Sistema de salud que mata: con Velasco mortandad en niños indígenas se incrementó de 64% a 87%

En Octubre de 2013 el gobernador chiapaneco Manuel Velasco Coello, presentó su Programa de Salud 2013-2018, afirmando “queremos que nuestros esfuerzos y acciones hagan que la salud vaya siempre de la mano de quienes más lo necesitan, sin distinciones y sobre todo sin ningún condicionamiento. Vamos por un Chiapas donde haya salud garantizada para todos, para la niñez, para las mujeres, para los jóvenes, para los adultos mayores y para nuestras hermanas y hermanos indígenas”.

Velasco Coello precisó “este programa es un instrumento que ya está respondiendo a las demandas sociales y contribuirá a brindar en cada rincón del estado servicios de calidad y a fortalecer la infraestructura en salud para construir un Chiapas incluyente, punto transversal del Plan Estatal de Desarrollo”.

Meses después de aquella reunión, en Tapachula, Chiapas a Raúl le diagnosticaron insuficiencia renal crónica severa, la primera diálisis que se le realizó fue en una clínica privada, debido a que Instituto de Seguridad Social para los Trabajadores del Estado de Chiapas (ISSTECH), institución de salud de la cual era derechohabiente, no cuenta con el servicio.

Semanas más tarde, acudió al ISSTECH, debido a un dolor estomacal, “el cual lo paralizaba”, según describe su esposa, la señora Amable, a poco más de un año de la muerte de Raúl, ella comenta, “soy una persona humilde, pero eso no quiere decir que no entienda o no me hubiera dado cuenta de los ultrajes por los que pasamos y la negligencia médica”.

“Le diagnosticaron apendicitis, pero nos dijeron que lo mantendrían en observación porque no podían operarlo, los médicos estaban de vacaciones. Cinco días después pudo ser intervenido, nos avisaron que le extrajeron el apéndice, pero que al parecer ese no era el problema, así que lo tenían que operar nuevamente, no nos dejaron verlo, en esa segunda operación, nos comentaron que le extrajeron la vesícula y parte del páncreas, pero no hubo mejoría”, comenta Amable.

A las pocas horas Raúl entró en coma, del cual no despertó, ya en ese estado los médicos de ISSTECH ordenaron su traslado al Hospital de Alta Especialidad Ciudad Salud, en Tapachula; los médicos que atendieron su caso, explicaron que nada podían hacer, ya que sus pulmones, por la debilidad y estado en el que se encontraba, estaban dejando de funcionar, tres días después Raúl falleció, sin que se tuviera certeza de cuál había sido la causa del dolor estomacal, qué era lo que lo había llevado al coma y qué había provocado las complicaciones.

Durante el periodo de gobierno de Velasco Coello, la inconformidad de los chiapanecos, con respecto al servicio de salud ha crecido. A mediados de abril de 2014, el gobernador informó, “la infraestructura hospitalaria, es un instrumento para la transformación social del estado, mi gobierno tiene como prioridad que ninguna familia se quede sin acceso a un hospital o centro de salud, que nadie se quede sin vacunas, medicinas, que ninguna familia vea en peligro su patrimonio al tener que endeudarse por una enfermedad”.

A contraposición de esto, el señor Enrique de la O, mantiene un riguroso tratamiento debido a una diabetes que lo aqueja desde hace más de 10 años, optó por ir a una clínica particular, después de que en el servicio de salud público se le realizara tres operaciones, por una misma hernia umbilical y la última derivara en una infección de la herida.

Enrique asegura, “los medicamentos que prescriben en las clínicas del gobierno, son genéricos, en caso de diabetes la medicina es Metformina”, que en pacientes como él, con daño en los riñones, es perjudicial, en esas circunstancias los médicos particulares prescriben tabletas Trayenta, un medicamento nuevo en el mercado y que ha obtenido excelentes resultados en casos de diabetes tipo II, según informes de la  Comisión de Investigación y Ética de la Facultad de Medicina de la  Universidad Nacional Autónoma de México; el costo de una caja de este fármaco, con 30 pastillas oscila entre los 800 y 850 pesos, “El sistema de salud pública de Chiapas no lo tiene en sus farmacias y tampoco la posibilidad de pedirlo a otra por cuenta de la institución, como versaba la propaganda ‘si la clínica no tiene las medicinas, que te las pague el gobierno’, yo no puedo tener acceso a este medicamento”, comenta Enrique.

A partir de 2013 en Chiapas las manifestaciones, donde la principal exigencia es un mejor servicio de salud y abasto de medicamentos de patente y no genéricos, se han intensificado. Además de esto, en distintas clínicas del estado, se ha solicitado equipo nuevo para las atenciones médicas, mayor presencia de especialistas y que el traslado de enfermos se lleve a cabo en unidades cómodas.

