Chiapas, el PVEM contra el PRI y contra sí mismo
Con una población total de poco más de 50 mil habitantes según el censo nacional de 2010, Pijijiapan municipio enclavado en la costa se ha convertido en el escenario de la lucha de poderes por las elecciones locales de este 2015.
La lucha de poderes no es entre los partidos políticos que se disputan el voto popular, la lucha es entre miembros del grupo político que detenta el poder en el estado por el voto popular.
Todo comienza con la elección de candidatos a la alcaldía pijijiapaneca.
En el microcosmo costeño están a la orden del día los golpes bajos, las traiciones y el juego sucio.
El designado como candidato a la presidencia municipal de Pijijiapan por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), primera fuerza política local fue Aristeo Trinidad Nolasco, un joven cuadro político que comienza a caminar en las localidades para aspirar a dirigir los destinos de su municipio.
Lo hace es un escenario aparentemente cómodo, el alcalde en funciones buscó anteriormente y con ahínco la presidencia municipal, en el segundo intento lo logra bajo las siglas del PVEM, el mismo partido que cobija las aspiraciones de Trinidad Nolasco.
A esta trama costeña, se suma también otro actor político, Saín Cruz Trinidad, ex presidente municipal por el PRD, ex subsecretario de Gobierno, Diputado local por el Partido Orgullo Chiapas (POCH) y actual candidato a la alcaldía por el Partido Chiapas Unido.
Aparentemente, por lo menos entre Ibarra Campero y Trinidad Nolasco debería existir unidad, en el primero para asegurar una transición ordenada y sin sobresaltos para su cuestionada administración, y en el segundo para acceder a las bases de datos, y los apoyos velados que otorga una alcaldía afin a las aspiraciones de un candidato. Pero no es así.
En Pijijiapan está documentada la asociación poítica entre el presidente municipal Ibarra Campero y el Diputado local Saín Cruz Trinidad.
Un asunto bastante extraño si se considera que el presidente es militante del PVEM, el candidato Trinidad Nolasco también, -lo que haría una alianza natural-, y el diputado local Cruz Trinidad lo es por Chiapas Unido; pero la alianza es presidente municipal del PVEM con diputado local y candidato a presidente municipal por Chiapas Unido.
Testimonios de habitantes afirman y sostienen que la relación personal entre miembros del PVEM –alcalde y candidato- es decir entre Ibarra Campero y Trinidad Nolasco es tensa, tirante y muy mala desde tiempo atrás.
Hasta ahí, todo pareciera consecuencia de la dinámica política de la localidad costeña, puesto que los tres involucrados son originarios del municipio que se disputan.
Pero en realidad, la dinámica local se entrelaza con la dinámica estatal que en esta época electoral es de confusión y confrontación entre la militancia de los dos socios políticos, el PVEM y el PRI y que incluso, probablemente no sabe qué hacer (la cúpula directiva estatal) que ha creado partidos satélites a su alrededor.
Una primera conclusión es que el más de millón y medio de votos del 2012 para que Manuel Velasco Coello accediera a la gubernatura del estado salieron demasiado caros. Mucha gente que colocar en puestos burocráticos, administrativos y políticos. Muchos compromisos que cumplir, que cubrir y una estructura política y administrativa que no da para todos.
Por eso se crean partidos satélites, para darles cabida a más actores políticos que sumaron al proyecto político de que el PVEM arrasara en Chiapas.
Pero es la hora de cumplir los compromisos.
Y es ahí donde se les hace bolas el engrudo.
Porque como cualquier otro grupo político en cualquier parte del mundo, existen “grupos compactos” que son los que toman las grandes decisiones políticas, económicas y administrativas.
Pero este por ser un gobierno de alianzas, el grupo compacto responde a diversos intereses.
Unos son de la “burbuja del ejecutivo”, otros son de grupos económicos o políticos definidos, regionales o locales y mucho también ascendieron políticamente en el sexenio anterior.
Pero con todos hay compromisos políticos que cumplir.
Y claro, todos pasan la factura y quieren ganancia política; pero como el grupo en el poder tiene distintos orígenes, los roces no se hacen esperar.
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Los socios PRI – PVEM no pudieron ir en alianzas municipales, salvo Tapachula y Tuxtla; ello ha provocado conflictos en varias partes del estado.
