisis de toda índole el fracaso de las reformas del gobierno de Enrique Peña Nieto.
El movimiento magisterial-popular, asienta, le ha significado una gran oportunidad para comprometerse con el pueblo y representar sus expresiones e inquietudes mediante formas y colores.
El movimiento magisterial y su resistencia a los embates del gobierno cambiaron su vida para siempre. Impulsado por esa suerte de conversión Enrique proyecta para septiembre próximo en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, abrir un taller de enseñanza pictórica y crear al par un museo de arte alusivo a la rebeldía y la resistencia para que la gente acuda y aporte apoyos y donativos a las causas sociales.
“Arte en resistencia”, plasma los episodios el dolor y la impotencia de la lucha contra la reforma educativa. Uno de ellos surgió el 25 de mayo, cuando los maestros enfrentaron a la policía parapetada en vehículos antimotines, gases lacrimógenos y balas de goma lanzadas desde helicópteros.
Ese capítulo fue motivo de inspiración y trabajo para los cuadros que atraparon la resistencia magisterial en la lucha campal, cuando a unas cuadras antes de que la policía ingresara al plantón del centro, se interpusieron los vecinos para lanzar un ¡ya basta! y exigir diálogo en lugar de violencia para poner fin a los enfrentamientos.
El artista chiapaneco abunda que su plástica integra, en otros apartados, el dolor por loss muertos y heridos de Nochixtlán Oaxaca, donde las balas acabaron la tolerancia y rompieron la paz.
Los cuadros trabajados en cartón obedecen, afirma, a razones prácticas y a códigos de identidad y entendimiento, porque el material une y vincula por su origen común, orgánico, por su resistencia, volumen, durabilidad y simpleza, pues lo mismo se utiliza en actividades y para usos de la vida cotidiana como en situaciones muy importantes.
En el formulario de Enrique el cartón de las cajas de bodega y almacenaje es material modesto, sencillo que cumple funciones básicas; los pobres nacen sobre el cartón, duermen y son sepultados en él.
En el transcurso de la vida es también camilla para el herido, el hospitalizado con sus familiares que esperan en el exterior; a los maestros les sirve como enseres insignias para elevar y fijar sus protestas.
El cartón es catre, cobija, campamento mientras se protesta y resiste; pero en el arte, la retacería de cajas se convierten en superficies que contienen y fijan a fuego batiente la ira, la furia, la impotencia, la indignación, el dolor, aunque también los ideales, las esperanzas, las victorias y las realidades.
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