Ofrecen millón y medio a quien de información de jóvenes chiapanecas desaparecidas

Lleva 5 años, siete meses y 15 días desaparecida. Su familia ha hecho de todo. Su padre se fue a Tamaulipas y pasó tres días y tres noches buscándola en centros nocturnos, bares, cantinas, hasta que las propias autoridades le dijeron que ya no sería solo una persona de su familia la desaparecida, sino podrían ser dos. Ni un día han dejado de hacer algo por encontrarla, por saber qué pasó.
La mañana del 05 de febrero del 2009, Lucero de Jesús Oliva Meza, en ese entonces con 23 años de edad, salió de su casa en Tuxtla Gutiérrez y nunca regresó. “Haz de cuenta que se la tragó la tierra” dice Karla Oliva su hermana.
Desde esa fecha su familia no ha dejado de buscarla, de tocar puertas, de hablar con personas, de preguntarse qué pasó. En el camino se han encontrado con estafadores, personas corruptas, abogados que buscan timarlos. Nada de eso los ha detenido.
Lucero fue víctima de trata de personas. Las investigaciones que han realizado las autoridades así lo indican. Lucero de Jesús Oliva Meza desapareció junto con su amiga Érita Toledo.
La recompensa
Hace dos años la familia de Lucero presentó una solicitud al programa de recompensa de la Procuraduría General de la República (PGR). No habían obtenido respuesta hasta hace unos días que les notificaron que su petición había sido aceptada.
La imagen de Lucero y Erita ahorita está en espectaculares que han sido colocados en Chiapas y en las ciudades fronterizas de México. También se están repartiendo carteles y volantes ofreciendo una recompensa de hasta un millón 500 mil pesos por quien ofrezca información veraz sobre las jóvenes.
“Que este ahora en el programa de recompensas es para nosotros una esperanza de poderla encontrar, saber de ella” comenta Karla Oliva.
Chiapas es uno de los estados de la república en donde existen más casos de trata de personas, que es una forma de esclavitud. Las personas son llevadas con engaños o su consentimiento para emplearlas en diferentes actividades que van desde el trabajo agrícola, la prostitución y hasta el sicariato.