Claman justicia los familiares del alcalde y síndico asesinados en Chamula
SAN JUAN CHAMULA, Chis.- Familiares del alcalde Domingo López González y del síndico Narcizo Lunez Hernández, asesinados el sábado en la plaza central de esta cabecera municipal junto a otras tres personas, exigieron a las autoridades estatales la captura de los responsables de estos crímenes y el desarme de todos los grupos civiles armados que operan en esta región de los Altos de Chiapas.
Una larga caravana de vehículos partió de San Cristóbal de Las Casas con el cuerpo de Narciso Lunez Hernández al medio día del domingo, para ser trasladado unos 10 kilómetros hasta la cabecera municipal donde vivía.
La carroza con el ataúd de Lunez Hernández pasó frente a la presidencia municipal y en la plaza donde ayer quedó tendido su cuerpo por los balazos y garrotazos que recibió de pobladores que llegaron de unas 30 comunidades para reclamar recursos para las mujeres artesanas y obra pública al ayuntamiento del que formaba parte.
En un cerro, la casa de block del síndico esperaba su cuerpo entre llantos de mujeres y niños, muchos de ellos que vieron el cuerpo inerte de Lunez Hernández.
Manuel Collazo Gómez, presidente de una organización de indígenas evangélicos de los Altos de Chiapas llegó con arreglos florales. En entrevista, exigió que las autoridades estatales esclarezcan este crimen, el del alcalde, del regidor, del chofer del ayuntamient y de un lugareño.
Evitó señalar a personas o grupos, dijo que es responsabilidad de las autoridades indagar y detener a los responsables de este quíntuple homicidio. Los hombres armados que llegaron entre la multitud llevaban armas AK47, a decir de los videos en los que se les ve encapuchados.
Collazo Gómez se trasladó después a la comunidad de Yitic, unos 40 kilómetros fuera de la cabecera municipal, colindante con el vecino municipio de Chenalhó, donde tenían el cuerpo de Domingo López Gonzalez.
Afuera, unos 200 policías estatales cuidaban los alrededores de la casa donde estaba siendo velado el cuerpo. El Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC), Jorge Llaven Abarca, inspeccionaba en la zona las condiciones para la llegada del gobernador Manuel Velasco Coello.
Cuando se esperaba que el helicóptero del gobernador aterrizara, una masa de nube cubrió la región y se desató un fuerte aguacero. Aunque más tarde llegó a dar el pésame a los dolientes.
En las casas vecinas las mujeres improvisaban cocinas donde juntaban leñas, hacían fogatas, cocían el caldo para darle de comer a la multitud.
Decenas de rejas de refresco, cajas de agua y cerveza eran repartidas entre los asistentes a la casa donde vivía el alcalde asesinado ayer sábado.
La banda de música con tambora alternaba su turno con un mariachi junto al féretro del alcalde de 53 años, padre de ocho hijos, seis hombres y dos mujeres.
Muchos de sus amigos y familiares estaban ebrios. Lloraban. Los arreglo florales saturaron aquel espacio ahumado. Varias mesas de veladora estaban frente a su fotografía oficial de presidente municipal de San Juan Chamula.
López González era el primer alcalde en la historia de San Juan Chamula que repetía en el cargo de presidente municipal. Nunca antes nadie había sido dos veces, pues los usos y costumbres no lo permitían.
Si bien ya había sido alcalde por el PRI del 2007-2009, como candidato del PVEM, rompió la hegemonía del tricolor en ese municipio de los Altos, donde en toda su historia nunca había gobernado un partido diferente.
Su esposa Pascuala González Hernández exigió al gobierno que castigue a los responsables por el asesinato de su esposo. Inconsolable, la mujer indígena ahora viuda, pidió que el gobierno capture a los que llegaron el sábado dispuestos a matar a su marido.
Los indígenas tsotsiles respetan por tradición el domingo. Nunca entierran a un familiar en el día de guardar. Muy católicos tradicionalistas, esperarán este lunes para darles sepultura a los cuerpos.
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Hoy, no hubo domingo de plaza en San Juan Chamula, cientos de policías estatales lo tenían tomada. Policías antimontines cuidaban el edificio desde cuyo palco habló por última vez el alcalde.
Al ver que la multitud que llegó a reclamarle recursos para las mujeres artesanas y para obra pública, el alcalde intentó tranquilizarlos con una arenga, sin embargo se enfurecieron y empezaron a lanzarle piedras.
Bajó del edificio por las escaleras y al pretender escapar por una puerta trasera, de un garrotazo fue derribado, ya en el suelo otro más. Desmayado fue arrastrado hacia la plaza central. A menos de 10 metros de la presidencia municipal pintaba de verde y las oficinas del PRI municipal, sus adversarios, quedó su cuerpo tendido donde le lanzaron varios garrotazos.
Hasta que se acercó un hombre encapuchado apuntándole con una AK47. “Dale, dale, dale, dale…”, gritaba la multitud que azuzaba la ejecución. Sin más, el hombre dispara. A corta distancia en la cabeza, al sonar el balazo su cuerpo rebotó en el concreto. Esto según el video que empezó a circular en las redes sociales entre los lugareños.
Con las lluvia del sábado por la tarde, la sangre del alcalde empezó a ser lavada del concreto. Hoy, hombres y mujeres llegaban a ver el lugar donde quedó su cuerpo. Aún quedaban manchas de la sangre del presidente. Otros más contaban los balazos que se impactaron en toda la fachada de la presidencia municipal.
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