Jesús Alberto, derechohabiente del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en Tuxtla Gutiérrez, comenta, “las experiencias en el sistema de salud público son absolutamente desagradables, no sólo se necesita mejores servicios médicos de calidad, también un trato digno al paciente. A lo largo de los últimos 2 años hemos tenido familiares y amigos, a quienes se les ha complicado el cuadro clínico por la pésima atención, ya sea porque no hay personal o porque no hay medicamentos. Mi esposa llegó a la clínica un fin de semana, debido a que se aproximaba la llegada de nuestro bebé, pero ante la falta de médicos, tuve que ser yo quien pagara un anestesiólogo para que colaborara en la intervención quirúrgica de mi pareja, este tipo de casos suceden en todo el estado, muchas personas mueren debido a los malos servicios de salud del estado, mientras Velasco Coello habla de los beneficios (inexistentes) de la salud pública”.

El médico Alfredo Díaz Díaz, especialista en antropología medica comenta “en Chiapas la capacidad de dar servicios de salud se ve deficiente cuando se compara con la cantidad de habitantes que tiene que atender. Se presenta un problema parecido al de la distribución de los centros educativos, ninguno de los dos se encuentran dispuestos de forma accesible para los habitantes, principalmente los rurales, quienes difícilmente tienen unidades médicas cercanas”.

Agregando que “mientras Velasco Coello puede gastar más de 130 millones de pesos en comunicación social e imagen pública, el estado enfrenta una de sus peores crisis en materia de salud,

Velasco Coello declaró que la inversión en 2014, en infraestructura de salud fue de mil 754 millones de pesos, cuatro veces más de lo que se gastó en 2013, informando que se equiparon y rehabilitaron 29 centros de salud. Además de esto recalcó que existían “grandes beneficios”, obtenidos del programa ‘casas de salud’, que en colaboración con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), tienen el propósito de otorgar servicios de salud de primero y segundo nivel a las familias beneficiarias del Seguro Popular, donde no hay presencia del Instituto de Salud de la entidad.

Sin embargo, en enero pasado varias comunidades de la zona alta de Chiapas, hicieron un llamado, por medio de manifestaciones, a Velasco Coello, para que atienda de manera urgente la situación “precaria” en la que se encuentran dichas casas de salud.

José Luis López, habitante de esta zona comenta “las clínicas son pequeños cuartitos sucios y polvosos, dignos de gente pobre, casi siempre permanecen cerrados y cuando están abiertos no se aplican los programas médicos que Velasco promociona a cada rato”.

Al mismo tiempo comenta “en la zona alta de Chiapas existe mucha marginación y pobreza, hemos visto morir a vecinos por una fiebre, no hay medicamentos, no hay médicos, y cuando hay dan pocas fichas de atención, así te estés muriendo, si no llegaste a la hora ni modo, o muchas veces ni siquiera llegan a trabajar, algunos dicen que no van hasta allá porque no les pagan el sueldo, e incluso tienen que poner lo del transporte”.

Según Díaz Díaz “la mortalidad infantil es otro de los graves problemas de salud pública en Chiapas, que cobra especial importancia en el marco de la desigualdad social. El estado presenta el mayor rezago con respecto a todo el país, particularmente en los municipios más pobres, donde se concentra población indígena como ocurre en la Región de los Altos de Chiapas y que registra mayor desventaja socioeconómica y de salud”.

El médico diagnosta, José Luis Toledo afirma “el perfil epidemiológico de los pueblos indígenas está asociado a altos índices de pobreza, desempleo, analfabetismo, migración, falta de tierra y territorio, destrucción del ecosistema, alteración de la dinámica de vida, aislamiento geográfico y marginación. Estos factores estructurales determinan las necesidades básicas insatisfechas en estos pueblos, durante el gobierno de Velasco Coello, la entrada libre a mineras, el olvido de los pueblos indígenas, la sobreexplotación y robo de sus tierras y la nula atención en salud y nutrición han derivado en los problemas anteriores”.

Según el informe Mortalidad infantil, pobreza y marginación en indígenas de los altos de Chiapas, en dicho estado el crecimiento de la mortandad en niños indígenas se incrementó de 64% a 87% de 2011 a la fecha, esto debido al deficiente programa de salud pública.

El estudio indica que incrementar el gasto público en salud, no es el único paso, sino garantizar que los recursos sean utilizados para el mejoramiento de clínicas y medicamentos es esencial y una importante herramienta para mejorar la supervivencia de los niños indígenas. En la actualidad en Chiapas un 25% de su población sufre de acceso a los servicios de salud, es decir un millón 695 mil 500 personas y carecen de seguridad social 83.3%, 4 millones 57 mil 800 chiapanecos.

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