Un ejemplo, en la Frailesca, en Villaflores, Eduardo Ramírez Aguilar apoya con todo al candidato del PVEM, pero el problema es que otras fuerzas de la estructura gubernamental lo hacen con el candidato del partido satélite Mover a Chiapas, eso sin contar la presencia del PRI.
De igual forma en San Cristóbal de las Casas, Ramírez Aguilar es identificado con el candidato del Verde Ecologista, pero el candidato de Mover a Chiapas a la alcaldía presume el apoyo oficial.
Pero específicamente en Pijijiapan, la evidencia de estos “compromisos cruzados” es irrefutable. En este municipio, el PVEM está contra el PRI y también contra sí mismo.
Todo comenzó el 11 de junio de este año, con las increíbles declaraciones contenidas en video que circuló entre la opinión pública pijijiapaneca del alcalde Ibarra Campero, en donde dice –a pesar de ser militante del Verde-, trabajará por el Partido Chiapas Unido, porque “es un partido también del señor gobernador”.
Días más tarde, el asunto escaló cuando un audio demuestra claramente que desde la Secretaría de Pesca se pide el voto a los pescadores a cambio de continuar los apoyos.
El funcionario de nombre Nicolás Margariño, pide el voto en contra del PVEM y en nombre del ex secretario de pesca y actual diputado electo Diego Valera Fuentes, y lo pide para el candidato de Chiapas Unido, Saín Cruz Trinidad; remata que es una orden lo que pide y son instrucciones del diputado electo Valera Fuentes.
Más adelante, en un mitin en Pijijiapan se documenta la presencia del diputado electo Diego Valera en un evento del candidato por Chiapas Unido, Saín Cruz Trinidad.
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De manera obvia, a la clase política estatal se le hizo bolas el engrudo en Pijijiapan; circual un video en la red donde la militancia verde ecologista increpa al diputado electo por su prefenrencia y apoyo electoral a un candidato que no es de su institución política.
A pesar de ello, el diputado Cruz Trinidad se siguió ufanando del apoyo, no solo de Diego Valera; en otro audio que circula en redes sociales usadas por la comunidad pijijiapaneca, se ufana de que Eduardo Ramírez Aguilar, el dirigente del PVEM en Chiapas es el “padrino de su campaña” y que no “vendrá a apoyar a su candidato verde”. En el audio Cruz Trinidad afirma que Ramírez Aguilar le “juró” que no abanderará al candidato del verde en Pijijiapan.
Presumió también el apoyo del diputado electo también por el Verde, Emilio Salazar y del diputado presidente del Congreso estatal y militante del PRI, Jorge Enrique Hernández Bielma. Y remata diciendo: “toda la estructura del gobierno del estado de la región Istmo – Costa va a operar para Saín”.
Los audios son una verdadera joya de la política chiapaneca actual, una joya que esperamos que el Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana llame a cuentas a los involucrados y los sancione. De igual manera es conveniente que la Fiscalía de Delitos Electorales actúe contra los funcionarios involucrados, por ejemplo el de la Secretaría de Pesca.
También que llame a cuentas al candidato Saín Cruz Trinidad por afirmar que toda la esctructura de gobierno lo apoya.
A confesión de parte, relevo de pruebas dicta el dicho jurídico.
Además, el candidato Cruz Trinidad era un cuadro político de orígenes sabinista.
Mientras tanto, existe un gran silencio del candidato local del PVEM, Aristeo Trinidad Nolasco, quien debería estar presentando las denuncias pertinentes.
Lo cierto, es que a la clase política estatal el engrudo se le hace boas y se le hace por inexperiencia política, por arrebatados, por querer abarcar todo y también porque están urgidos por cumplir compromisos pactados de antemano.
La lección es que no alcanza para todos y ellos son los primeros que debieron darse cuenta.
La clase política verde ecologista puede pelearse contra cualquier otra organización política en Chiapas, son los dueños de los recursos financieros nos guste o no, y aunque cerremos los ojos a la realidad.
Lo que no pueden es pelearse contra sí mismos, porque ello es el principio del colapso.
En ese escenario de rebatingas, inexperiencia, traiciones y pactos quebrados; muchos chiapanecos comienzan ya a preguntarse:
¿Le alcanzará al PVEM para otro sexenio en Chiapas?
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