Trabajadoras sexuales que tienen como punto de labores las inmediaciones de los mercados 5 de Mayo y Sebastián Escobar, en la ciudad de Tapachula, pidieron respeto a su trabajo. Pero sobre todo, que se frenen los actos de acoso y hostigamiento por parte de la policía municipal.

Marisela Gutiérrez, con más de 10 años de dedicarse al servicio sexual, actividad que le ha permitido sacar adelante a su familia, considera que es un oficio honrado y pide se frenen los abusos de los que son víctimas y puedan seguir trabajando.

Mencionó que anteriormente trabajaban en el llamado «Callejón del placer», también conocido como «de las emociones fuertes», que se localiza en la inmediaciones de la Terminal de Corto Recorrido, sobre la 5ª Poniente, sin embargo, por los trabajos de obras viales buscaron otros puntos donde se les permitiera contactar a sus clientes para ofrecer sus servicios.

«Nosotras queremos que nos dejen trabajar sin molestias, porque yo soy madre de familia y tengo que mantener a tres hijos. Yo no tengo esposo mucho menos apoyos de gobierno», aseveró.

Agregó que a la fecha no habían vuelto a tener problemas con ninguna autoridad, mismas que se mostraron respetuosas, tras los hechos lamentables del año pasado en el que se castigaron a policías municipales que las extorsionaban.

La mujer, de aproximadamente 35 años de edad, dijo mantener contacto con organizaciones no gubernamentales dedicadas a la protección de derechos humanos para que se evite el acoso y hostigamiento del que son víctimas por parte de corporaciones policíacas.  

 Otra sexoservidora, conocida como Leticia, expresó que durante algún tiempo abandonó este lugar para trasladarse a la zona de tolerancia de «Las Huacas», sin embargo, en ese lugar no hay afluencia de clientela, por lo que tuvo que regresar a esta zona.