Piden disculpa pública a preso injustamente por 12 años, por un crimen que no cometió

Ananias Laparra Martínez. Foto: arauxo.org

A 15 años de su detención arbitraria y autoincriminación bajo tortura de un crimen que no cometió, el el Estado mexicano en voz de la Subsecretaria de Gobernación para Derechos Humanos, Lía Limón García y el gobernador del estado de Chiapas, Manuel Velasco Coello ofrecieron una disculpa pública a Ananías Laparra Martínez y su familia por el encarcelamiento injusto de 12  años y los daños fìsicos y materiales que le fueron provocado.
En un acto protocolario, de acuerdo a los estipulado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) con sede en Wahshigton, este viernes en la Palapa de la Casa de Gobierno, funcionarios estatales y federales se dieron cita para relizar el reconocimiento internacional de responsabilidad, el reconocimiento de inocencia y la disculpa pública.

Ananias Laparra Martínez junto a la foto de su hijo que ahora tiene unos 29 años y sigue desaparecido Foto: arauxo.org

Ananías Laparra Martínez de 66 años, llegó acompañado de sus abogados que llevaron su caso ante la CIDH, Ricardo Lagunes, Alejandra Gonza de la Clínica de Derechos Humanos de la Universidad de Seattle,  además de su esposa Rosa Godinez, su hija Rocío Laparra Godinez y en su ausencia, la foto de su hijo desaparecido, José Ananías Laparra Godinez.
Ananías Laparra Martínez no pudo contener las lágrimas al narrar el viacrucis que tuvo que pasar desde que fue capturado en octubre de 1999. Su esposa Rosa, su hija Rocío de 16 y su hijo José Ananías de 14 fueron torturados al igual que él para que lo señalaran como el homicida del novio de su hija  Elvis Díaz Martínez de 20 años.
A Ananías Laparra, dedicado a la albañilería, le robaron sus vacas, que tenía en su terreno, el mismoq ue tuvo que vender para pagar un abogado, de igual forma vendió su casa para seguir pagando abogados que lo sacaran de prisión, sólo fue estafado. Nadie hizo nada para que recibiera una condena de 28 años por un crimen que se autoinculpó bajo tortura.
«Es que según consta en los expedientes, tu eres un homicida confeso», le decían los abogados a Annías, pero él alegaba ser inocentes y que eso lo firmó para ya no siguieran torturando a su esposa y sus hijos.
Lo peor es que al ser condenado su padre, la conciencia no dejó tranquilo a su hijo que fue obligado a señalar a su progenitor como criminal, un día partió de casa y nunca más nadie supo de él.
Eran los tiempos del entonces procurador Eduardo Montoya Liévano. En la tortura participaron el ministerio público Donato Vela Rodas, el jefe del grupo especial de la policía judicial, era Miguel Ángel Castañón Armento, quien lo capturó junto a lso elementos Rony Obeth Zaragoza Rodríguez, Máximo Becerra y Pablo Morales.
Ananías, su esposa y sus dos hijos menores de edad, además del clásico tehuacanazo, les pusieron bolsas de plástico en la cara, les sumergieron la cabeza en tanques de agua, les dieron golpes con puños y pies en diversas partes del cuerpo.

El acto protocolario donde el Estado mexicano pidió una disculpa pública a Ananaías Laparra Martínez. Foto: Araujo.org

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Hoy, primero el Secretario General de Gobierno, Eduardo Ramírez Aguilar y el titular del Poder Judicial del Estado, Rutilio Escandón Cadenas, señalaron la responsabilidad del gobierno al no procurar e impartir justicia conforme a derecho en 1999 en que fue detenido y el año 2000 en que fue condenado de forma injusta. Ambos también pidieron disculpas por el daño causado.
Posteriormente, el gobernador Manuel Velasco y después la funcionacionaria de Gobernación, Lía Limón, también hicieron lo propio al señalar que eso no sólo se queda ahí, sino que procederá la reparación del daño físico y material.
“Ananías, Rosa, Rocío y José (en ausencia) ustedes son un ejemplo de lucha, su vivencia refleja la urgencia de erradicar prácticas como la tortura y cualquier trato que degradante e inhumano¨, dijo la funcionaria federal en una reunión con las víctimas y los abogados que defendieron su caso.
Limón García señaló que “en el anhelo por construir esa sociedad hoy nos unimos a su causa, porque ustedes valientemente enfrentaron una lucha, que debe ser una lucha de todos exigir una aplicación de la Ley para exigir una verdadera justicia, que esta batalla que han dado sirva de ejemplo y que sirva también para recordarnos a las y los funcionarios públicos que nuestro actuar debe ser probo, honestos y comprometidos con los derechos humanos”
El mandatario estatal, Manuel Velasco Coello pidió a los asistentes a la reunión ponerse de pie al momento de ofrecer la disculpa y reiterar que el compromiso del gobierno es reparar los daños al ex encarcelado, para que puedan recuperar su vida ante el calvario que sufrieron.
“Hoy queda sin efecto legal alguno, ya que fueron víctimas de tortura y forzados a firmar declaraciones inculpados, al señor Ananías Laparra Martínez y a su familia. Por eso hago énfasis en el reconocimiento que hace el Estado mexicano a la responsabilidad internacional por la violación a los derechos humanos que se presentaron en este caso”, dijo.
Asimismo, reconoció que «los derechos humanos del acusado fueron violentados».
«Sabemos que nuestras palabras no llenarán el vacío, el dolor e impotencia que dejó en su familia, sepan que su caso es un referente para que nunca más una familia en nuestro país vuela a vivir el horror que ustedes vivieron durante muchos años”, agregó.
De la misma forma, pidió que se investigue a fondo, se sancione a los culpables y se repare el daño, para que no haya lugar a la impunidad en México.
Por su parte los abogados reconocieron que la disculpa sienta un precedente en Chiapas y en México, por ello solicitaron dar continuidad al caso de Laparra Martínez para erradicar los abusos a derechos humanos, la tortura, negligencia e impunidad sobre víctimas inocentes.
Por su parte Ananías Laparra dijo que se sentía muy feliz y satisfecho con la resolución del gobierno mexicano de reconocer su inocencia y poder estar al lado de su familia después de 12 años en la prisión.
En ese tiempo su vida y la de su familia fue un calvario al grado de debilitado en su salud, los daños físicos son permanentes por lo que pidió “que se respeten los acuerdos para que pueda superar esta etapa».
El caso del señor Ananías Laparra y de su familia es un caso que fue atendido por solicitud del CIDH De parte de los gobiernos de México y de Chiapas para que los casos de tortura sean erradicados en el país.
«Todas esas malas anomalías pido hoy que se eliminen y se respeten nuestros derechos», solicitó el hombre de oficio albañil. Quien asegura que todo su patrimonio se acabó en estos años separado de su familia.
Ananías, quien ahora vive en casa de una de sus hijas, ahora deberá recibir una vivienda, una indemnización para reiniciar su vida en libertad y dedicarse a hacer los cuadros que aprendiò a hacer en prisión, así como el apoyo para encontrar a su hijo y rehabilitarlo física y psicológicamente.
Don Ananías llora con la foto en sus brazos de su hijo desaparecido. Sólo espera volver a verlo y abrazarlo. El círculo de su felicidad aún no se cierra, hasta encontrar a José Ananías Laparra Godinez que ahora podría tener unos 29 años de edad.