La “crucifixión”, como un llamado desesperado a la justicia

La “crucifixión”, como un llamado desesperado a la justicia. Foto: Raúl Vera

Familiares del preso indígena chiapaneco, Florentino Gómez Girón, se “crucificaron” en las puertas del Congreso local, como medida de presión para exigir la libertad del detenido el pasado 1 de mayo.

Desde hace 14 días, su esposa, hijas e hijos y hermanos, mantienen una huelga de hambre. Dos semanas antes iniciaron un plantón. No han obtenido del Estado más que la promesa de que van a revisar el expediente del detenido.

Florentino Gómez Girón, al decir de algunos de sus compañeros de la región de Ixtapa, “es un campesino fogueado en la lucha por mejores condiciones de su región”, a grado tal que en 2001 formó parte de los pobladores que desconocieron al gobierno municipal, e impusieron de facto autoridades autónomas.

Luz Idalia participó en una crucifixión, acto en el cual se amarraron a cruces de madera colocadas en las puertas del Congreso local. Foto: Raúl Vera

Eso, señalan, fue un punto de quiebre para que dirigentes locales del Partido Revolucionario Institucional (PRI) iniciaran mecanismos de presión y criminalización en su contra.

Es así que el primero de 1 de mayo pasado, policías vestidos de civil lo detuvieran bajo una acusación de abigeato y robo de una cadena.

Florentino, entrevistado en prisión, asegura que detrás de la acusación está el priista Aquiles Espinosa, quien en víspera de las elecciones de 2015, está amedrentando cualquier disidencia en la zona.

En este marco, Luz Idalia Sánchez Díaz, su hija e hijo, y otros cuatro familiares, se suturaron los labios como parte de una huelga de hambre.

La huelga de hambre es un es un llamado a la moral pública, a la dignidad humana. Es un recurso supremo para demandar un derecho, en el caso de las y los familiares de Florentino Gómez Girón, es un llamado a la Justicia.

Hay para quienes el recurso es un chantaje político, y como tal, el ayuno se convierte en un acto de simulación. Sin embargo, las y los familiares lo llevaron a su sentido máximo, y en medio de convulsiones producto de la inanición, Luz Idalia participó en una crucifixión, acto en el cual se amarraron a cruces de madera colocadas en las puertas del Congreso local.